Capítulo 35

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—"¿Cómo es posible que sus puños vayan tan rápido? Ni siquiera puedo acercarme, con las justas puedo usar mis jabs para desviar los suyos, a este paso me va a acorralar." —Pensaba la boxeadora Jess viéndose retroceder con lentitud hasta las cuerdas. Aunque era capaz de evitar ser tocada por los puños de Rachel; sus ojos vieron con pasmo que Williams parecía estar absorta en su propio mundo como si su mente no estuviera conectada con su cuerpo. En medio de la ametralladora de golpes que se había hecho La Bestia, esta misma rompió la distancia en un instante para conectar un puñetazo directo a la boca del estómago de Jessica poniéndola casi de rodillas y casi al borde del vómito por el fuerte impacto.

Rachel preparó su brazo derecho para darle fin a la pelea siendo detenida al último momento por el árbitro que indicó el final del primer asalto. Jessica Martinez fue salvada por la campana.

—¡Jessy! —Tanto Anthony como si entrenador llevaron a la boxeadora herida hasta las cuerdas para hacer lo mejor posible por ayudarle. —Maldición es un monstruo, no te preocupes. El Dempsey Roll no es tú única estrategia, aún puedes conectar golpes en sus puntos vitales igual que como lo hiciste con Yadira. En el próximo round va a querer utilizar sus jabs, gánale en velocidad y toma la ventaja. Ahora ve. —El entrenador limpió el sudor de Jessica y la mandó nuevamente a la batalla, no sin antes recibir unas palabras de aliento de su esposo. —Te amo, Jess... Eres el amor de mí vida. —El mensaje encendió en la pujilista una flama de esperanza por el amor de su pareja que la impulsaba a seguir adelante así que apretó sus guantes, ajustó el protector bucal y salió a pelear.
—...¿Qué quieres lograr con esto? ¿Hasta cuándo estarás satisfecha? Termina con esto por amor a Dios, si vas muy lejos podrías matar a esa chica y lo sabes. —Los comentarios de Simón no tenían efecto alguno en Rachel que parecía estar dormida con los ojos abiertos. O eso parecía hasta que escuchó las palabras de amor que Thony le dirija a su amada lo que la despertó de su letargo aún más molesta que antes. —Mantener este estado es complicado, sabes? Pero tienes razón, voy a tomarme en serio la pelea. —Dijo La Bestia marcando en su rostro una sonrisa macabra y adoptando una postura en la que inclinaba todo su peso sobre su pierna izquierda, quería arremeter con todo para el siguiente round y salió a pelear.

Jessica se movía con mucha agilidad por todo el cuadrilátero lista para esquivar las ordas de puñetazos que lanzara Rachel. Sin embargo se llevó una sorpresa horrorosa cuando vió a su contrincante salir disparada idéntica a un león saltando sobre su presa. Jessy alcanzó a esquivar dicho puño con suerte de solo recibir un rose en la mejilla que abrió una delgada brecha en su piel de la que emergía una gota de sangre y un hilo de vapor. Pero la acción no se detenía, más golpes como ese empezaron a caer como lluvia desde distintos ángulos que parecieran imposibles de ser disparados.

La pelea se estaba convirtiendo en la masacre unilateral que había tomado tiempo atrás en su primer enfrentamiento, cada puñetazo iba cargado con un odio y un resentimiento indescriptible así como un deseo incontrolable por probar un punto que quemaban la piel de Jessica. —"No sé si pueda seguir, lo siento Anthony. Esta mujer es el diablo." —Jessica intentó escapar de las garras de La Bestia aunque fue inútil ya que estaba encerrada con esa "cosa" en el cuadrilátero y sin salida alguna a la vista. Incluso las gradas dejaron de hacer escándalo cuando se percataron de como estaba siendo maltratada la aspirante a campeona. —"No, aún no te daré el descanso que tanto quieres. Te haré sufrir hasta el final. —Decenas de heridas fueron abiertas en todo el cuerpo de Jessy, brazos y abdomen, todo para causar más dolor a medida que la pelea fuera avanzando; incluso llegó el médico para sugerir la victoria de Rachel por nocaut técnico cosa que fue detenida por la propia Fiera, por Jessica Martinez. —¡No, esto aún no se acaba! Aún no he mostrado mi mejor momento. —Las palabras de la retadora volvían a enardecer a todo el público que gritaba por ver las llamas de su valor por enfrentarse al huracán que tenía delante.

El segundo asalto llegó a su final pronto y se dió cuenta atrás al descanso para iniciar el siguiente round.

—Sé que quieres llegar hasta la cima y obtener el cinturón, Jessy. Pero estás dispuesta a apostar tú vida para pelear contra ese monstruo? —El entrenador aplicaba hielo sobre todas las aperturas de la mujer calmando un poco las hemorragias. —Todavía me quedan muchas estrategias. No quiero darme por vencida sin pelear con todo lo que tengo. —Esta vez el tercer round fue más equilibrado en comparación a la paliza anterior que Martinez había recibido. Los golpes volaban a partes iguales sobre las dos boxeadoras; sí una lanzaba un golpe, recibía dos y sí lanzaba dos, recibía cuatro. A pesar de que el terreno a corta distancia no era lo suyo, La Fiera estaba demostrando que no tenía nada que envidiarle a La Bestia pues sus puños iban bien dirigidos a los órganos primordiales de Rachel para acumular daño a lo largo de la pelea mientras que los golpes de La Bestia abrían con más fuerza las heridas de Jessica para hacerle perder más sangre.

—Que interesante, todas sus peleas anteriores la prepararon para este momento. Este es el último obstáculo en su camino para terminar de entender mí filosofía; quiere llevar a Martinez a sus límites y así comprobarlo con sus propios ojos. Rachel Williams, eres una mujer maquiavélica. —Decía para sí mismo el rey del Distrito 13, Dorian Mark observaba con euforia ahora desde primera fila a su enamorada. —No te preocupes, preciosa. Sé que te estás conteniendo mucho con ella así que tómate tu tiempo para mostrarle cuál es la peor forma de morir.

Bestias AgresivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora