𝟏𝟎

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En medio de su sueño, Hanbin escuchó su celular sonar con insistencia. Al principio lo ignoró al tener el deseo de querer dormir más tiempo; sin embargo, a la tercera llamada se dignó a abrir los ojos y buscar el aparato que se encontraba en algún lugar de su cama.

Cuando lo encontró, se detuvo tratando de descifrar el número que aparecía en la pantalla, era un número que no tenía agendado, así que, con la curiosidad latente, terminó por contestar esperando a que la persona a través de la línea le dijera algo importante tras tanta insistencia.

─ ¿Diga? ─soltó con voz ronca al estar recién despertado, pero se quedó desconcertado al escuchar lo que menos esperaba.

Una melodía se hizo presente tras la línea, era la voz de alguien tarareándola, relajante y cálida. Sin colgar, volvió a mirar su celular, tratando de hacer memoria y reconocer el número que aparecía en la pantalla, pero nada llegaba a su mente. Cuando la melodía se terminó, la llamada se cortó de inmediato, dejando a Hanbin pensando, esperando que fuera solo una broma de mal gusto.

Trataba de asimilar lo sucedido, mirando su celular durante unos segundos en los que volvía a marcar de regreso. Quizás ahora si pueda reconocer la voz y pedir que dejen de molestar, cuando se quedó inmóvil al oír el teléfono de la casa retumbar.

Hanbin no era de sentir miedo, pero ahora sentía la inquietud recorriendo su cuerpo. Decidido, salió de su habitación y corrió hacia el primer piso. Sus pies chocaban con fuerza contra el piso de madera, y aunque sintiera dolor, no le dio importancia, solo quería llegar y ver qué estaba sucediendo.

Cuando estuvo en el espacio en el que se encontraba el teléfono que sonaba como si no tuviera un fin, notó que no había nadie. Trató de recuperar el aliento, mirando hacia todas partes en busca de quien había marcado desde un principio, cuando escuchó la puerta de la habitación de Soojin abrirse seguido de su repentino llanto. Estuvo a punto de correr escaleras arriba cuando vio a Hao bajando junto a la niña en brazos, calmándose un poco al verlos a salvo.

─ ¿Pasa algo? ─preguntó el chico al ver a su amigo agitado. El coreano quiso reír al ver a Hao tan desaliñado como nunca antes vió, con bolsas bajos sus ojos y obvio cansancio en su rostro.─ ¿Estás bien?

Hanbin no supo que decir, todo era sumamente extraño. Quiso pensar en diferentes excusas para lo ocurrido, pero no podía dejar de pensar en que él había marcado desde su celular a su propio teléfono.

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─ ¿Me comprarás un helado? ─preguntó Yujin mientras subía al auto al lado de su pequeña hermana, quien era acomodada por Matthew en el asiento para bebés.─ ¿Podemos llevar a Wookie?

Matthew no respondió, solo subió al auto cuando vió que la pequeña estaba bien asegurada en su silla y suspiró al ver la casa, recordando el extraño actuar de Hanbin hace tan solo unos minutos atrás. El chico comenzó a hacerle un par de preguntas extrañas, que solo lograron preocuparlo por su comportamiento.

─ Matthew...¿puedo pedir un helado de fresa? ─la voz del niño lo trajo a la realidad nuevamente, dejando de lado su preocupación para poner el auto en marcha.

Hanbin fue directo, le pidió que se llevara a sus hermanos mientras él verificaba que ningún extraño se escondía en la casa. Matthew sabía que solo estaba siendo paranoico, quizás solo debía a un sueño por el estrés que su amigo tenía; aparte, él creía que todo lo contado era absurdo.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ