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El asunto de las guerreras de fantasía.

 Hace un tiempo comenté mi opinión acerca de un asunto que había causado una polémica bastante bizarra: ¿Son las armaduras tetonas históricamente adecuadas?Pero creo que esa pregunta pasa de largo del asunto central. Que es: ¿Cómo diseñar una guerrera de fantasía? Creo que hay 4 factores a tener en cuenta en esto: 

 El rigor histórico. 

 El factor "cool". 

 El factor "sexy". 

 Y la funcionalidad. 

 Claramente no podés cumplir con los cuatro, así que vas a tener que elegir cuál vas a sacrificar. El rigor histórico no debe confundirse con la adecuación al período histórico. Si tu historia es una fantasía medieval, la heroína no puede tener una pistola láser, eso está claro. El rigor histórico no consiste sólo en que algo se "vea" medieval, sino si efectivamente se corresponde a esa época, lugar y clase social del personaje. El aspecto "cool" y "sexy" son los más propios de la fantasía, pero conviene separarlos. Lo "sexy", como su nombre lo indica, está relacionado directamente con el erotismo, lo "cool" no. La funcionalidad de las armas de fantasía es un elemento que ha cobrado importancia en los últimos años. Si una historia de fantasía se vuelve popular, los canales de YouTube dedicados a H.E.M.A., van a destrozar las armas de fantasía poco funcionales. A los fans de la fantasía, por su parte, les ha empezado a gustar que las armas de fantasía sean funcionales: algo que hace un par de décadas simplemente no era un asunto. Bruce Lee con sus "nunchakus" o los klingon con sus abrelatas gigantes se veían "cool" y eso era lo único que importaba. Esto ya no es así. La funcionalidad y el rigor histórico están estrechamente vinculados, porque la funcionalidad ha sido el principal interés en el diseño de las armas reales. 

 Sabiendo los 4 factores que hay que tener en cuenta, surgen dos diferencias notorias entre diseñar un guerrero de fantasía varón o mujer: de las cuales las armaduras tetonas son sólo un indicio y no la cuestión de fondo. 

 1) Los guerreros varones están diseñados para verse "cool", las guerreras, para verse "sexis". Esto se debe a que los fans de la fantasía bélica son mayormente varones, al igual que los artistas. Hay, por supuesto, excepciones en ambos sentidos. Y, por otra parte, esos dos elementos nunca están del todo separados. 

 2) Hay mucho más peso histórico respecto del armamento masculino. Las guerreras mujeres han sido pocas, integraron en general milicias secundarias y no fuerzas de élite y usaron mayormente armas ligeras. Las pocas armaduras para mujeres que hay en los museos son diseños personalizados hechos para una reina o aristócrata: y casi pueden considerarse armas de fantasía en sí mismas. 

 En el asunto de la funcionalidad, hay licencias que están mayormente aceptadas por los fans de la fantasía bélica: cargar una espada en el hombro o ponerle a una guerrera tacos altos son elementos aceptados, no importa lo absurdamente disfuncionales que sean, porque se ven bien. El rigor histórico y la funcionalidad suelen ir de la mano, pero esto no quiere decir que sean sinónimos. Por ejemplo: muchas guerreras de fantasía usan dagas rompe-espadas o atrapa-espadas. Ahora bien; un autor renacentista que escribe sobre los pros y contras de cada arma dedica un capítulo a la rompe-espadas, a la que llama "el arma de las damas". Y más abajo dice que no es solo un "arma de mujer", sino que puede tener alguna utilidad en el campo de batalla. ¿Es entonces adecuado que una guerrera de fantasía use una o dos dagas rompe-espadas? No. Eso es el equivalente a representar a una royal marine con un aerosol de pimienta: Que la rompe-espadas fuera una buena arma DE DEFENSA PERSONAL para mujeres, no quiere decir que hubiese sido la elección de una guerrera profesional. La pregunta correcta, por lo tanto, no es: ¿Debería ponerle tetas a la armadura?, sino: ¿Qué clase de historia estoy escribiendo y qué factores debería priorizar según sea el caso?Por ejemplo: Yo estoy escribiendo una historia narrada en tono realista y basada en hechos reales. Ahí el rigor histórico es tirano: Todo lo demás debe someterse al rigor histórico. Incluso en una fantasía pura hay que ver que elemento se prioriza: Una guerrera DEMASIADO sexy, en una ficción que no sea erótica, se verá ridícula y provocará un efecto humorístico involuntario ("Gatúbela", 2004). 

 La imagen de un artista anónimo que acompaña este post me parece que ha buscado un buen balance general: El factor "sexy" está reducido a un elemento que falta: el casco. Hay también una ACTITUD muy femenina en el personaje: mirando con tristeza (suponemos) a los estragos que dejó la batalla, aunque ella claramente ha estado entre los vencedores. No tiene una armadura, sino ropa muy gruesa de lino o cuero, reforzada con grebas, rodilleras, brazales y hombreras. El calzado tiene un taco mínimo: lo único que le criticaría es que parecen zapatillas modernas. La espada es básicamente una espada larga europea, aunque no tan larga. En este caso, creo que se sacrificó correctamente la adecuación histórica a la funcionalidad: una espada un poco más corta, en efecto, sería más apropiada para la anatomía femenina. Todo esto es funcional a la vez que se ve extremadamente bien. Con los brazales y las hombreras claramente el autor fue a full por el factor "cool" y no le importó más nada. Los brazales con salientes "a lo Batman" no cumplen ninguna función real: y sospecho que serían más peligrosos para sus compañeros que no para el enemigo. Pero los mayores problemas están en la hombrera con forma de cabeza de águila. Hay dos problemas mayúsculos de funcionalidad con ella: Uno, si una espada golpease en la cresta del águila, la hombrera no detendría el golpe, sino que desviaría la espada a la cabeza (léase con voz de Ironman: "Not a great plan"). Y dos, debería estar en el otro hombro (y, si ella es zurda, entonces debería cargar la espada del otro lado. Una de las dos cosas está del lado equivocado seguro). 

 Nada es correcto ni incorrecto en sí mismo: ni una armadura con tetas ni sin tetas, una hombrera sobre diseñada y disfuncional, un arma históricamente adecuada o no. Todo depende de la historia que estás contando (esto se aplica también a una pintura: una buena pintura te cuenta una historia). Si lo que estás haciendo es adecuado a la historia que estás contando, está bien. Si no, no.