Capítulo Seís.

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Thomas Morgan.

Mis labios chupaban y lamían bruscamente los de Georgia. Ella me tomaba del cuello con la misma intensidad para después soltarme repentinamente y sacó de mi bolsillo un cigarro. Se lo llevo a la boca y dejaba que el humo saliera mirando hacía el cielo.
Habían cosas que hacía y que daban igual. Pensaba en que era lo que tenía con Georgia desde que comenzamos a follar y a besarnos en cada rincón que encontrábamos a solas. Me lo pensé demasiado, pero no estaba listo para algo serio, y mucho menos con una chica que solo podía compartir conmigo su piel desnuda y sus gemidos de placer. Yo quería a alguien que me diera un pedacito de su vida, algo más... y no estaba seguro de que podría obtenerlo en esa relación.

Mis ojos viajaron por todo el cuerpo de la chica que tenía en frente, tal vez buscando algo más de lo que ya conocía. Intenté acercarme una última vez antes de volver a entrar al departamento de Liam, me sentía un poco incómodo estando a solas afuera. Y sonido de unos pasos rápidos bajando las escaleras me detuvo. Me enderece y noté la mirada de confusión de Georgia. Di un paso atrás y volteé mi cabeza. Era Chiara. Chiara Harrison.

Maldije mentalmente al notar como mi corazón se aceleró al presenciarla a ella. Al verla frente a mi. Solo que no sabía si era de nervios, o de enojo. Enojo porque no me miraba, y mucho menos me dirigía la palabra. Era como si para ella fuese un fantasma, como si no existiera. Y de cierta forma me dolía, porque la vi crecer. Creció conmigo.

Nunca fui una persona impulsiva. Sobre pensaba demasiado las cosas antes de tomar una decisión, aun que fuese algo diminuto. Quería que las cosas me salieran bien, no soportaba equivocarme con mis acciones. A veces, me llevaba a dar demasiadas vueltas, y entonces, me aferraba al deseo de poder dar los primeros pasos para muchas cuestiones en mi vida.

Pero con ella, todo era distinto. Existían muchas facetas mías que no conocía, y que no tenía seguridad en querer conocer. Y cuando estaba cerca, no era una opción esconderlo, porque simplemente fluía.

La seguí con la mirada desde que la vi aparecer en la luz sobre la puerta, mantuvo sus ojos bajos y se colocó la capucha. Fruncí el ceño y  no dudé en acaparar su atención. Ya venía ignorándome, no iba a dejar que sucediera de nuevo.

Tiré suavemente del suéter que traía encima y dejé que mi boca soltará su nombre en un susurro.

—Chiara...

Ella se tensó, demasiado. Se quedó quieta de golpe, como si el aire que la rodeaba se solidificara en un instante. Giró todo su cuerpo en cámara lenta y al encontrarse conmigo, pude observar como su respiración se volvió agitada.

— ¿A donde vas? —pregunté sin rodeos.

Chiara seguía congelada, ni siquiera parpadeaba. Como si fuese una estatua. Me asusté y miré dirigiéndome a Georgia, para confirmar que también estaba viendo lo mismo que yo.

— ¿Disculpa? — Logró responderme con una voz tan baja que parecía desaparecer.

—Pregunté a donde ibas... — Alce la ceja mostrandome extrañado.

—No es asunto tuyo.

—Mío no, pero si de tu hermano. Llamaré a Liam.

Su rostro se tornó en el del mismísimo satanás. Estaba molesta. Su mandíbula se tenso cuando apretó sus dientes sin intentar disimularlo frente a nosotros. La mirada se volvió profunda y desafiante, pero desapareció a los segundos cuando saqué mi móvil del bolsillo del pantalón. Percibí un dejo de desconcierto, sabía que estaba luchando internamente por tratar de comprender que era lo que estaba pasando mientras le contaba a mi mejor amigo a través del celular que había encontrado a su pequeña hermana intentando escapar a altas horas de la madrugada.

—Bajará en un minuto. — Mi voz sonó autoritaria, y me sentí raro.

Si no fuese por la vocecita en mi cabeza que nunca me deja en paz, habría olvidado por completo que Georgia estaba a mi lado observándonos sin entender. Ella y Chiara se miraban de reojo cada que podían, y cuando lo hacían, el aire se volvía tenso.

— ¿Puedes decirme a donde carajos te ibas? — Todos nos volvimos cuando escuchamos repentinamente la voz de Liam. —Quiero una explicación ahora mismo. — Se paro enfrente de su hermana sin quitarle la mirada de encima.

—A dar un paseo...

— ¿Un paseo a estas horas de la madrugada?

—Apenas van a ser las dos.

— ¿Y eso qué? Chiara. ¡Por Dios! Piensa mejor las cosas. — Se tomó de la cabeza enfadado y entonces me arrepentí un poco de haber abierto mi boca.

La vi como solía verla siempre cuando Liam y yo interrumpiamos en sus cosas. Y como tantas veces, después, me sentí mal por hacerlo. Porque no debía de haberlo llamado. Tendría que haber mantenido mi postura y dejar que siguiera su camino sin siquiera emitir una palabra. Todos salimos alguna vez, y nos escapamos. Pero es que seguía siendo Chiara, y al menos, si hubiese visto a alguien mas acompañándola, no habría sentido la necesidad de hacerlo. De detenerla y de arruinarle la noche. Solo quería evitar que algo malo le pasase. De cuidarla... aun que ella no se dejase.

—Me has dicho que saliera más. — Se encogió de hombros temblorosa.

—Mierda... ¡Pero en el transcurso del día, no de madrugada! — Liam se callo y respiraba contando con los dedos para calmarse. —Vale, cielo. Solo quiero que entiendas que no quiero que te pase nada. Nadie puede saber si de repente aparece un loco y te pone una mano encima mientras vas sola. No lo soportaría y lo sabes. — Sus ojos se enternecieron. —Cuando salgas en grupo, o al menos con alguien más, será diferente, porque no estarás sola entre las calles. Ahora ve adentro y metete a la cama.

—No puedo dormir. —dijo cortante.

—Entonces siéntate en la sala con nosotros a compartir, que se yo. No tienes opciones. Pero no me la hagas más difícil.

Chiara sopló y maldijo por lo bajo. Estaba furiosa, y me daba risa y ternura que no se preocupara por querer ocultarlo, ella solamente dejaba que las emociones la manejaran. ¿Pero hasta donde llegaría eso?, ¿Sabía ponerle un limite?
No quería pensar tanto, como las otras veces. Ahora tenia un mayor problema; si ella llegó a Amsterdam sin dirigirme la palabra, ahora mucho menos lo haría.

Cuando dejamos de sentir miedo.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang