Capítulo 75

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El reloj continúo moviéndose para todo el mundo por igual, las peleas iban y venían en todo el territorio del Distrito 13 y en cada una de ellas solo una mujer se alzó como vencedora por todo el país. Una boxeadora que fue bautizada como la peleadora más equilibrada en toda la división de Peso Gallo: Juliana Mondi. Y no solo era ella, pues existía otra guerrera formidable en la misma división que se había encargado de labrar su camino a puño limpio para defender su cinturón: La boxeadora más amada del territorio Mexicano, una peleadora sin talento que había vencido a todas sus rivales únicamente con fuerza pura: Rosario Reyes.

—¿Podemos hacer una última pregunta? —Dijo un reportero levantándose de la silla y dirigiéndose a las boxeadoras que tenía delante. —Julia, Rosa. Actualmente las dos son campeonas en sus respectivos países; los fanáticos y expertos del deporte esperan mucho por ver un combate aguerrido. ¿Que espera cada una sobre su revancha? —Fotografías y videos se estaban tomando del momento exacto en que alguna de las dos respondiera, la primera en romper la fina capa de silencio fue la campeona del Distrito 13 con una sonrisa de burla que hizo voltear todos los reflectores sobre de ella. —Planeo terminar la pelea mucho antes de lo que terminó nuestro último encuentro. Para antes del cuarto round la pelea habrá terminado. —Sonidos de sorpresa y exaltación demostraron lo contundente que se había vuelto el comentario de Juliana. —Esa es una opinión muy polémica... ¿Y que opina la campeona de México? —Volvió a preguntar el reportero esta vez dirigiéndose a Rosario quien se mantuvo con la cabeza agachada durante las declaraciones de su rival. —Llevo mucho tiempo esperando esta revancha y cuando llegue el momento de subir al ring con ella les mostraré la verdadera fuerza de la familia Reyes.

Cada aplauso sobre las boxeadoras las levantó de sus asientos para estrechar sus manos en un gesto amistoso. —¡Y aquí tienen damas y caballeros! ¡Está podría ser la revancha más esperada del año en la categoría de Peso Gallo. Miren como se dan la mano y se preparan para volver a hacer rugir el estadio! —Los comentaristas hacían alarde del máximo evento que estaría por suceder dentro de tan poco tiempo. Y en medio de una celebración del próximo combate, una persona avanzó sin temeridad hasta la mesa en la que se hallaban los cinturones de Julia y Rosa con sus respectivas dueñas. Aquella criatura atrajo toda la atención de las cámaras por estar vistiendo su traje de boxeo y aún más importante, por tener en cada hombro un cinturón nacional de dos países distintos. —Vaya, vaya, vaya. ¿Por qué no me invitaron a la fiesta? Después de todo ustedes tienen los títulos que yo estoy buscando.

Una gran tensión invadió el auditorio hasta que fue descifrada la identidad de la otra boxeadora.
—¡Es Sophia Davis!
—¿La campeona de Estados Unidos y Canadá?
—¿Qué está haciendo aquí? 
—¿A qué se refiere con los títulos que ella está buscando?
—¿Será que quiere retar a una de ellas?

Rosa y Julia se levantaron de golpe tomando cada una su cinturón y colgando sobre su hombro su trofeo. Esto terminó causando risas en la boxeadora americana quien de un solo puñetazo sobre la mesa la destruyó con suma facilidad. Ahora no había nada que pudiera separar a las tres peleadoras. —Ya había escuchado de tí... Te haces llamar la futura reina del boxeo, pero que estupidez. —Dijo Rosa dando el primer paso para encararse con Sophia. Las caras de ambas guerreras consumían la distancia con facilidad, esto hasta que un puño envuelto en ventas se interpuso en su camino; Juliana Mondi atravesó la riña para marcar su territorio igual que un animal salvaje. —De verdad que eres impulsiva, un boxeo tan tosco como inservible... Es una pena que tú seas la dueña de ese cinturón tan hermoso. —Luego de tan desagradable comentario lleno de desdén, Sophia Davis intentó tocar el cinturón mexicano sin lograrlo por el retroceder de Rosario. —¿Qué haces aquí? Tu no tienes vela en este entierro, hija de puta. —Una sonrisa que ocultaba risas obvias fue lanzada por parte de la boxeadora americana quien abrazó con emoción sus respectivos campeonatos. —¡Quiero los cinturones que ustedes tienen! —Aquella respuesta se hizo sorpresiva para todos los presentes que nadie pudo replicar.

—Por favor permítanme explicarles. Ustedes dos tienen formas de boxear bastante sucia que no es propia de una campeona así que la única forma para asegurarme que esos títulos estén con la persona correcta es que yo los tenga todos. ¡Solo una reina como yo puede cargar con todos los cinturones del mundo! —Un silencio se perpetuo durante la explicación aberrante de la pugilista campeona hasta que Julia avanzó por el recinto dejando atrás tanto a Rosa como a Sophie. —No me importan tus motivaciones, sí lo que buscas son nuestros cinturones tendrás que esperar hasta que alguna de las dos le quite el título a la otra... Hasta entonces deja de estorbar, perra.

Una vez fuera del lugar en dónde se estaba realizando la entrevista y avanzando por la carretera para volver a casa. —Julia, ¿Por qué fue que reaccionaste así luego de lo que dijo esa mujer? —Preguntó Alejandra notando a su amiga con una expresión molesta. Luego de un suspiro de desinterés Juliana giró la cabeza y dijo algo que sorprendió a su amiga y a su entrenador por igual. —Simplemente me resultó molesta... ¿Podemos bajar en la Alameda? Quiero caminar. —Luego de que Julia y Ale bajaran del vehículo, el viejo Simón notó que su discípula olvidó su mochila con su ropa de boxeo.  —"Niña distraída, debería regresar a devolverla..."

Y mientras tanto en alguna cafetería del Distrito 13. —Oye Rachel, podrías ir a llevar este pedido a la calle que está enseguida de la Alameda. No te tardes que ya está oscureciendo. —Dijo la dueña del local entregándole una bolsa de comida a su hija. —Si, si. De todos modos no tengo ningún motivo para tardarme. —La mujer tomó el pedido y se marchó caminando hacia la oscuridad del Distrito; su avance la hizo cruzar por curioso parque encontrando a unos escasos metros con un par de personas que le recordaban su pasado en el ring.

Bestias AgresivasWhere stories live. Discover now