Capítulo 47

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—Gracias... Fué una increíble pelea. —Julia estaba de pie ofreciendo su mano para ayudar a su rival a levantarse. —Tú rostro y esa sonrisa, de algo de verdad amas el boxeo? —Rosario tomó la mano de la vencedora para alzarse frente a ella y preguntarle la duda que molestaba a su mente durante la pelea. Por unos segundos la pugilista pensó en su respuesta recordando por todo lo que había pasado para llegar hasta donde estaba, dió un fuerte suspiro y contestó. —Si, al principio no estaba segura pero ahora no me cabe duda que amo el boxeo y creo que lo confirmé en esta pelea.. —Esta respuesta remató el espíritu de lucha de la boxeadora tapatía quien agradeció la pelea marchándose del ring con la cabeza hecha una enredadera de pensamientos. —"¿Ama al boxeo gracias a mí? Pero si yo lo odio ¿Qué tiene de bello subir al ring para pelear contra una desconocida? Bueno, ahora supongo que escucharé abucheos y quejidos de mi familia." —Los pensamientos de la guerra mexicana fueron errados cuando recibió aplausos y gritos de apoyo por parte de toda su fanaticada.
—¡Soy tu fan, Rosa!
—En verdad le dió una paliza, es la mejor boxeadora del torneo.
—Tú merecías ganar, Rosa.
—Fue una increíble pelea, esperamos verte como futura campeona de México.
Toda una vida luchando para complacer las órdenes de su familia poniendo su cuerpo para continuar con el legado de batallas que sus antepasados habían forjado, quizá no disfrutaba el deporte porque estaba siendo obligada a amarlo pero ahora que encontró a una chica que le mostró lo hermoso que puede ser el boxeo, Rosario Reyes estaba confundida de cuál sería el siguiente paso en su carrera pugilista.

—Damas y caballeros, acabamos de ser testigos de la arrolladora fuerza que porta esta mujer. Con ustedes, Juliana Mondi quien pasa a la final del torneo de novatas. —El presentador alzó la mano de la boxeadora para que el público aplaudiera su victoria, el anunciante le cedió el micrófono para que Julia diera un par de palabras por su pase a la final. —Eh... Mmm... ¿Hola? Bueno esta no es la primera vez que estoy frente a ustedes, pero es la primera vez que puedo hablar y darle las gracias a todos ustedes por el apoyo que me han dado así como a mí entrenador por guiarme por este camino. Hasta hace un par de años mi vida era un desperdicio en las calles y de no ser por el boxeo no sé que sería de mí. —Muchos aplausos y elogios cayeron sobre la boxeadora quien levantó su brazo y se marchó del cuadrilátero. Juliana Mondi es la primera finalista del torneo.

Ya de camino a los vestidores, la ganadora avanzaba con lentitud pues el dolor en su abdomen estaba yendo en aumento recordándole una vez más esa vieja  contienda que sostuvo contra la Bestia y de como fue abandonada por la única persona que había considerado como alguien importante en su vida o lo que quedaba de ella.

—Bien hecho, niña. —Y se último comentario fue la gota que derramó el vaso y detonó que Juliana saliera corriendo a los baños del estadio, una sensación desagradable acababa de regresar a su mente, una sensación que le dió tanto asco que fue imposible para ella contener el vómito mientras lloraba tratando de comprender a ciencia cierta que fue lo que causó ese malestar tan repentino en ella. —N... No, él no... No de nuevo. —Se repetía mientras intentaba ponerse en pie sin éxito alguno, sus piernas no respondían y lo único que podía hacer era llorar de impotencia mientras negaba con la cabeza.

Mi niña, puedes venir conmigo siempre que hagas lo que yo diga.
—¡Bien hecho, Julia!
—Deja de llorar y haz lo que te digo.
—Ponte de rodillas; ya sabes que hacer, mi niña.
—Eres muy buena haciendo esto...
—Que buena mascota eres, ahora trágalo todo y deja de llorar.

La desesperación y el dolor eran tantos que Julia estaba al borde de caer desmayada por el dolor físico y mental que estaba padeciendo y así iba a ser hasta que alguien sostuvo sus hombros impidiendo que cayera al suelo por completo. —Está bien, estás a salvo aquí y nadie puede hacerte daño. —Una voz ruda pero serena fue la luz al final del camino, una luz que ayudó a calmarla. Un breve vistazo sorprendió a Julia cuando vió que quien la sostenía con tanto cuidado era la propia Rosario Reyes. —G-Gracias. —La chica limpió su boca y ojo; con la ayuda de su rival se logró poner de pie lista para marcharse. —Ni lo menciones. ¿Estás mejor? —Preguntó la boxeadora mexicana. —No, es difícil sentirse bien cuando no puedes parar de pensar en la misma mierda. —Ante la respuesta de Juliana, Rosa asintió mientras la acompañaba con su entrenador en silencio. —Eres una gran peleadora, sin duda tienes lo necesario para ser campeona de tú país... Lo que ví hoy no es una prueba de debilidad, fue la muestra de que no eres una persona que haya tenido una vida sencilla. Así que estoy feliz de haber peleado contra ti, tengo la intención de ser campeona de México y cuando eso pase espero volver a pelear contigo.

Semifinal del Torneo de la Novata del Año de la división de Peso Gallo.
Ganadora: Juliana Mondi gana en el cuarto round con un gancho a la cabeza de su rival y pasa a la final del torneo.

Risas y jadeos venían de la habitación de una particular casa en el Distrito 13. La puerta que escondía los secretos de la recamara se abrió dando salida a una sonriente Rachel Williams que se marchaba aún sin nada puesto más que vendajes en la cabeza. —El doctor dijo que no fue grave y las drogas ya dejaron de hacer efecto, pero estuviste inconsciente un par de días, preciosa. —Dorian Mark alcanzó a su novia antes de que bajara por las escaleras hacia el patio. —¿A dónde vas? ¡Demonios, ni siquiera llevas ropa puesta! —Ante las palabras del hombre, Rachel se giró para golpear el abdomen de Mark y alejarse de él. —Cuando estaba dormida perdí mucho tiempo valioso, ahora debo recuperar el entrenamiento que no hice. Necesito que tener el cuerpo perfecto cuando enfrente a Yadira.

Bestias AgresivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora