Capítulo 31

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—¿Te sientes bien, amor? Estás pálida y muy fría. —Anthony vió a su mujer claramente preocupada sin moverse o probar bocado en la cocina. Los divagues que Jess tenía la hacían prepararse para todo tipo de escenarios posibles que tendría para enfrentar a Rachel, y pese a querer demostrar firmeza lo cierto era que la retadora Martinez estaba aterrada por la idea de estar en el mismo ring que La Bestia. Recuerdos de su último encuentro con ella provocaban una ansiedad tan intensa que su cuerpo se paralizó al temor de volver a vivir otra masacre unilateral que concluyó con su sangre derramada a mares sobre la lona.

—Thony, tengo miedo de lo que pueda pasar en mi próxima pelea... Tú viste lo que esa mujer hizo contra Bella Quintero y es claro que no se va a detener hasta acabar conmigo. —Dijo la boxeadora sin dirigirle la mirada a su esposo, su voz reflejaba una profunda desolación por el futuro. —Te entiendo, en cierto modo yo también tengo miedo de lo que esa mujer es capaz de hacer; pero tú te has esforzado bastante por llegar a ser la campeona y todo el empeño que has puesto te hace mucho mejor que ella. No volverá a pasar lo mismo que la última vez, ahora eres más fuerte y estoy seguro que la vencerás. —La pareja se abrazó listo en para enfrentar lo que fuera que el futuro fuera a mandarles. —Muchas gracias, amor. Ya debo irme al gimnasio, el entrenador me dijo que había alguien importante que quería verme.

Jess se arregló para salir, su caminata parecía hacerse cada vez mal larga al tiempo en que los claros paisajes del Distrito 7 daban una atmósfera tranquila en casa esquina. La mujer llegó a su gimnasio de boxeo siendo recibida por sus compañeros del lugar y por su entrenador. —Que bueno que llegas, ¿Cómo te sientes? —Jessy sonrió aliviada por estar de vuelta en lo de que ella llamaba "su segunda casa." —Ya me siento bien; por cierto, a quién querías que viera con tanta insistencia?

De un lado del gimnasio se presentó la mujer que en algún momento fue campeona nacional de Peso Ligero: Isabella Quintero. —Buen día, gracias por venir. —Saludó la mujer con una voz demasiado formal. —Hola, perdón pero no estoy entendiendo por qué querían que viera a esta mujer. —Todas las dudas que Jessica tenía fueron rápidamente respondidas por su entrenador. Bella Quintero se ofreció para ser la compañera de sparring de la retadora por el cinturón y claro que Jess aceptó al ver cómo el Dempsey Roll de Quintero fue capaz de poner contra las cuerdas a La Bestia. —Ya sé que eres una boxeadora estilista pero, es obvio que Rachel buscará un combate en corta distancia por lo que será necesario que tengas un arma con la que puedas pelear como igual con esa tipa. —Y así es como dió inicio el entrenamiento especial que Jessica Martinez tendría que cruzar para estar lista en su duelo con Rachel Williams.

Por su parte, Rachel estaba a punto de tener su propio entrenamiento con ayuda de su novio. —Tontito, esto terminará cuando yo lo diga. Ahora traga esa basura y prepárate para darme una verdadera pelea. —En el asqueroso piso del falso castillo de Mark; éste último veía desde abajo a un monstruo dejar caer un puñado de pastillas para él. —Quiero recuperar mi instinto salvaje al completo y esta es la única manera. —Con esas palabras finales, Mark empezó a comer todas las drogas que la mujer le lanzó, esperaba conseguir una reacción similar a la que Julia mostró cuando tuvo una sobredosis dónde obtuvo un estado que solo se pondría catalogar como Un Berserker. Fue cuestión de segundos para que un nuevo Dorian Mark se alzara con un rostro que hizo huir a todos los empleados presas del miedo, sus ojos estaban inyectados en sangre  y su boca esbozaba bufidos dignos del toro más sangriento del rancho.

—"La peor forma de morir es cuando te vas de este mundo creyendo hasta el último momento que aún hay salvación." Bien, estoy lista para renunciar a mí vida con todas mis fuerzas ¡Así que no te vayas a contener! —El grito de batalla de Rachel arrancó la pelea entre dos dementes con un objetivo en común, un par de enamorados que tendrían una discusión de parejas. El desatado Mark salió al ataque haciendo gala de una velocidad en sus puños tan alta que cada golpes hacia sangrar la guardia de la novia. Uno de estos golpes hizo volar a Rachel un par de metros por el almacén aterrizando bruscamente contra el suelo para hacerle ver la dura realidad que tenía delante. —"Perfecto, esto es mucho mejor de lo que pensaba. Pero aún debo ir más profundo si quiero sacar mí máximo potencial." —Pensaba en sus adentros antes de volver a la batalla donde Dorian no daba espacio para respirar en medio de su puñetazos.

Pese a la cantidad de dolor que acarreaban las manos de Mark, Rachel empezaba a esquivar algunos derechazos de su novio para empezar a contraatacar sobre todo el cuerpo del drogado hombre y por supuesto que recibir daño no hacía más que enfurecer al desatado quien respondió con un volado de izquierda que volvió a lanzar a Rachel contra el piso teñido de sangre. El castigo no paró aún cuando la mujer estaba caída pues Mark se lanzo sobre ella usando los codos y puños para intentar herirla de gravedad, esto se alejaba por completo de una pelea de boxeo. Ya el rostro Ray se había transformado en un río serpenteante de un líquido escarlata idéntico al tono que reflejaban los ojos de Dorian, ya no se escuchaba sonido en la fábrica pues la única tonada era la de las facciones de Rachel resquebrajándose al ser maltratadas por los puños de acero del animal errático en qué se había convertido el rey de la ciudad. —"¿Qué hice? Las cosas salieron de mí control; Mark es fuerte pero las drogas lo convirtieron en un monstruo... A este paso voy a terminar muriendo."

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