𝟑𝟏

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⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵

─ Azul.

─ Rojo.

─ Agua.

─ Fuego.

─ Gato.

─ Perro.

─ Tierra.

─ Mar.

─ Nuevo.

─ Viejo.

─ Lleno.

─ Vacío.

─ Contraer.

─ Expandir.

─ ¡Por favor! ¡Pierde de una vez! ─gritó Ricky cruzando sus brazos y torciendo los labios, mirando con seriedad a Hao.─ ¡Vida!

─ Muerte. ─respondió el mayor con simpleza.─ Es muy fácil, sigues jugando como si tuvieras diez años. Cuando aprendas más palabras, podremos jugar mejor.

─ Este juego apesta. ─murmuró abriendo la puerta de la casa y saliendo de inmediato, olvidándose de que iba quince minutos tarde a su primera clase.─ De hecho, odio los antónimos, no sé porqué sigo jugando contigo. ─Hao soltó una suave risa saliendo detrás de Ricky y cerrando la puerta.

Por primera vez, en mucho tiempo, despertaron y aquella barrera que los dividía había desaparecido, y aunque fuera solo por unos minutos, ambos se habían permitido hablar sin tensarse ni insultarse por accidente. Un respiro después de tantos años en guerra silenciosa y luego de meses en una escandalosa.

─ Lo estabas haciendo fácil. ─soltó el hermano mayor caminando tras el rubio tras haber aceptado ser llevado por él hacia la escuela sin mueca alguna.

─ A veces juego junto a Gyuvin y Yujin. Digamos que me he acostumbrado a jugar en el modo básico. ─explicó.

─ Espero que pronto usen el modo medio. ─murmuró buscando las llaves el auto.─ Aunque, cuando Soojin comience a hablar, tendrás que volver al modo fácil para ganar.

─ Hao...

El mayor giró en dirección a donde su hermano menor apuntaba, observando curioso a la figura femenina frente a la casa con un ramo de flores en sus manos y cubriendo parte de su rostro, sollozando en silencio.

Un pequeño niño la tomaba de la mano, tambaleándose de un lado a otro mientras que la miraba llorar, y entonces, un agujero en su pecho se creó con rapidez, dejándole un vacío y afectando su respiración. Regresó su mirada a Ricky y ambos se quedaron esperando a que alguno respondiera ante la curiosa imagen de la mujer.

Y así estuvieron unos minutos hasta que el menor hizo un gesto con el hombro, incitando al otro a acercarse con paciencia. El pensamiento inicial fue el de una mujer que se equivocó de dirección, o que quizás el llanto la tomó desprevenida fuera de esa casa con precisión; podrían ser algunas razones lógicas, pero no estaba seguro de nada.

Hao torció los labios y se acercó con tranquilidad, notando que la dama no levantaba el rostro ni se movía del lugar. Y llegó hasta la mujer, notando que el pequeño niño de aproximado un año se tambaleó en su dirección balbuceando un par de cosas que no entendió.

─ Disculpe. ─habló con voz calmada para no alterar a la dama.─ ¿Puedo ayudarla?

La mujer elevó el rostro, limpiando sus lágrimas con su mano libre, dejando caer las flores por un momento, por lo que Hao las levantó por cortesía para volvérselas a ofrecer, escuchando su suave agradecimiento huir junto al viento.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora