𝟑𝟐

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⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵

¡Había una vez...!

Ah, las historias comienzan así ¿verdad?
Donde el final es feliz, la que es apta para todo público, las lindas historias que todos aprecian oír. Continuaré con esto.

¡Había una vez una perra maldita! ¿Oh? ¿Qué? ¿He subido la intensidad de esto? ¿Quieren regresar y que cambie la historia? No, no es posible, no es como viene escrita. Sigamos.

Había una vez, una perra maldita, solo que esta maldita perra no era una chica, sino un lindo chico de quince años, con cabello castaño y ojos dulces como la miel. Kim Taerae era el nombre para este chico tan hermoso, porque sí, era una persona preciosa, con una cálida sonrisa que regalaba a cualquier persona.

Ingenuo como cualquier joven, cariñoso, amable, sin buenas notas escolares pero con muchos amigos. Kim Taerae era ese chico al que todos buscaban para alegrarse el día, como una píldora de la felicidad, una droga barata sin necesidad de receta. Algunos miraban de lejos, otros se acercaban, pocos lo ignoraban y ninguno desconocía su existencia.

Si Kim hiciera una lista de las personas que lo conocían, esta sería larga, muy larga, quizás por eso los oficiales se dieron por vencidos y le dijeron a su familia que cualquiera pudo haber sido el culpable. Aunque muchos decían que Kim Taerae era el chico puto de la escuela a la que asistía.

Las chicas corrían hacia él, lo abrazaban y sacudían como un muñeco. Cada linda joven quería tomarse una fotografía con él, enmarcando el hecho de que Kim Taerae era solo un bonito adorno, como las botargas de Mickey Mouse en la morgue...¿morgue? ¡Lo lamento mucho! Quise decir en Disneyland.

Ellas llegaron a un punto en el que solo se acercaban y sacaban celulares, llevando a otras niñas tímidas con ellas diciendo algo como 'Oh, no te preocupes, a él no le molesta.'

Un pequeño secreto: a Kim Taerae si le molestaba. ¡Pero él era Mickey Mouse en Disneyland, él no podía decir que no! Así que Kim Taerae dijo que sí, y ellas continuaron, y continuaron, y siguieron sin parar.

Poco le faltó a Taerae para coronarse como la atracción publica de la escuela; una estatua andante a la que tenías que seguir siempre para tomarte una fotografía. Incluso si eras de primer ingreso, tú tenías que ir y tomar tu fotografía para presumirla a las demás chicas que aún no lograban hacerlo.

Sí, fue divertido al principio, ver a las chicas locas por él y a los chicos queriendo ser amigo suyo, pescando novias en el mar de estudiantes bonitas que lo rodeaban, pero después ascendió.

Pasaron de hablarle y pedirle fotografías a solo tomarlas, desde lejos, desde cerca, desde cualquier ángulo visible. En un inicio, Taerae no se dio cuenta, pero se hizo más frecuente, y él llegaba a verlas en páginas de internet junto a textos...halagadores.

"¡Él se dio cuenta!", la fotografía de Kim mirando confuso a la cámara.

"Ellos son lindos juntos.", fotografía de Taerae siendo amable con una chica linda.

Claro, Taerae con el uniforme escolar no podía faltar. Después, un montón de imágenes de Kim con su primer empleo, con comentarios de chicas deseando ser atendidas por él. Halagador, despues de todo él era un chico lindo.

Y ni hablar de los rumores. "Lo vi besándose con...", "Él me besó..." Después descendieron por la calcinantes escaleras. "Estuve con él...", "Solo fue un toqueteo..." Quizás no fueron ellas, tal vez fueron los chicos. "Estuvo con tal...", "No quiere decir que se acostó con..." Y bajando, bajando, bajando en caída libre, directo al noveno piso.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Where stories live. Discover now