Capítulo 34: El pueblo de Caballo de Bastos.

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Después del "chasco" del Torneo Regional de pulso toca seguir caminando hacia el oeste, donde se supone que se encuentra el Dragón Rojo. Se supone que aún quedan algunos días de viaje, pero el destino se acerca cada vez más. Mientras unos intentan vivir la experiencia todo lo posible, intentando atrasar su final por cualquier medio, otros son ajenos a toda problemática existente y tienen conversaciones distendidas unos cuantos pasos más atrás del resto.

Iriana: Jajaj, qué risa anoche con el twink malévolo. Me encantó que al final quedase de arrastrado, jajaja.

Caballo de Oros: Sí... No me podía contener la risa. Al final cada uno tiene lo que se merece, tanto meterse con la gente.

Iriana: No entiendo como al resto parece caerle bien... o al menos no caerle mal.

Caballo de Oros: No te creas, yo creo que solo lo aguantan Sota de Copas y Caballo de Bastos. Y lo de Caballo de Bastos no lo entiendo.

Iriana: Bueno, es que Caballo de Bastos no es muy listo, la verdad.

Caballo de Oros: Qué va, es superdotado. Pero, a veces no lo parece, no sé cómo le sigue dando coba. Sinceramente, no creo que Caballo de Copas esté al nivel de Caballo de Bastos.

Iriana se queda mirando a Caballo de Oros.

Iriana: ¿Te gusta Caballo de Bastos?

Caballo de Oros se sonroja y se sobresalta.

Caballo de Oros: ¿¿A mí?? ¿Por qué? ¡Claro que no!

Iriana: No parece, por tu reacción...

Caballo de Oros: O sea, no es que me parezca mal. Está muy bien, es guapo, tiene buen cuerpo y es buena gente. Lo digo porque es viernes. Solo que...

Iriana: Podría hacer un amarre para que se fijase en ti. Estaría genial, me encantaría ver rabiar al twink malévolo sjjsjsjjsjs...

Caballo de Oros: Verás... es que a mí me gusta otra persona. Pero no se lo digas a nadie.

Iriana: Tampoco es como si me hubieses dicho quién es, no podría decir nada.

"No puedo decirle quién es, tampoco tenemos tanta confianza. Y además seguro que se ríe de mí...", piensa. "Y no estaría bien pedirle un amarre, creo".

Iriana empieza a montarse películas sobre quién puede ser la persona que le gusta a Caballo de Oros. "¿No será...?", niega con la cabeza. "No puede ser que sea el twink malévolo... pero le da tanta importancia... ¿y si es que es un poco masoquista?", las conclusiones descabelladas empiezan a pasear por su cabeza. "Tengo que andar atenta a este salseo".


Caballo de Bastos: Oye, una cosa. Si seguimos andando y hacemos un desvío por la tarde, podemos llegar a mi pueblo. ¿Podríamos pasarnos por allí?

Sota de Copas: ¿Eh? ¿Tu pueblo?

Caballo de Bastos: Sí, el pueblo en el que me crie. Si nos desviamos hacia el Norte un poco, podríamos ir...

Caballo de Copas: ¡Aish, chico! ¡Qué pesadez! ¡Otro que quiere hacer desvíos absurdos! ¡Y ni eso! ¡Porque siempre es él el que quiere perder el tiempo en tonterías!

Sota de Copas: Bueno, nosotros tampoco tenemos prisa.

Caballo de Copas: Pues yo tengo muchas ganas de ver ya al dragón. Además, se nos va a acabar el dinero.

Caballo de Oros: Lleváis semanas diciendo que no tenéis dinero, pero nunca se os acaba del todo.

Caballo de Copas: ¡Hasta que se nos acabe!

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora