"Ran": Una fábula sobre la descomposición de un reino. 5/5⭐

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Adaptación libre de "El rey Lear".  Kurosawa usa de modo magistral el color como parte de la narración, a la vez que cambia de sexo a los herederos del rey: Su decisión de dividir el reino tiene menos sentido (¿Por qué no siguió la costumbre de nombrar único heredero a su primogénito?), pero en cambio las luchas fratricidas tienen más lógica que si fuesen mujeres. Si las hijas de Lear tuviesen un mínimo de sentido común, se hubiesen puesto de acuerdo entre ellas para frenar a sus esposos de ir a la guerra entre sí. Acá, estando los príncipes en persona al mando de sus ejércitos, el conflicto tiene más sentido. El cambio de cultura le sienta muy bien a esta historia: Que parece encajar mejor en Japón que no en las islas Británicas donde fue escrita.

 Kurosawa es intencionalmente no-realista y preciosista en su modo de narrar esta historia. Destacándose el simbolismo de los estandartes que usa cada facción: El rey usa una bandera blanca. Que es la suma de todos los colores, a la vez que símbolo internacional de rendición. El señor de la guerra rival suyo usa un estandarte negro. Sus hijos adoptan estandartes Rojo, Amarillo y Celeste. Los tres colores primarios en que se descompone la luz blanca, aunque su hijo más fiel no adopta el azul puro como estandarte, sino el celeste: el cual es parcialmente blanco. Finalmente el bondadoso rey aliado que le da asilo usa también un estandarte blanco, símbolo de que él lo ve como un padre sustituto. 

La escena de las flechas tiene también un fuerte valor simbólico: al subvertir la moraleja habitual de esa metáfora: "Las varillas son frágiles por separado, pero fuertes unidas". "El rey Lear" suele considerarse una de las obras más sombrías y pesimistas de Shakespeare: escrita entre 1605 y 1606, mismo período al que se corresponden "Hamlet" y "Macbeth" y que son los años inmediatamente siguientes a la muerte de su hijo. En dos de esas obras, la relación padre-hijo/a es un asunto central y en la otra es aludida como algo importante ("¡Él no tiene hijos!"). Y todas reflejan claramente la depresión de su autor. "Ran", en cierto sentido, puede considerarse más optimista. Sin ahorrarnos nada de la brutalidad de la original. Pero hay una mayor nobleza en el comportamiento de los personajes. Cómo si lo que está ocurriendo fuese una catástrofe cósmica y no algo provocado por hombres de carne y hueso. Esta especie de fatalismo crea una sensación de pesimismo a gran escala, pero optimista en los detalles.

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