22

753 104 29
                                    

Izumi en una ocasión compró una revista para chicas, en ese entonces tenía 10 años pero sentía mucha curiosidad por el mundo femenino, la llevó a la academia y la leyó en compañía de Hana y Sora, en sí la revista no tenía muchas cosas interesantes, algunos consejos de maquillaje, ejercicio, publicidad de productos y artículos sobre la importancia de conocerse a sí misma.

Pero había un artículo que encontró demasiado interesante, una test para saber que tipo de personalidad tienes. Tenía muñequitos de colores representando los diferentes tipos de personalidades e incluso diagramas que explicaban el nivel de compatibilidad entre esas diferentes personalidades.

Por supuesto que se lo enseñó a todos sus compañeros e hizo que la mayoría contestara las preguntas para saber que tipo de personalidad tenían, incluso logró hacerlo con Itachi haciendo unas pocas preguntas cada que se encontraban.

El resultado fue de lo más alucinante, tenían personalidades altamente compatibles. Sin embargo por alguna razón encontró más curioso otro hecho.

Itachi y Sora tenían el mismo tipo de personalidad.

Al principio pensó que era solo una falla o que el test no era tan certero como imaginó, pero conforme pasaba el tiempo se iba dando cuenta de que podía ser verdad.

Había repetido una y otra vez el mismo test a ambos obteniendo exactamente los mismos resultados.

Mirando sus interacciones notó que se llevaban bien, cordialidad sin esfuerzo pero no parecía ir más allá de eso. El tipo de personas que se llevan bien a la primera.

Y quizás al tener personalidades muy parecidas, eso hacía que sus reacciones a ciertas situaciones fueran las mismas.

Ninguno de los dos lo sabía, pero los días en que se vieron llorar mutuamente terminaron igual, ambos entraron a su cama hasta taparse por completo con las sábanas mientras rogaban porque algún meteorito cayera en la tierra.

Ninguno era muy bueno con sus sentimientos genuinos, sobre todo con el llanto, por eso no lloraban en presencia de otros y en general podía decirse que no lloraban.

Tenían a una sola persona de confort con la que podían mostrar reacciones más genuinas, en el caso de Itachi era Sasuke y en el caso de Sora era su padre. Por eso para ambos resultaba extraño haberse sentido en la comodidad y confianza suficiente para llorar frente al otro. Algo que quizás no tendría importancia para muchas personas, como por ejemplo Izumi que había llorado en presencia de muchísimas personas sin que eso fuera un problema o algo especial.

Pero nuevamente, ellos dos tenían otra forma de ver las cosas, por eso pasaron la noche en vela mientras se quejaban silenciosamente por haber hecho algo tan vergonzoso y al otro día simplemente fingieron que nada de eso había pasado.

""
-¿Y Sora-Chan?-Preguntó con pereza antes de meterse un gran puño de palomitas a la boca.

-Dijo que tenía misión en la tarde.-Respondió Hana echándose sobre su estómago para ver la tele.

De pequeñas pensaba que lo que veía Izumi era aburrido y ridículo, de adolescentes lo seguía creyendo, pero ahora que tenía 18 comenzaba a tener algo de interés en lo que veía.

No todas las comedias románticas eran sosas y empalagosas, habían algunas con buena trama y giros complicados, pero aún las que eran demasiado cliché servían para entretenerse.

Había un cliché en especial que a Izumi le gustaba mucho, a Hana no tanto pero le resultaban divertidas algunas escenas. El cliché del chico rico, serio y perfecto con la chica despistada, no tan bonita o inteligente.

Sobraba decir que Izumi se identificaba mucho en esas novelas a pesar de que ella sí fuera bonita e inteligente. Y había un capítulo en común que todas esas novelas tenían, la aparición de una segunda chica que era todo lo contrario a la protagonista, una chica hermosa de cuna de oro que le era impuesta al chico por sus padres para casarse.

Empty Byakugan [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora