Capítulo 36: La fiesta en paz.

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La ausencia del Joker deja un gran vacío en la casa de Caballo de Bastos. A pesar de tener la cena en la mesa, nadie sabe muy bien cómo reaccionar después de lo que ha pasado. Los grillos cantan a todo cantar en la calle. 

Caballo de Oros: Qué raro, no sabía que había grillos en el Reino de Bastos.

Caballo de Bastos: ¿Por qué no iba a haber?

Caballo de Oros: No sé, o sea, con este frío...

Sota de Copas: Bueno, los grillos de aquí no son como los grillos del Reino de Oros ni los del Reino de Copas, me temo. Son grillos resistentes al frío y a la nieve. Dicho de otra forma, no son cosa menor.

Caballo de Copas: ¿A quién le importan los grillos? Lo importante ahora mismo es MI CUMPLEAÑOS. Quiero decir, es pasado mañana, deberíais estar emocionados por la fiesta que voy a montar.

Sota de Oros: Realmente nos importa más la cena, o sea, se va a estropear...

Caballo de Oros: Le van a salir anisakis. No es cosa menor.

Caballo de Bastos: Habrá que encender la chimenea...

Caballo de Copas: Creo que debería cocinar yo, ya que soy un experto. Así nos ahorramos que aparezcan tíos raros que no son Santa Claus cuando vayamos a usar la chimenea. Seguro que si no usamos la chimenea no vienen.

Caballo de Espadas: No veo ningún fallo en su lógica.

Sota de Oros. ¡Yo SÍ lo veo! La otra vez que "cocinó" la comida quedó horrible. Lo siento, pero tengo un paladar sensible y no puedo comer cualquier cosa.

Caballo de Oros: Lo mismo digo.

Caballo de Copas: Hijo mío, lo mismo dirá el pescao que sea comido por ti. No estás como para exigir. Eres feo.

Iriana: ¿Qué tendrá eso que ver?

Sota de Copas: Venga, Caballo de Copas, no te portes mal etc.

Caballo de Copas: ¿Se supone que tengo que portarme bien con gente que ha IGNORADO mi cumpleaños?

Caballo de Bastos: No hemos ignorado tu cumpleaños, solo es que tenemos hambre.

Caballo de Copas: ¿Perdona pero me estás haciendo luz de gas?

Caballo de Bastos: Solo queremos comer.

Sota de Copas: Voy a encender la chimenea y así hablamos tranquilamente y no se enfada Caballo de Copas.

Caballo de Copas refunfuña. No solo han ignorado su cumpleaños y le hacen luz de gas, sino que encima ignoran completamente el hecho de que se haya ofrecido como cocinero, como si no lo hubiese dicho.

Después de que Sota de Copas aplique la ignición sobre algunos cachos de leña que Caballo de Bastos tenía ya en la chimenea, cogen unos platos y clavan los peces en ellos para cocinarlos. Todo va muy bien, hasta que Caballo de Oros abre un nuevo melón.

Caballo de Oros: Oye, pero no nos comeremos esto así, ¿no? Quiero decir, usaremos platos y eso, ¿no?

Se hace el silencio. Caballo de Bastos estaba intentando no mencionar nada que implicase platos, cubiertos y vajillas en general. Bien sabe cómo se las gastan sus compañeros de viaje con las vajillas ajenas. Él mismo había participado de esos banquetes de platos, ensaladeras, jarras y copas, pero una vez que las cosas empiezan a afectarte personalmente y es tu propia vajilla la que se encuentra en juego, la vida se ve de otra forma. "Tampoco es que me sobre el dinero como para derrochar", piensa. Caballo de Bastos tiene clara una cosa: va a luchar por su vajilla.

Caballo de Bastos: La gracia de comer pescado a la chimenea es comerlo así, en un palo clavado y en amor y compañía.

Caballo de Copas: Pues yo no le veo la gracia, sinceramente.

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DUROWhere stories live. Discover now