Capítulo 29: Naipesvisión.

43 6 116
                                    

Tras haberse alejado de la aldea de Sota de Bastos y familia y llevar un buen rato caminando, Iriana comienza a sentir el peso del cansancio. No está acostumbrada a las grandes caminatas y no se esperaba que los demás fuesen a andar tanto. Lo de "largo y duro viaje" cobra su sentido por momentos. Ella se imaginaba que el viaje podía ser largo, porque a ella cualquier viaje le parece largo cuando se excede de lo que es ir desde la posada a la panadería y desde la panadería a la posada, ¿pero lo de que sea duro? Viendo la pinta de la gente con la que iba a viajar, jamás se lo hubiese imaginado. No tenían mucha pinta de andar mucho. Ahora se arrepiente de haber tenido tales prejuicios.

Iriana: Ejem.

La ignoran y siguen caminando.

Iriana: EJEM.

Se giran hacia ella, porque va unos cuantos pasos más atrasada. No es capaz de seguir el ritmo a sus nuevos compañeros.

Sota de Copas: ¿Qué pasa? Vas muy lenta.

Iriana: Oye, ¿pero aquí no se descansa?

Los de Oros se miran. ¿Qué les van a decir a ellos? Allí no se descansa. Ellos debieron acostumbrarse con sangre, sudor y lágrimas. Nadie dice nada.

Iriana: ¿Eso es que quien calla otorga?

Caballo de Oros niega con la cabeza. Ha asumido lo que hay. Y lo que hay es mucho trote y poco descansito. Una vez lo asumes y lo interiorizas, tu cerebro lo procesa de mejor forma y tu cuerpo deja de sentir.

Sota de Oros: Ya nos gustaría a nosotros descansar...

Iriana: ¡¡PERO!! No sabía esto cuando vine aquí. Si lo llego a saber...

Caballo de Copas: Todavía estás a tiempo de volverte a tu casa.

Iriana: ¡¡PERO!! ¿¿Pretendes que me vuelva yo, una joven sola y desamparada, por este solitario camino de nieve, peligros y penurias HASTA MI CASA?? ¡Ni hablar! ¡Tenemos que descansar y punto!

Sota de Copas: Lo siento, Iriana, pero, como verás, no hay sitio para descansar. Estamos rodeados de nieve y frío y nada más.

Iriana: ¡¡Pues descansamos en la nieve!! ¡Me da igual! ¡No puedo con este trote!

Caballo de Copas: ¡Sí, claro! ¡Y los demás nos morimos de frío!

Iriana: Yo no tengo la culpa de que no sepáis canalizar poder mágico correctamente o lo que sea. ¡Solo quiero sentarme!

Sota de Oros: ¡No todos somos capaces de usar magia aquí! O sea, a mí me gustaría sentarme, pero tampoco me quiero morir de hipotermia.

Caballo de Copas: ¡Yo sí soy capaz! ¡Pero no me da la gana! ¡Que no! ¡Que no! Tengo mucha prisa en llegar a una aldea como para andar entreteniéndome sentándome en sitios donde no me han llamado porque una niñata malcriada a quien no le ha faltado de nada en la vida quiera imponer sus mandatos y hacer lo que le da la gana. He dicho.

Los demás se callan. Iriana pone muy mala cara, se siente ofendida directamente y no se piensa callar.

Iriana: ¡¡Y yo no tengo por qué poner mi vida en peligro porque un twink tenga prisa por lo que sea que pueda tener prisa un twink!!

Caballo de Copas: ¿¿PERDONA?? ¿Me estás llamando TWINK? Perdona pero estás siendo MUY ofensiva hacia mi persona.

Iriana: Cada uno lo que es. No sé qué tiene de ofensivo.

Caballo de Copas: Y yo no sé por qué tú tienes una escoba y tienes que ir andando,

Todos miran la escoba que Iriana sostiene en su mano. Hasta la propia Iriana la mira.

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DUROWhere stories live. Discover now