Capítulo 30: Extraños acontecimientos.

19 7 85
                                    

Se acaba Naipesvisión y toca irse a dormir. Como toda noche de Naipesvisión, la cosa está muy exaltada entre la gente y en los bares, así que es difícil hablar y que unos se escuchen a otros. Mucho más difícil es salir de allí todos juntos y encontrar el camino a la recepción de la posada o donde sea que se cojan habitaciones. Pese a haber sacado su peor posición histórica, los bastenses no necesitan ninguna excusa para ponerse finos a cervezas y pasárselo de p*ta madre. Algunos no están de ánimos para unirse a la fiesta.

Caballo de Copas: ¡Pero bueno! ¿Por qué tanta celebración? ¡Quiero irme a la cama!

Caballo de Espadas: ¿Qué dices? ¡No te oigo!

Sota de Copas: Vamos a intentar salir de aquí como sea...

Caballo de Copas: ¿Les prendo fuego?

Caballo de Espadas: ¡No te oigo!

Caballo de Copas: ¡¡QUE SI LES PRENDO FUEGO!!

Sota de Copas: Déjalo, cuando se pueda salir, se saldrá...

Sota de Espadas: Qué pesadilla, no entiendo qué tiene que celebrar esta gente. Parece que cualquier excusa es buena...

Caballo de Copas: A todo esto, ¿dónde está Caballo de Bastos?

Miran a su alrededor. Tanto Caballo de Bastos como Sota de Bastos estaban tomándose unas birras y cantando canciones de otras ediciones de Naipesvisión con otros de los allí presentes.

Caballo de Oros: ¿Pero los conocen de algo?

Sota de Copas: Qué va, ellos son así...

Caballo de Copas: ¡¡Qué pereza!! ¡Pues nos vamos sin ellos!

Y emprende su paso, dando codazos para apartar a cualquier bara que se interpusiera en su camino hacia lo que parece la puerta. Los baras, obviamente, le miran con mala cara y murmuran entre ellos palabras que no parecen muy agradables. No lo parecen, aunque Caballo de Copas no sabe lo que dicen, porque hablan en bastense. Y prefiere no enterarse, porque si se enterara, probablemente entraría al trapo.

Sota de Copas: Espera, Caballo de Copas, ¿crees que por esa puerta irás hacia alguna parte?

Caballo de Copas: Claro, si la puerta por la que hemos entrado está al otro lado, esa te debe llevar a la recepción de la posada.

Caballo de Espadas: Yo creo que esto no es una posada, pero no quería quitaros la ilusión.

Caballo de Copas: ¿Y qué va a ser si no? ¿Una secta?

Sota de Espadas: Una taberna.

Caballo de Copas: En fin, sigo mi camino, paso de escuchar vuestros dramas. Si no vamos, no sabremos.

Y se sigue abriendo paso entre la gente a codazo limpio. La gente no se quita para dejarle pasar, lo que agota su paciencia y se plantea prender fuego a más de uno, pero no lo hace porque sabe que los baras son mayoría y acabarían ganándole. Después de que Caballo de Copas abra paso por medio de la taberna, todos acaban llegando a la puerta. Quien la sigue la consigue. La puerta está abierta, que podría estar cerrada, así que tienen la suerte de entrar.

Tras ella se encuentra la típica recepción de posada cuca y pequeña de un lugar que no tiene mucho tránsito de viajeros. Junto a la recepción hay una escalerita que parece llevar hacia las habitaciones, que deben estar en la parte de arriba. Al menos, eso es lo que se intuye, porque las velas están apagadas y allí, al menos, no hay ni un alma.

Caballo de Espadas: ¿Está cerrada?

Sota de Copas: ¿Acaso las posadas cierran? Además, la taberna está abierta.

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DUROWhere stories live. Discover now