Capítulo 17: El Desfiladero del Hielo.

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La batalla ha terminado y con ella el sueño de juventud de Caballo de Bastos. La sensación no es amarga, siente que ha finiquitado una etapa más, tal y como finiquitó la avenger era al derrotar a Sirocco, aunque con esta etapa no contaba antes de encontrarse de bruces con que justo se celebraba su querida Liga de las Leyendas al pasar por Montiga. Suspira, lo importante fue participar, a pesar de que siempre ha tenido alma de ganador. Cuando vivía en el Reino de Bastos solía presentarse a justas, torneos, duelos y competiciones de todo tipo. Y solía darlo todo para salir victorioso o quedar entre los primeros puestos. Posiblemente el nivel de los guerreros que se presentaban a esas competiciones estaba por encima del suyo y el de los guerreros de la Liga de Leyendas, donde se encuentran guerreros, magos, hechiceros y de todo de todos los reinos, sea bastante mayor.

"En fin, que no pasa nada, lo importante es vivir la experiencia", reflexiona mientras piensa en que se está ablandando. Se remonta a aquellos tiempos en los que ganó el primer premio de la Liga del Cum en tres ocasiones consecutivas, las tres ocasiones en las que se presentó. Cuando ganaba justas y demás. Qué tiempos aquellos. Al menos tiene la paz de haber derrotado a Sirocco. Si ha conseguido mantener sus habilidades intactas hasta el momento en el que derrotó a Sirocco le vale, ya no las necesita más. O quizás sí, porque aún tiene un nuevo camino por delante.

Tras la derrota a Sirocco había planeado quedarse en el Reino de Oros viviendo la buena vida, ganando algún dinerillo de cazarrecompensa y obteniendo la mayor parte de sus ingresos del trabajo de gigoló, pero tras las enigmáticas palabras de su rival no tuvo otra que continuar su viaje hacia el Reino de Bastos. En concreto, hacia su Palacio Real, de donde se supone que vino la orden de "acabar con toda su aldea y no dejar a nadie con vida". ¿Por qué alguien querría algo así? Cada vez que lo piensa no encuentra ninguna posible razón. Su aldea era un lugar recóndito, escondido entre las montañas, que actualmente se encuentra totalmente cubierto por la nieve y nadie recuerda su existencia. Nadie lo ha echado de menos. Nadie le daba importancia, no existía comercio con el resto del Reino ni relaciones con las aldeas de los alrededores, de ahí que mantuvieran el antiguo idioma bastense que en algún momento dejó de utilizarse en el resto del Reino por su excesiva dificultad. Vamos, que estaban aislados del mundo. Cada día que pasa las incógnitas sobre la misteriosa matanza son mayores. No tiene otra que ir al lugar donde se gestó todo para buscar respuestas, quizás sin éxito. Pero no pierde nada, ya lo ha perdido todo.

Caballo de Copas: Oye, despierta, que estás empanao, que hemos perdíooo.

Caballo de Bastos despierta de su letargo.

Caballo de Bastos: A ya... Ya veo. No pasa nada...

Voz en off: Love Thunder Passion Fruit, debéis abandonar la arena de combate.

Caballo de Copas: Bueno, que tenemos que irnos.

Caballo de Espadas aún está algo aturdido, pese a que ha recibido la magia curadora de Sota de Copas, así que le tienen que ir empujando para que salga de la arena de combate. Parece que ya ha anochecido, la partida se ha extendido bastante y ya casi es la hora de mimir. Sota de Oros y Sota de Bastos están en la puerta esperando.

Sota de Bastos: ¡¡Lo habéis hecho de p*ta m*dre!! ¡¡Esto hay que celebrarlo h*stia!!

Caballo de Bastos: ¡¡Sí!! ¡¡Lo hemos hecho de p*ta m*dre!! Así que ni caras largas ni h*stias.

Caballo de Copas se anima un poco al ver que Caballo de Bastos es el más animado de los allí presentes. Él que se estaba haciendo un poco el compungido en solidaridad con Caballo de Bastos, para que percibiera su apoyo y su empatía...

Sota de Copas: Bueno, pues entonces a otra cosa, mariposa.

Sota de Bastos: ¡Vamos a pegarnos una buena cena! ¡¡Cervecita de p*ta m*dre para todos!!

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DUROWhere stories live. Discover now