𝟏𝟓

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Yujin caminaba despacio, sin hacer ruido. Sus pasos apenas eran audibles en la fría madera cuando hacía contacto, estaba de puntillas con sus pies descalzos.
Salió de su habitación para dirigirse a la de Ricky, temblando un poco al sentir el viento que se colaba por su ventana.

Empujó con cuidado, tocando la puerta con la yema de sus dedos para evitar que rechinara, y para su suerte, no lo hizo. Cuando estuvo abrierta completamente, se asomó un poco y se dió cuenta de que el mayor no estaba dormido.

Ricky seguía tecleando con rapidez en la pantalla de su celular, la cual iluminaba su rostro. Suspirando aliviado, el niño corrió hasta la cama, lanzándose sin más, escondiéndose entre las sábanas hasta sacar su rostro y mostrar una sonrisa.

El rubio ni siquiera pudo reaccionar, se sorprendió al ver al pequeño escabullirse en su cama, pero suspiró aceptándolo de todas formas. Pensó que Yujin quizás tenía miedo o había tenido una pesadilla, así que lo único que hizo fuera acariciar su cabeza.

─ Déjame dormir contigo, no haré ruido. ─murmuró mirando al mayor.

Ricky pareció pensarlo, alternando su mirada entre Yujin y su celular, tomándose buen tiempo en silencio aunque ya sabía lo que le iba a decir. Suspiró arropando mejor al niño y se acomodó de tal manera que ambos pudieran entrar perfectamente en la cama.

─ Solo no vayas a orinarte. ─le advirtió volviendo a tomar su celular en manos.

─ No lo haré, lo prometo.

El pequeño se acurrucó contra el rubio para conciliar el sueño, ignorando la puerta que dejó abierta, tratando de concentrarse en la suavidad de las sábanas. Cerró los ojos esperando no abrirlos hasta que la luz entrara por la ventana y escuchar a Matthew despertándolo como era costumbre.

En medio de la noche, cuando la oscuridad aún los acechaba, Yujin se despertó viendo el reloj en la mesita de noche de Ricky, suspirando cuando notó que el aire se sentía más frío que antes.

Se removió entre las sabanas para verificar que Ricky estuviera despierto, pero solo encontró al joven rubio dándole la espalda, durmiendo plácidamente. Se abrazó a él, cerrando los ojos e intentando volver a dormir.

Pero unos pasos entrando y saliendo de la habitación lentamente hizo que volviera a abrir los ojos. No esperó más y abrió los ojos, dándose la vuelta para notar que Wookie ya no estaba ahí. Bajó su mirada con curiosidad al ver un papel sobre el suelo, levantándola tratando de no hacer ruido y abriéndola analizarla por unos segundos.

"Perdón, seamos amigos de nuevo."

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Todo va a estar bien.
Podré ayudarte con la limpieza.
Si la casa es grande, te vendría bien.

Ya te dije que si.
No es necesario persuadirme.

Ni siquiera me dejaste hacerlo.
Tengo que persuadirme más a
mí mismo solo por ti.

No tienes remedio.

Te pareces mucho a mí, Bin.

Hanbin sonrió apartando la mirada de su celular, disfrutando de la luz de la mañana que se colaba por su ventana. Apenas salió el sol y él ya estaba despierto, recostado en su cama respondiendo los mensajes que le llegaban, algunos de personas a las que no había visto hace mucho tiempo. Suspiró con alivio, sintiendo esa reconocida calidez en el pecho.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora