Capítulo 11: Visita inesperada a los titos.

68 10 79
                                    

Después de todo lo pasado no quedaban ánimos de picnic, así que tocó retomar el camino como buenamente se pudo hacia el norte, rumbo a la frontera con el Reino de Bastos. El frío se hace insoportable para algunos, pero no hay mucho que hacer. No parece que en esa fría zona se encuentren muchos asentamientos humanos.

Sota de Oros: No puedo con este frío. Brrrr brrrr brrrrrrr... ¡¡Estoy tiritando!! ¡¡Hace MUCHO frío!!

Nadie dice nada, simplemente apechugan con las circunstancias. No está la cosa como para conversaciones. Caballo de Espadas sigue estando moñeco a la espalda de su prima, que esta vez maneja su caballo para que el convaleciente se encuentre en reposo. Caballo de Bastos también está convaleciente, sentado de medio lado en su propio caballo, que esta vez maneja Caballo de Copas, aunque a regañadientes. Ahora también tiembla, no está pasando por su mejor momento, sin su "herramienta de trabajo" se siente solo, frío y desamparado. Y encima parece que se avecina tormenta, porque se oyen truenos y el viento se levanta cada vez más.

Sota de Oros: En serio, hace MUCHO frío. ¡¡Mucho frío!! No puedo aguantar esto. ¡¡Este trote es inhumano!!

Caballo de Copas: ¿Se puede callar este señor?

Sota de Oros: ¡¡No puedo!! ¡¡Hace mucho frío!! Qué bien se habla desde la comodidad de tener un abrigo y estar acompañado de una persona que probablemente tenga 47 de fiebre.

Caballo de Copas: Típico comentario de un niñato caprichoso. En fin, lo mejor es ignorar... Y, por cierto, Caballo de Bastos está muy bien, no tiene 47 de fiebre, para tu información.

Caballo de Bastos está tiritando, convaleciente. No se molesta siquiera en contestar, suficiente tiene encima.

Sota de Oros: ¡¡Se está muriendo!! ¡Tenemos que buscar rápido una aldea!

Caballo de Copas: Ah, eso es lo que quieres tú, una aldea. Ya veo, ya veo. Algunos no cambian, siempre pensando en darse un descansito de no se qué, porque en realidad no hacen nada... En fin, Caballo de Bastos está muy bien y muy saludable después de la medicina que le hemos dado y su bubujiji se recupera adecuadamente. Gracias por preguntar.

Caballo de Bastos: Tengo... Frío...

Caballo de Copas: Calla y duerme.

Sota de Oros: ¡¡El resto!! ¿Nadie quiere encontrar una aldea y reposar? ¡Hay enfermos entre nosotros!

Caballo de Oros: Sí, vendría bien reposar, o sea. No sé vosotros, pero yo ya estoy cansado.

Caballo de Copas: De ser feo, porque de otra cosa...

Sota de Oros: Sota de Copas... Tenemos frío... Estamos cansados... ¿No dices nada?

Sota de Copas: El caso es que por esta zona es muy difícil encontrar una aldea.

Ninguno se espera esa respuesta, lo común en el Reino de Oros es que de vez en cuando te encuentres alguna pequeña aldea, por muy pequeña que sea.

Sota de Copas: Os recuerdo que estas tierras eran antiguos territorios del Reino de Bastos. El Reino de Bastos siempre se ha caracterizado por ser un reino frío en el que no hay muchos asentamientos humanos. En esta zona, en su momento había alguna aldea, pero estaban pobladas por campesinos bastenses. ¿Qué quiere decir eso? Que cuando fueron conquistadas por el Reino de Oros se marcharon a las tierras de Bastos que no habían sido ocupadas, allá por el Norte de Naipes. Vamos, que esto se quedó vacío, sin un alma.

Sota de Oros: ¡¡Pero!!

Sota de Copas: Es lo que hay. No le podemos hacer nada.

Caballo de Oros: Pero... Nuestro descansito...

NAIPES (II): UN VIAJE LARGO Y DURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora