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Takashi Hyuga fue el primero en ver a Natsu después de su operación ya que Sora había sido solicitada para una misión el día antes de que despertara, la verdad es que había sido él mismo quién pagó por la misión y pidió que específicamente fuera ella, era algo sencillo, ir a la tierra de los arrozales por una de las medicinas del señor feudal, pero servía para tenerla lejos de la aldea por unos días, días en los que Hiashi pediría explicaciones.

Y días en los que se encargaría de dejarle claras un par de cosas a su esposa.

-Takashi…-Suspiró con alivio al verlo a lado de su cama de hospital, la cirugía había reparado gran parte del daño, sin embargo algunos síntomas como su depresión y necesidad de afecto iban a persistir hasta que ella trabajara en ellos de manera individual.

-Golpeaste a Sora.-Fue lo primero que dijo, Tsunade le había dicho que no debía confrontarla a emociones fuertes, pero no podía esperar ni un segundo para hablar al respecto, él podía amar a Natsu y perdonarla por el daño que le había hecho, pero dañar a Sora era un tema aparte, su traición ya le había hecho daño suficiente, pero ponerle un dedo encima era algo que no iba a permitir.

-Y-Yo…

-La golpeaste y cortaste con un kunai, tiene cicatrices en las manos, en la muñeca y detrás de la rodilla, Hoteho me dijo que también le abriste la cabeza.

-Yo estaba desesperada, no podía razonar.-Nunca había visto a su marido con un gesto tan serio y amenazante como el que le estaba enseñando en ese momento, de haber sido otra persona podría haber jurado que estaba ahí para matarla.

-Quizás no, pero ahora te ves demasiado lúcida así que voy a dejarte algo bien claro.-Se puso de pie y recargó un brazo en la cabecera de la cama inclinándose hacia ella manteniendo el contacto visual.-Si vuelves a tocar a mi hija te pasará algo miles de veces peor que ese sello.

-T-Takashi.-Murmuró asustada.

-No me interesa un carajo lo que haya pasado entre ese sujeto y tu, puedes volver a hacerlo si te place ateniendote a las consecuencias, pero a partir de ahora vas a ser la mejor madre en el mundo para Sora ¿Te queda claro?

-Estoy muy arrepentida de todo lo que he hecho.-Confesó soltando unas lágrimas.-Sora y tú no merecían el daño que les hice.

-Te hice una pregunta Natsu.-La interrumpió con frialdad.-¿Te queda claro? A partir de ahora no vas a darle ni un solo problema a mi hija, no te preocupes, como tu marido me encargaré de quedarme permanentemente en la aldea para cuidarte en la medida que necesites, pero frente a Sora vas a disimular y te comportarás mejor de lo que has hecho todos estos años.

-Lo prometo, seré una mejor madre.

-No me importa que tan deprimida te ponga que no pudieras cumplir tu estúpido sueño adolescente con Fugaku, vas a callarte cuando la tengas frente a ti, puedes llorar todo lo que quieras después por lo cruel que fue el mundo contigo. Pero vas a ocupar cada instante para ser la madre que Sora siempre ha merecido y cuando tenga hijos también serás la mejor abuela, es lo mínimo que puedes hacer a cambio de todas las estupideces que hiciste.

-Lo juro.-Susurró cerrando los ojos con miedo, Takashi se incorporó y se encaminó a la salida.-¿A dónde vas?

-A convencer a Hiashi de que no te excluya del clan Hyuga y te permita seguir viviendo sin avergonzar a nuestra hija.

“”
-¿Una panadería?-Preguntó con sorpresa mientras secaba los trastes que le pasaba su padre.

-Así es ¿No te parece que sería una buena idea?-Ella lo miró unos segundos indecisa, estaba feliz de que su padre por fin considerara salir de ANBU, pero se lo imaginó quizás tomando el liderazgo de un pequeño equipo Genin, dejar la vida ninja para ser panadero era un cambio algo extremista.

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