𝟐𝟎

122 26 9
                                    

⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵

Ricky tomó a Soojin de los brazos y la ayudó a ponerse de pie, con la esperanza de que la bebé diera unos cuantos pasos. Pero solo obtuvo una suave caída al suelo tan pronto fue soltada, viendo como esta llevaba su puño hacia su boca. Ricky no se rindió, la volvió a sostener para intentarlo nuevamente, pero solo consiguió el mismo resultado.

─ Soojin, tienes que caminar o serás una bebé perezosa. ─la regañó volviéndola a tomar, escuchando la risa de su novio sentado en el sofá, observando la linda imagen.

─ Creo que le gusta ser cargada. ─Gyuvin se levantó del sofá para dejarse caer sobre el suelo, estirando los brazos para que Soojin se acercara a él.─ Aún es muy pronto para que aprenda a caminar.

Soojin gateó hasta Gyuvin, tomando sus manos para levantarse y quedarse de pie frente a él, con su boca abierta y sus brillantes ojos mirándolo fijamente. Gyuvin sonrió, tomando a la bebé con ambas manos, sentándola sobre su regazo y dejando un dulce beso sobre su pequeña cabeza.

─ Ella debería estar aprendiendo. ─Ricky se acercó para apartar el puño de la niña del cabello de su novio, quien no decía nada aunque el agarre fuera fuerte.─ No quiero que se vuelva una ociosa.

Gyuvin abrió sus ojos tratando de señalar a Ricky con sutileza, enmarcando el hecho que el rubio podría estar recostado todo un día perdiendo el tiempo sin hacer nada. Pero Ricky solo decidió ignorarlo, tentándose a dejar que Soojin siguiera agarrando con fuerza el cabello marrón de su pareja.

Volteó a mirar la televisión por el rabillo del ojo, recordando aquella pesadilla que tuvo, sintiendo escalofríos pensando en el frío tacto de los dedos sobre sus mejillas, trayendo a su memoria la habitación del sótano y la pregunta que escuchó en el sueño.

Se convenció de que fue solo una pesadilla causada por la paranoia del momento; por eso no comentó nada, ni a Gyuvin ni a nadie en la casa, tratando de solo olvidarlo. Su celular seguía apagado y no quería saber más del tema, estaba cansado de ello, pensó que alejarse un poco de lo electrónico le haría bien.

Los pequeños balbuceos de Soojin llegaron hasta sus oídos, pero estaba tan concentrado en la televisión que no los captó. La pantalla negra reflejaba parte de él y del sillón junto con la mesa al lado, todo normal, nada fuero de lo común.

"¿Quieres sonreír conmigo?"

Lo escuchó claro, como si alguien le hubiera preguntado desde atrás, y giró tan rápido como sus ojos se lo permitieron solo para encontrar a su novio jugando tranquilamente con la bebé. Su corazón latió con alivio aunque aún se sentía incómodo.

Ambos escucharon la puerta abrirse y la voz entusiasmada de Hanbin acercándose, señalando que había llegado. Ricky se puso en pie de inmediato, caminando con tranquilidad mientras descifraba el porque Hanbin hablaba con tanto entusiasmo. Gyuvin lo siguió tan pronto lo vio alejarse, tomando a Soojin y llevándolo con él.

─ Tenía dieciocho, ya olvídalo. ─una voz extraña lo sorprendió, preguntándose su había llegado un amigo del chico mayor.

─ No lo haré, es muy divertido. ─canturreó con coz suave, algo poco usual en él según el rubio.

Ricky se detuvo frente a ellos, analizando a la persona que acababa de entrar; con el cabello negro y la piel palida que hacía que las bolsas bajo sus ojos resaltaran casi en un color morado. Gyuvin llegó a su lado en un abrir y cerrar de ojos, haciendo exactamente lo mismo que su novio, observar.

─ Oh, buenos días. ─saludó el chico pálido con educación. Ricky no tardó mucho en visualizar la maleta que Hanbin arrastraba a su lado, haciéndolo sospechar de inmediato.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Where stories live. Discover now