Capítulo 63

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—Arriba, arriba. Tenemos que salir a correr, vamos. —Rosario esperaba a su nueva compañera, quien a penas estaba levantándose de la cama argumentando que ella solía entrenar al anochecer. —¡¿Cómo que solo entrenas de noche?! Y además en madrugada, eso explica mucho porque tú cuerpo está en pésimas como dijo mi mamá. Pues te friegas porque ahora mismo empezamos a correr. —Y así, a partir de esa cálida mañana en un país tan distinto al suyo, Julia entendía que debía estar abierta a una nueva forma de entrenar si quería llegar en su máxima condición a la final.

Volviendo al campo de batalla, el segundo asalto acababa de comenzar y Julia se movía tan veloz como una liebre libre por el campo logrando entrar en el rango de su rival conectando un poderoso gancho al mentón de Miller que la arrojó contra las cuerdas dónde una vez más volvería a desatar una ráfaga de puñetazos. —"¡Mierda, es mejor de lo que esperaba! Confieso que estoy sorprendida, pero yo también tengo muchos trucos por mostrar." —Amanda se agachó hasta casi sentarse en la lona para poder escapar las cuerdas y rodear a Mondi buscando una apertura en su guardia para lanzarse a atacar; para su desgracia, Julia demostró tender unos reflejos más agudos de lo que se esperaba recibiendo a la mujer tatuada con un recto de derecha que casi la derribaba obligándola a ponerse a la defensiva durante el resto del round. —Amanda, esa desgraciada resultó ser más peligrosa de lo que esperábamos, no queda de otra más que usar nuestro has bajo la manga. —Con odio pronunciaba el entrenador Andrade acercándose a su boxeadora dándole un beso francés que muchos espectadores vieron como inesperado. Pero para Amanda esa era la señal de que el combate estaba a punto de dar una vuelta de 180 grados a su favor. Dicho beso no tenía intenciones afectivas, el verdadero objetivo de Eric fue introducir en la boca de Amanda Miller un par de pastillas de una droga especial de los barrios bajos del infame Distrito 13. —"Solo fueron 3 pastillas pero su efecto se siente de puta madre."

La campana indicó el retorno a la pelea, pero algo había cambiado y Juliana lo empezó a notar cuando vió consternada que los movimientos que Amanda estaba realizando eran de todo menos comunes; Miller no utilizaba ninguna técnica de boxeo, de hecho no parecía que estaba peleando en una pelea de box. —"Al fin decidió ponerse sería, eh? ¿Qué fue lo qué cambió...? —El público y sobre todo la esquina de Mondi fueron amargamente impresionados cuando vieron a la retadora lanzar una patada alta, similar a una de taekwondo, en dirección a la cabeza de Juliana. La pierna alcanzó a rosar levemente la cabellera de Julia haciéndola retroceder confundida de lo que acababa de pasar. —"¿Una patada...?" —Pero no quedaba tiempo para asimilar lo que estaba pasando ya que Amanda usaba codos y piernas para intentar atacar a su oponente. El boxeo no era importante para ella, su objetivo era terminar con la carrera de Julia y lastimarla sin importar el costo a pagar.
—¿Qué crees que estás haciendo, árbitro? Eso es una falta.
—De no ser por sus reflejos, Julia habría perdido la cabeza con usa patada.
—Los movimientos de Amanda no les recuerda al estilo de La Bestia?
—¿Por qué el inepto del referí no hace nada?

Ante toda la crítica que llovía sobre de él, el árbitro no podía hacer nada ya que esas supuestas faltas que Amanda intentaba cometer habían fallado o se detenían antes de cometerse así que podían fácilmente pasar como fintas demasiado exageradas por lo qué no hubo sanción alguna para La Cazadora. Todo esto fue explicado por el viejo quien apretaba los dientes de la rabia al ver lo sucia que podía llegar a ser el entrenador de su contraria. —Pero Julia aún tiene oportunidad, ánimo jefe, no podemos dudar de las capacidades de Julia. —Alejandra también tenía razón, debían seguir apoyando a su peleadora sin importar las faltas que sus contrincantes estuvieran a punto de hacer. No obstante, Simón no dejaba de lado la que a su juicio era la única debilidad que Juliana podría llegar a tener. —"Niña se que eres una boxeadora excepcional y tú entrenamiento en México te dió un cuerpo perfecto para pelear, pero no importa cuánta potencia tengan tus golpes porque las heridas que ya tenías están bajó mucha presión y sí de casualidad llegas a ser golpeadas en ellas entonces toda la estructura de tú nuevo cuerpo se va derrumbar... Tu mandíbula rota y el costado izquierdo de tu torso son actualmente las zonas más vulnerables de tu cuerpo." 

Julia sabía mejor que nadie los puntos flacos en su nueva forma, a su memoria no paraba de llegar recuerdos de su estadía en la casa de Rosa a medida que esquivaba con muchas complicaciones el variado arsenal de ataques que Amanda lanzaba contra suya.

—¡Vamos Julia, tienes que golpear más fuerte! Utiliza más las piernas para darle potencia a tus puños. —La señora María se dedicaba a entrenar por las mañanas a las chicas mientras que las tardes eran para que el doctor revisara con detenimiento el estado de Julia para darle masajes a sus músculos. Y las noches tampoco estaban libres de entrenamiento, ya que al caer el sol tenía que colocarse los guantes y tener un sparring tras otro contra Rosario. —¿Ya estás cansada? Maldición, ya estás bañada en sudor JAJAJAJA ¡Que ascooo! —En una de sus tantas prácticas nocturnas el cansancio y el dolor le estaban jugando mal a la mujer quien caía derrotada contra la boxeadora tapatía. —¿Podemos ir a dormir ya? —Preguntó en medio de risas la ingenua Juliana quedándose en la lona viendo a su rival inclinarse a su lado extendido su mano para que pudiera levantarse. —Arriba Julieta, ve a ducharte y después podrás dormir pensando en tu Romeo.

—No vuelvas a llamarme así en tu vida, Rosa... Te golpearía si pudiera levantarme.

—Pero no puedes, Julia; así que apresúrate y ve a bañarte Julieta.

—Te odio jajaja Rosarita.

Bestias AgresivasWhere stories live. Discover now