𝟕

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Ricky se alistó para ir a su escuela a tempranas horas de la mañana. No quería darle más estrés a Matthew, por lo que decidió hacer todo con anticipación y evitar regaños; había olvidado que el canadiense no solo tenía que lidiar con él, sino también con Yujin.

Cuando escuchó unos pasos firmes en la escalera, supuso que Matthew bajaba para llevarlos a Yujin y a él como era costumbre, pero todos sus movimientos fueron congelados la ver a su hermano de pie frente a él.

Hao mantenía su rostro sin expresión. Se veía serio, quizás enfadado. Pasó de largo sin saludar a su hermano, tomando las llaves del auto y deteniéndose en la puerta principal, sin siquiera mirarlo,

─ Vámonos. ─soltó con voz baja.─ Yo te llevaré a la escuela.

Ricky no quiso oponerse. Toda la noche se la pasó pensando en lo que hizo, y ahora estaba decidido a remediar su error. Así que, aunque no quisiera, se dignó a ignorar su ego y obedecer a lo que su hermano dijera.

La puerta principal fue cerrada con fuerza, y Hanbin despertó de golpe, recordando lo que Hao le dijo segundos antes de acostarse.

Para Hanbin, las mañanas en esa casa eran un martirio al que tendría que acostumbrarse después de vivir en la serenidad de su antiguo hogar. Aunque bueno, él lo decía así ya que partía a su universidad desde que comenzaba a amanecer, cuando aún todos yacían dormidos.

El bullicio de los menores durante las mañanas no los dejaba dormir, sobretodo el llanto impredecible de su pequeña hermana. Pero bueno, entendía que era una bebé al final de todo, y agradecía no ser él quien se encargue siempre de Soojin, sus amigos eran su mayor apoyo.

Cuando ocurrió la desgracia de su madre, luego de que le entregaran a Soojin en aquel hospital, Hanbin entró en pánico y angustia al no saber que hacer con una bebé recién nacida y un niño de cinco años, cuyo padre los abandonó a la deriva.

Solo recordó las dos únicas personas que lo ayudaban, y así fue como llegó al pequeño cuarto que Hao habitaba tras decidir alejarse de su tía. Él se quedó con los dos pequeños todo el tiempo que Hanbin cayó en depresión. Matthew también fue amable al llevar a sus hermanos al parque todos los días para que se distraigan, olvidándose de su propio descanso para enfocarse en los niños.

Con el tiempo, Hanbin se recuperó un poco consiguiendo un empleo luego de abandonar la universidad a la que asistía. No quería seguir teniendo el recuerdo de su madre y volver a caer, pero tuvo que vivir en esa casa por unas largas semanas, hasta que juntara el dinero necesario para irse.

Fue Matthew quien le dio el aviso del nuevo hogar en venta, y él aceptó de inmediato, todo con tal de salir de aquel lugar que solo lo enloquecía más. Aunque sus ánimos no eran los mejores al final de todo; aún le costaba adaptarse a su nueva vida, a su nuevo hogar.

Al estar despierto completamente, lo primero que hizo fue buscar a su pequeño hermano. En la noche, Hao le dijo que llevaría a Ricky a la escuela, así que él decidió llevar al suyo por su cuenta, para no estresar más al pobre Matthew que cada vez parecía enloquecer con los horarios.

No buscaba hacer las cosas con desesperación esa mañana, no quería asustar más a su hermano. Así que entró a la habitación lentamente, buscando a Yujin hasta toparse con su cuerpo dormido sobre el piso. Al principio se alarmó, tomándolo en sus brazos con prisa, pero al ver como este despertaba adormilado, su alma volvió a su cuerpo.

El niño tallaba sus ojos sintiendo la suavidad del colchón debajo de su cuerpo, para luego mirar a su hermano mayor con confusión. No tardó mucho en dar explicaciones ante la expresión extraña en el rostro de Hanbin.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora