𝟐𝟖

101 22 15
                                    

⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵⋆⁺₊⋆ 𖧵 ⋆⁺₊⋆ ✵

Con la casa casi vacía, Ricky se negó a quedarse de brazos cruzados esperando a que cualquier cosa pasara. Hanbin trabajaba, Matthew, por alguna razón extraña, llevó a Jiwoong a una "cita", y Hao tomó a los niños y se fue, seguramente a tomar aire libre lejos de la pesadez helada que se sentía en la casa.

Sin pensarlo mucho, Ricky conectó el teléfono de la casa al verlo desconectado para llamar a su pareja, buscando un poco más que compañía. Así que ahí estaban ambos, recostados sobre la cama, casi dormidos el uno sobre el otro, sin hacer nada más que estar en silencio para disfrutar de la tranquilidad del contrario.

"¿No son una linda pareja? Ellos parecen que en realidad se quieren."

Ricky se removió casi incómodo, en una brecha negra entre estar despierto y dormido, donde no sabía reconocer el sueño de la realidad.

"¿Por qué hablas conmigo?" La voz infantil despertó su curiosidad. "Busca a Taerae o Woongji."

"¿Woongji? ¿Acaso esperas que hable con eso? Lo siento Gunwook, pero nunca me acercaré a cosas como él, ni vivo ni muer..."

"Dormido. Ni vivo, ni dormido."

"Oh niño, debes comenzar a aceptarlo."

Abrió los ojos cuando por fin pudo despertarse, encontrando la habitación vacía y solo a su novio recostado casi asfixiándolo. Lo empujó para apartarlo un poco y ser liberado, estirándose sobre la cama con pesadez.

¿Cuánto tiempo había pasado? Tal vez una o dos horas, tal vez menos, no logró saberlo ya que el pequeño reloj que se mantenía a un lado de su cama mostraba una hora claramente incorrecta: 14:07 p.m.

Sintió la cama moverse y después la pesada pierna de su novio cayendo sobre su espalda, por lo que dejó caer su rostro entre las sábanas, negándose a ponerse en pie. Gyuvin se movió sobre él, dejando claro que estaba despierto gracias a los suaves besos que marcaba sobre la piel de su cuello.

─ Uno, cuatro, cero, siete... ─mencionó en voz baja.─ ¿Qué opinas?

─ Opino que estás enloqueciendo con esos números...¿no crees que es hora de dejarlos ir?

─ Claro, dejarlos ir. Solo tengo que ignorar los miles de mensajes con esos números y olvidar la habitación del sótano. ─Gyuvin se apartó de Ricky al momento en que este terminó de hablar con ese característico sarcasmo que conocía de él, sentándose sobre la cama para levantar el cuerpo del rubio.

Ricky se quejó pero se acomodó para quedar frente a su novio con las piernas cruzadas, expectante. Un escalofrío recorrió su cuerpo al reconocer aquella seria mirada en el rostro de su pareja que le indicaba que no habría juego alguno o bromas innecesarias en su conversación.

─ Dime la verdad. ─la voz de Gyuvin se escuchó profunda, algo que puso nervioso a Ricky.─ ¿Qué es lo que piensas?

El aire se le escapó del pecho, y de pronto había un hueco en su garganta interfiriendo con sus cuerdas vocales. Miró sus manos, evadiendo los ojos de Gyuvin, sin saber realmente que contestar, perdiéndose ensimismado. ¿Debería decirle que estaba muerto de miedo?

─ ¿Crees...? ─su voz se cortó con su garganta secándose.─ ¿Crees que existan algo así como los...fantasmas?

Si Gyuvin no estuviera tan preocupado, quizás se reiría y lo abrazaría, le diría que 'no' o haría alguna broma para alivianar el ambiente, pero él no lo hizo, mantuvo su expresión seria mientras bajaba la mirada y apretaba los labios. Ricky sintió el miedo subir por su pecho.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Where stories live. Discover now