De pequeños una amistad abundaba y de grandes otro sentimiento se formaba.
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Universo Kny
Yoriichi Tsugikuni x Lectora x Michikatsu Tsugikuni
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El nuevo amanecer se comenzaba a ver con claridad con el pasar de los minutos hasta llegar a iluminar todo a su paso, teniendo como resultado que aquella habitación rodeada de paredes de manera se fuera llenando poco a poco de su misma luz.
Tus ojos se abrieron lentamente, parpadeando un par de veces para acostumbrarte y ver donde te encontrabas. El aire fresco de esa mañana inundó tus pulmones al inhalar profundamente, la delgada tela de la cobija que cubría tu cuerpo estaba un poco fría y te dejaba con una relajante sensación por la reciente mañana. Aunque un leve quejido abandonó tus labios cuando trataste de mover un poco tu cuerpo, en específico tus caderas.
Recordaste de repente todo lo que sucedió la noche pasada, provocando que tus mejillas se tornaran de una rojo carmesí por completo por los flashbacks que pasaron por tu mente. Había sido un momento tan apasionado que nunca llegaste a imaginar hacerlo alguna vez en tu vida y menos con tus parejas a la misma vez.
Un cosquilleo en tu pecho llamó tu atención para bajar tu mirada y encontrarte con la presencia del gemelo menor, Yoriichi, dormido pacíficamente y también siendo cubierto de la misma cobija que cubría tu cuerpo. Su cabello suave y largo de un peculiar color borgoña te hacía ligeramente cosquillas al tener su rostro apoyado en la desnudes de tu pecho.
Tus labios se formaron en una ligera curva por la bonita imagen que tenías de él, dormía tan tranquilamente que sus ojos cerrados daban a aparentar que ningún rastro de sufrimiento en su pasado fuera parte suyo ahora.
Tu mano acarició suavemente su cabello poco ondulado, apartando algunos mechones de su rostro para poder verlo mejor y encontrarte con la pacífica mirada al dormir y peculiar marca en su frente, la cual delineaste con tus dedos todo el contorno, mientras que lo único que se escuchaba de él era su respiración normal.
Al mirar vagamente por sobre tu hombro pudiste ver la presencia de tu pareja el azabache, quien también aún dormía. Te percataste hasta este momento que su brazo rodeaba tu cintura para mantener tu cuerpo junto al suyo y que pudieras escuchar cerca de tu oreja su tranquila respiración de igual manera.
Te removiste un poco y sin querer despertarlos sobre tu lugar para tener la visión de ambos gemelos al mismo tiempo, dejando de lado el dolor en tu parte íntima un momento. Suspiraste tranquila, hasta que los ligeros movimientos de Yoriichi llamaron tu atención para voltear a verlo y que en cuestión de segundos sus ojos se abrieran hasta encontrarse contigo, dejándolo con una sensación reconfortante en su cálido y puro corazón de ser tú lo primero que vieran sus opacos ojos esa mañana.
— Hola... — murmuraste con una ligera sonrisa en tus labios, llevando tu mano a su mejilla para acariciarla suavemente. Mirando como respuesta que sus ojos se cerraron un breve tiempo para tomar tu mano entre la suya y recibir tu calor en ese tacto, para al último dejar una suave beso sobre el dorso.
