Capítulo 26

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—Que día, tomar entrevistas se vuelve tan tedioso que no quiero hacer nada en la noche. ¿Quieres pedir algo de comer? —Bella Quintero, la segunda mejor boxeadora del peso gallo, volvía de una entrevista para muchos diarios deportivos acompañada de su esposo. —Cariño, no crees que fuiste muy dura con lo que dijiste sobre esa mujer con la que vas a pelear? Fue una campeona nacional por mucho tiempo y nunca ha perdido. —El hombre que avanzaba del brazo de la dama preguntaba curioso de saber si en verdad su esposa pensaba eso de su próxima rival. —¡Oh Dios mío! ¡¿Pero quién hizo esto?!

La puerta de la resistencia se abrió mostrando a la pareja un escenario de pesadilla. Todos los empleados de la casa fueron molidos a golpes hasta dejar sus rostros irreconocibles, el auto de la familia fue estrellado contra las paredes de la sala y todo el interior de la casa ardía en llamas. —¡Ángel, hijo! —Bella entró a la casa en medio de confusión esquivando el calor del fuego en dirección a una recamara de puerta atrancada. La madre golpeaba a la puerta con desesperación intentando entrar sin éxito, el seguro estaba colocado y no había señal de que su hijo estuviera en otro lado de la casa.

Un último empujón hizo caer la madera al suelo dando paso a un muchacho en pijama, amarrado a la cama y amordazado llorando de impotencia. Bella corrió para desatar a su hijo y salir juntos de la casa mientras el padre llamaba a los bomberos y a la policía. Ese día quedó grabado en las noticias públicas como un accidente ocasionado cómo un fallo en las tomas de luz que ocasionó un fuego que se expandió por toda la casa y que fue afortunadamente detenido por las autoridades . Sin embargo, la verdad fue aquella que declaró Ángel Quintero a sus padres. —"Volvía de la escuela, cuándo llegue a casa todo estaba normal así que saludé a los trabajadores y subí a mi recámara para descansar un poco. Tal vez pasaron unas dos horas cuando empecé a escuchar gritos y golpes afuera en el patio por lo que pensé que alguien se estaría peleando y Dios mío. Era una pareja la que estaba atacando a una de las empleadas, ellos azotaron su cabeza con sus puños hundiendo su nariz de un golpe. Cuando notaron que los estaba viendo, saliendo corriendo sobre mi para amarrarme a la cama y después quemar la casa. Eso fue todo lo que pude ver. Fue horrible."

Al tiempo en que la famila Quintero vivía un infierno en la tierra. Una pareja maldita observaba con placer como el fuego consumía todo a su paso. —Qué te parece? Espero que te haya gustado nuestra primera cita, preciosa. —Dorian Mark veía sentado en la cama a su novia recargarse en el balcón cobijando su cuerpo únicamente con la brisa de la noche. El criminal contemplaba con detenimiento la figura bestial de la mujer, Mark pasó su vida con múltiples mujeres en su vida criminal pero nunca antes se había hecho de una mujer tan hermosa como ella. —Creo que ya lo entendí, dejar mi marca en el mundo es la única forma para trascender a los humanos, no es así? —Rachel se giró acercándose de puntitas hasta la cama. —Correcto, por qué? Estás planeando algo y estoy seguro que será emocionante. Dime ¿En qué estás pensando, preciosa?  —La boxeadora avanzó sin decir nada más. Rachel  pasó de Mark, casi como si lo ignorara solo para ponerse su ropa y dirigirse a la puerta dejando a su novio desconcertado. —Mark, esto es fantástico... Hacía años que nadie me hacía sentir mujer y de verdad que estoy enamorada de tí pero, tú al igual que todos serás un espectador de lo que voy a hacer en mi próxima pelea. —Dichas palabras cerraron la puerta detrás de las mujer dejando solo al criminal quien reía a carcajadas solo el la habitación.

Sonidos de cadenas agitándose y costales siendo golpeados eran la tomada que se escuchaba en un decrépito gimnasio de boxeo que actualmente era hogar de la aspirante a campeona, Rachel Williams. Aunque quien practicaba era una chica de cabello castaño y mirada obsesiva sus ojos tenían un aura salvaje, similar a la de un perro que ha vivido toda su vida en la calle. —¡Eso es! Sin duda eres una prodigio, Julia. —Simón Carbajal, el entrenador del lugar había descubierto un diamante en bruto que se estaba encargando de pulir. —No necesito tus halagos, Simón. Aún no me has dicho lo que te pregunté desde que llegué aquí. ¿Cómo puedo vencer a La Bestia?

El hombre suspiró cansado por no ser la primera vez que hablaba de eso con la chica, sin duda era testaruda. —Ya te lo dije, pero eres tú la que no lo quiere entender. Estás a años luz de poder ser un reto para Rachel; en términos más simples, aunque entrenes durante un año entero sin parar jamás podrías significar una amenaza para ella. Rachel llegó hasta donde está gracias a su estilo agresivo y hostil que desarrolló y lo combina perfectamente con las técnicas básicas del boxeo para hacer aún más daño. Eso sin hablar de la experiencia que tiene al ya haber sido campeona nacional. Tú debes seguir avanzando a tu propio ritmo, te voy a inscribir al torneo de boxeo femenil de La Novata del Año en la división de peso Pluma...

Todo el sermón del viejo fue interrumpido por un grito de la novata quien se enfureció por escuchar que sería Peso Pluma. —¡No! No voy a pelear como peso pluma. Bajaré de peso para pelear en la misma división que La Bestia. Dígame qué debo hacer para poder llegar al peso y lo haré, entrenaré cómo ella... Usted dijo que era una prodigio así que si entreno más duro podré algún día pelear con ella. —Toda la determinación que Julia mostraba era algo montruoso, era una obsesión por vengarse de la mujer que le arrebató lo único que tenía en la vida pero había algo más. —¿Por qué? ¿Cuál es tú obsesión con pelear con Rachel sí entrenas en las horas que no está ella?

Juliana Mondi apretó sus puños con fuerza mientras respondía. —Porque ya no tengo nada que perder, voy a darlo todo cuando pelee con La Bestia y demostrarle al mundo que no me deben de subestimar.

Bestias AgresivasWhere stories live. Discover now