¿Por qué el público ama a personajes odiosos?

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 Ante cada nueva basura que estrenan Disney, Warner, Amazon o Netflix, uno de los comentarios más frecuentes que se suelen escuchar es que sus protagonistas son insufribles. El público los odia y quiere ver como se los comen los zombis, pero, por supuesto, como se supone que son los "héroes", el público sabe que no se los van a comer los zombis: lo cual los vuelve todavía más odiosos. 

 Sorprendentemente, los autores no niegan el asunto principal, sino que defienden a sus personajes odiosos con un "¿Y qué hay de...[Inserte personaje odioso aquí]?" Por ejemplo, en esta entrevista a una co-guionista de "Capitana Marvel": 

 (Léase con voz de J.P., de "Terrible Writting Advice"): "Carol es una 'yerk'. Pero, ¿Qué hay de Tony Stark? Tony Stark es un yerk y sin embargo los fans de Marvel lo aman. Por lo tanto, deberían amar también a Carol, ¿no? Que los fans la odien muestra que son sexistas". 

 El razonamiento es muy malo, pero la pregunta que plantea es interesante: ¿Por qué el público ama a personajes odiosos? El público ama a un buen villano porque, sin un buen villano, no hay una buena historia. Pero el villano no le simpatiza y el público no desea que el villano venza. Lo ama como personaje, no le parece un personaje amable. Pero, ¿por qué se pone de lado de personajes como Sherlock Holmes? 

 Creo que hay tres respuestas principales: Los defectos de un personaje heroico son obstáculos a superar, sirven como contraste para sus mejores cualidades y/o lo ponen en un arco de redención al final del cual van a reaparecer cambiados. 

 El Dr House, como bien observó un crítico, "sería despedido en una semana en cualquier clínica privada de medio pelo. (...) Llega tarde, acosa a las enfermeras, bebe en horas de trabajo, (...)". Pero, precisamente, que le dejen pasar todo eso, indica que el tipo debe ser un puto genio irreemplazable. 

 Tony Stark es un cretino, pero no sabía que su empresa estaba vinculada a negocios realmente turbios. Al enterarse del daño que ha causado, la culpa se convierte en su motivación principal para convertirse en un héroe. 

 Lo cual nos lleva a por qué personajes odiosos, como los últimos "héroes" de Hollywood, son simplemente odiosos y el público no los ama: 

 Sus defectos son presentados como virtudes y no como obstáculos a superar, no tienen otras cualidades mejores que los compensen y no se redimen de sus vicios: se ensalzan en ellos.Tomemos el ejemplo que motivó este post: 

 Capitana Marvel tiene un carisma que es eclipsado por un gato de CGI, se convierte en superheroína por accidente, como el Hombre-Araña, y descubre que ha estado trabajando por años para los malos, como Ironman.¿Asume que tiene un deber vinculado a los superpoderes que recibió por azar?Nop. "Con un gran poder no viene ninguna responsabilidad"¿Siente culpa por haber estado combatiendo contra inocentes por años?Nop. Todo es una cuestión de sentirse ofendida personalmente: El problema es que le han mentido a ella, no los males que causó ella por creerse esa mentira (como buen ícono feminista, la escoria se considera una víctima incluso de los males que ella misma causó).¿Ese engaño la vuelve al menos más prudente para todo discurso de "los buenos contra los malos" en adelante?Nop. Simplemente cambia el chip más rápido de lo que una cuenta en Twitter elimina los tweets de la semana pasada que se volvieron "problemáticos" ayer: los "malos" del jueves pasado ahora son los "buenos", los "buenos" son los "malos", y acá no ha pasado nada. "Oceanía está en guerra con Asia Oriental. Oceanía siempre ha estado en guerra con Asia Oriental". 

 El público puede amar a un personaje odioso, si ese personaje vuelve la película más interesante por la razón que sea. Pero es absurdo escribir personajes odiosos y esperar que el público simplemente los ame.

2001 películas de cineWhere stories live. Discover now