La degradación del "capitán del espacio" en el Hollywood de hoy.

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Cuando, en la segunda mitad del siglo XX, a un niño le preguntaban ¿Qué quería ser cuando sea grande?, podían obtenerse dos respuestas: 1. Astronauta/cosmonauta, 2. Otros.

 Comprensiblemente, las historias protagonizadas por astronautas se volvieron sumamente populares. El astronauta evolucionó en el "capitán del espacio", cuyas aventuras transcurrían siglos en el futuro o "hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana". Se fabricaron millones de juguetes con temática del espacio y el "capitán del espacio" desplazó al "sheriff del salvaje oeste" como el modelo masculino ideal. De modo igualmente comprensible, los niños que crecieron soñando con esas historias volvieron a sus temas y personajes de adultos. Pero acá viene lo interesante y escabroso de este asunto:Hay una notoria diferencia en el modo en que esto ocurrió en el cine ruso y en Hollywood. 

 En Rusia, los pioneros de la cosmonáutica son HÉROES, y el cine no los trata de otro modo que como héroes. Es una celebración pura de los primeros hombres en el espacio. ¿Propaganda? Sin dudas. Pero una propaganda optimista e inspiradora. 

 Cada película o serie de Hollywood que retoma la figura del astronauta/capitán del espacio en los últimos 10 años, en cambio, se propone destruirla. Todo es cobardía, pesimismo, depresión, racismo, sexismo, avaricia, mentiras, perversión sexual, violencia doméstica. 

 Alguien dirá: "Es que nos volvimos adultos". Pero es que esos no son los rasgos de la madurez.

 Los superhéroes volvieron. Los westerns volvieron. Pero volvieron cambiados. El "Batman" de Tim Burton era esencialmente distinto al de la serie de tv de los 1960's. El "post-western" de los 90's fue algo muy distinto al western de los 50's. Un crítico describió acertadamente la diferencia diciendo que el post-western "mostró el piso de arriba". Se refiere a las tabernas del western, en donde se podía ver a hombres subiendo las escaleras siguiendo a una mujer; pero nunca se mostraba el piso de arriba. El post-western mostró el piso de arriba. En "Los Imperdonables", una prostituta le dice a un caza-recompensas que vaya a la barra, diga que quiere jugar al billar y compre una ficha. - ¿Y si alguien quiere realmente jugar al billar? – La única mesa que había la usamos como leña en el invierno del 63.

 La post-ópera espacial hubiese sido un fenómeno normal y saludable. En Rusia no existe la libertad que ese género requeriría. En Occidente no existió por otras razones. Tenemos dos clases de espectadores: Por un lado, gente que ha colocado las ficciones clásicas sobre capitanes del espacio en un pedestal donde se rinde culto a un recuerdo idealizado de su infancia. Tocar esas historias le parece un sacrilegio, en sentido figurado o incluso literal. No quiere revisarlas como adulto. No quiere ver el piso de arriba. Quiere recordar la época en que soñaba con ser astronauta, precisamente porque no es astronauta. Por otro, tenemos a una facción militante políticamente que aborrece la figura del "capitán del espacio": Porque el capitán del espacio representa todo lo que ellos odian: libertad, coraje, optimismo, espíritu de aventura, valores morales. 

 El primer grupo puede ser el más numeroso, pero no son buenos consumidores: No están interesados en nuevas ficciones ni nuevos productos. Sólo quieren "ediciones de luxe" y algunos juguetes coleccionables. De modo que los estudios le apuntaron, como target, a la minoría militante. Esta está interesada en dos clases de historias: 1. O bien que se rebaje al "capitán del espacio" a su nivel. Convirtiéndolo en un completo looser igual que ellos, el cual, por eso mismo, no les inspire envidia y resentimiento. 2. O bien que se vuelva a contar la historia clásica, pero mostrando que "todo era en realidad una fachada". El héroe era en realidad un villano disfrazado.

 Y uno puede lamentarse de que una novela u obra de teatro nunca tuvo una adaptación digna al cine, pero conservar sus esperanzas de que ello puede ocurrir en el futuro. La post-ópera espacial, en cambio, nunca va a ocurrir. La generación que debería haberla filmado fue incapaz de crear otra cosa que basura nihilista.

2001 películas de cineWhere stories live. Discover now