𝟐𝟓

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¿Qué era lo que Ricky necesitaba? ¿Ayuda con su hermano mayor? ¿Ayuda con el pequeño Yujin? ¿Alguien con quien hablar? ¿Estar solo? ¿Distanciarse?

Dios, Gyuvin ya no sabía qué hacer para que su pareja se sintiera bien; él intentó hacer cualquier cosa para que Ricky no colapsara, dio lo mejor de sí durante semanas, esforzándose y tratando de no ser una razón de su regular enojo.

Era imposible no sentir la pesada y filosa mirada de su novio sobre él. Incluso Hao lo notó cuando llegó, después Matthew, para finalizar con Hanbin sorprendiéndose del asunto. ¿Y que seguía haciendo ahí sabiendo que su novio no quería ni verlo? Bueno, buscaba el momento perfecto para arreglar las cosas, saber qué demonios le estaba ocurriendo y cuál era la razón de su reciente molestia.

¿Celos? Ricky solía ser muy inseguro, Gyuvin lo tenía en cuenta. Los celos, aunque no eran habituales, no eran algo desconocido en su relación. Su novio debía aprender a tener confianza en sí mismo, no en Gyuvin. Seguramente Ricky ya confiaba lo suficiente en él, el problema se enfocaba en la inseguridad misma.

Habían algunos defectos en salir con Ricky; dejando de lado a su hermano, que para él no era impedimento, estaba la fragilidad de su novio, tan vulnerable que tenía que pensar en cada palabra para no alterarlo.

Por otro lado, estaban sus propias ganas de solo lanzar todo al carajo y largarse lejos, diciendo que podría conseguirse un novio que viviera en un lugar normal, porque la casa estaba condenadamente endemoniada. Claro que influía en él, claro que se daba cuenta de que ocurría algo muy extraño dentro esas paredes frágiles, no era un idiota.

Su parte racional le decía que solo era la paranoia colectiva, aquella que era más una fragancia que algo visible, que se esparcía con facilidad; pero la otra parte, la supersticiosa, le decía que tomara a su novio y a los menores del hogar y corrieran lejos. Él no podría dejar a Ricky, sin duda lo amaba.

─ ¿Sigues aquí? ─le preguntó Matthew cuando lo vio sobre el sillón, esperando a que Ricky dejara el enojo por un momento y lo encarara.─ ¿No te pidió que te fueras?

─ Algo así... ─respondió haciéndose a un lado para darle un espacio a Matthew.─ Pero si me voy ahora, no podré encontrarlo después.

─ Entonces, ¿decidiste faltar a clases para encerrarlo en su propia casa?

Asintió ignorando lo terrorífico y tóxico que sonaba aquello, pero sabía que si se iba, la posibilidad de no arreglar las cosas era mayor, y sabiendo que Ricky era propenso a huir sin dar aviso alguno, no le quedaba de otra más que mantenerse cerca y esperar.

─ ¿Qué ocurrió? ─preguntó Hao, llegando y dejándose caer sobre el suelo.

Gyuvin se sorprendió de que el hermano mayor de su novio le dirigiera la palabra tan naturalmente, como si tan solo hace un tiempo no le deseaba lo peor. Pensó que tal vez se debía al estrés del momento, quizás olvidó su molestia con él para enfocarse en su disgusto con Jiwoong.

─ Ricky me dijo que discutieron.

─ No discutimos. ─y era verdad, él ni siquiera pudo decir algo.─ Él se molestó solo por...¿celos? Supongo que se enfadó porque estaba con Jiwoong y...

Antes de que pudiera continuar, la mueca de Hao estaba plasmada en su rostro con obvio desagrado, sorprendiendo incluso a Matthew. Suspiró, cayendo en cuenta que el chico en realidad no le agradaba a casi nadie, solo a él y a Hanbin.

─ Seguramente está más molesto con Jiwoong que contigo.─opinó Matthew.─ Digamos que a él no le agrada mucho.

─ Jiwoong no parece agradarle a nadie aquí. ─respondió algo fastidiado por la actitud de los mayores.─ ¿No creen que están siendo demasiado duros con él? Ricky no tenía razones para enojarse, y lo hizo solo porque se trataba de Jiwoong. Si hubiera sido alguien más, lo más probable es que su reacción fuera distinta.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Where stories live. Discover now