Capítulo 22: Lo que pasa en la terma se queda en la terma (literalmente).

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La situación terma es la situación ideal para que surja la pasión. Caballo de Copas lo tiene claro: si hay un momento de hacer que su sueño se haga realidad, es ese. Es cierto que Caballo de Bastos se presenta ante él en versión orco, ¿pero qué más da? Llegados a este punto, se ha vuelto un poco monsterfucker y hasta ha empezado a apreciar la belleza interior de las personas. Especialmente la de Caballo de Bastos, que, aunque sea un orco, tiene su aquel.

"No puedo desaprovechar una situación así, la terma es el contexto idóneo para entrarle a Caballo de Bastos, si las circunstancias se han puesto así es porque tengo que aprovecharlas... ¡Y me siento muy animado! ¡Voy a ir con todo y le voy a tirar los tejos directamente! No sé por qué, tengo mucha confianza en mí mismo, creo que es porque ahora soy un orco y me da todo igual. Algo así debió pasarle a Caballo de Oros en la cueva de las tentaciones", reflexiona.

Así que se acerca a Caballo de Bastos y le entra a saco.

Caballo de Copas: ¿Sabes? Creo que he empezado a ver la belleza interior de las personas.

Caballo de Bastos: Eing.

Caballo de Copas: Ya sabes, qué estoy empezando a aplicar eso que tú dices de que la belleza es subjetiva y la belleza interior o lo que sea que digas, no sé, no te escucho mucho. Vamos, que me parece que estás cañón de orco.

Caballo de Bastos se sonroja. No sabe bien qué decir. No se esperaba para nada que Caballo de Copas lo fuese a adular. Y menos en esa situación, con aspecto de orco.

Caballo de Bastos: Gracias...

Caballo de Copas: A ti te gustan los orcos. ¿Yo qué te parezco?

"Estoy dando demasiados rodeos", piensa.

Caballo de Bastos: ¿Qué quieres decir con eso?

En ese momento, Caballo de Copas se da cuenta de que es mejor ir de frente. Y con ir de frente se refiere a ir más de frente que lo que ya estaba yendo. "Este chico no atiende a indirectas, no es muy listo, no", piensa, mientras toma aire antes de hacer una proposición indecente en un lugar abarrotado de gente.

Caballo de Copas: Que forniquemos.

...

...

...

Caballo de Bastos tarda un poco en procesar toda la información que le estaba llegando al cerebro. Normalmente suele procesar rápido la información, porque es superdotado (aunque no sabemos muy bien a qué se refiere), pero lo de que Caballo de Copas le propusiera fornicación de forma tan directa era lo último que se podía esperar. Pese al desconcierto inicial, una vez ordenados sus pensamientos, tiene clara su decisión y lo que quiere hacer. Caballo de Bastos siempre está dispuesto a una buena fornicación.

Como tarda en responder, Caballo de Copas se desespera. Piensa que ha sido rechazado, pero, aun así, quiere obtener una confirmación de la boca de Caballo de Bastos. Si le dice que no, tirará la toalla para siempre. Si le dice que sí, vivirá el momento.

Caballo de Copas: ¿¿Me respondes o??

Caballo de Bastos: Sí quiero, pero, ¿no decías que estabas en contra de fornicar en público?

Caballo de Copas se sonroja. Justo le tiene que sacar las críticas que ha hecho a gente random en ese momento, ¡como si le importase haber criticado a alguien por algo a la hora de hacerlo después!

Caballo de Copas: ¡He cambiado totalmente de opinión! Quiero integrarme en el Reino de Bastos y voy a zambullirme en sus costumbres. Y si sus costumbres son fornicar en una terma, ¿quién soy yo para cambiárselas?

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora