Capítulo 32: El viaje sigue.

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Cuando Caballo de Bastos entró en la sala afirmando que se encargaría del niño, Mari Pili se sorprende, no se esperaba esa reacción. ¿Por qué razón iba a hacerse cargo del bebé Caballo de Bastos? No es como si tuviese ningún parentesco con él. Habían tenido una amistad normal, con derecho a roce, hace años, pero ya está. Solo pudo responder "eing".

Caballo de Bastos no entiende tampoco la reacción de Mari Pili, ese "eing" se sale de sus expectativas. Tenía claro que le había llevado allí para conocer a su hijo, ¿ahora resulta que se sorprende de que quiera hacerse cargo de él?

Sota de Copas: Verás, es que cuando no estabais aquí hemos empezado a hablar de su hijo y le hemos preguntado directamente quién es el padre.

Caballo de Bastos: ¿Eing?

Caballo de Espadas: Y nos ha dicho quién es.

Sota de Espadas: Y no eres tú.

Cuando Mari Pili les dijo que el padre era un ex vecino suyo que ahora vive con ella, Sota de Espadas se sintió, en parte, decepcionada. Porque habría sido buenísimo que Caballo de Bastos y Caballo de Copas hubiesen criado a ese bebé juntos. Por otra parte, se sintió aliviada. Porque existía la posibilidad de que, con el bebé de por medio, la relación entre Caballo de Copas y Caballo de Bastos no terminara de desarrollarse.

Sota de Copas: Y le hemos preguntado por ti.

Caballo de Bastos: Pero.

Caballo de Espadas: Las cosas salen mejor siendo directos.

Caballo de Copas asiente. Y también tiene una expresión de absoluta satisfacción. Más que por el hecho de que Caballo de Bastos no sea padre (hasta que se demuestre lo contrario, porque queda mucho Reino de Bastos por descubrir), por el hecho de que tenía razón. Y nada le gusta más que tener la razón. Está deseando restregárselo a los demás, no puede esperar al momento en que se jacte delante del resto de que su teoría era cierta. "Si es que soy el más listo", concluye de todo aquello.

Caballo de Bastos: ¿Y qué os ha dicho?

Mari Pili: Ni siquiera dan las fechas. Es imposible que sea tu hijo. Cuando dije que tenía dos años, redondee un poco. No pensaba que eso iba a dar lugar a dudas. Por favor, ni siquiera os parecéis en nada. ¿Solo por ser un niño rubio va a ser su hijo?

Caballo de Copas asiente. Parece que sus argumentos son ni más ni menos que la verdad. Cada vez asiente de forma más estridente para que todos se den cuenta de que él llevaba la razón y ya avisó. Como siempre, vaya.

Caballo de Bastos: Vaya, lo siento, por las fechas había pensado...

Mari Pili: Pues espero que haya quedado claro todo este malentendido.

Mari Pili responde tajante, como siempre, y no de muy buen humor. No le han gustado nada las "acusaciones" que se han vertido contra ella. Siguen comiendo el potaje, que, como Mari Pili se entretuvo para sostener al bebé en brazos cuando lo necesitaba, no lleva guindilla. La cocinera suspira, quería mostrar sus dotes culinarias y enseñar un poco los platos típicos del lugar. Los demás también suspiran, que el potaje no llevase guindilla era de agradecer. Como el ambiente se hizo incómodo después del breve altercado sobre la paternidad del bebé, nadie tenía ganas de hablar mucho, así que la comida sucedió sin más incidentes. Después de comer se abre la puerta.

Sbrensbebé: Pa-pa.

Todos se quedan mirando al supuesto padre del hijo de Mari Pili: un hombre alto, corpulento, rubio y con los ojos verdes. Su cara no es muy agraciada, tiene los ojos muy pequeños y la boca muy grande, lo que decepciona un poco a los presentes, que se habían montado la película de que iba a lucir igual o mejor que Caballo de Bastos.

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DUROWhere stories live. Discover now