𝟐𝟏

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Las paredes eran delgadas y se podían escuchar hasta los susurros por toda la casa, así que Ricky tomó a su novio y lo llevó al exterior, subiéndose al coche de los mayores sin arrancar, cruzándose de brazos y con el rostro furioso. Gyuvin se subió con más paciencia, sentándose en el asiento del copiloto y reclinando el asiento para estar más cómodo.

─ Ni siquiera nos preguntó. ─soltó el rubio tras unos segundos en completo silencio.─ No nos avisó. ─Gyuvin giró el rostro, observando el perfil de su novio, recorriendo cada una de sus bellas facciones con la mirada.

─ Ya está hecho, no puedes hacer más. ─se limitó a responder, sin apartar la mirada del chico.─ No creo que Hanbin sea tan irresponsable como ustedes creen. Debe tener sus razones.

─ ¡Eso no importa! Él debió, mínimo, consultarlo con mi hermano y Matthew primero. ─Ricky se giró para encarar a su pareja, notando como este se veía tranquilo, sin alterarse.─ ¡Hazme caso! ─Gyuvin suspiró.

─ Bebé, creo que están haciendo un drama innecesario. ─comentó tomando sus mejillas entre sus manos para calmarlo.

Ricky quería apartarse y mostrar su enfado, pero Gyuvin lo obligó a mantenerse quieto, dejando suaves caricias en sus mejillas a medida que le sonreía suavemente, haciendo que el rubio dejara su enojo de lado.

─ El chico ya está aquí, tienes sus maletas y una habitación. ¿Qué harán? ¿Botarlo? ¿Regresarlo al aeropuerto y abandonarlo a su suerte? ─Ricky solo lo miraba, frunciendo el ceño aún manteniendo el tacto de su novio.─ Tal vez Hanbin no hizo bien, pero tampoco es el fin del mundo, hay suficiente espacio en la casa y ni siquiera le has dado una oportunidad.

Ricky torció los labios y se inclinó sobre su asiento, dejándose abrazar por Gyuvin, hundiéndose en su pecho, cerrando los ojos para tratar de calmar su enojo. Aún estaba en desacuerdo, pero esperaba poder razonar cuando su mente estuviese más despejada.

Cuando se separó de él, el rubio elevó el rostro y lo besó, con tranquilidad y paciencia, disfrutando el tacto a medida de que se olvidaba poco del asunto que le hizo pasar un mal momento. Gyuvin no tardó mucho en emocionarse, moviéndose de manera poco sutil hasta dejar a su novio sobre su regazo, ignorando que aún seguían frente a la gran casa.

Ricky no dijo nada, mostrando su disposición a continuar. Pronto comenzaron los sutiles sonidos que se escapaban y quedaban aprisionados dentro del vehículo, recordando ser silenciosos para no crear un espectáculo, como la última vez.

Hasta que el celular de Gyuvin sonó, interrumpiendo todo acto. El castaño estuvo dispuesto a ignorarlo y continuar, pero la melodía volvió a hacerse presente, comenzando a molestar. Con un quejido de pesadez, y sintiendo los pequeños besos de Ricky sobre su cuello, tomó el aparato y respondió sin esperar más tiempo.

─ ¿Hola? ─preguntó cuando su gargante decidió cooperar.

─ Yo solo le sonreí. ─Gyuvin separó a Ricky a medida que sentía como su respiración se cortaba, intentando sentarse sobre el asiento de forma correcta, ignorando el rostro confuso de su novio.─ En realidad, yo nunca lo hice, no nunca tuve sexo. ¿Acaso esto es justo?

Y colgaron. Gyuvin se quedó durante unos largos minutos mirando la pantalla de su celular, observando el contacto agendado que realizó la llamada. "Lovelicky" indicaba; llamaron desde el celular de su novio.

Gyuvin levantó su rostro pálido, sin decir palabra alguna, observando a Ricky con algo de temor por lo que escuchó minutos atrás. El rubio solo suspiró agotado de todo ese tema, abrazando a su pareja con cariño, preguntándose si es que costaría mucho mudarse de nuevo y dejar todos sus tormentos atrás.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora