De pequeños una amistad abundaba y de grandes otro sentimiento se formaba.
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Universo Kny
Yoriichi Tsugikuni x Lectora x Michikatsu Tsugikuni
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La gran parte de la mañana se basaron en acomodar las cosas de la pequeña cabaña donde comenzarían a vivir. Los varones fueron los que te ayudaron a cambiar o mover los muebles mientras que tu limpiabas la suciedad en ellos.
Te sorprendía la facilidad con la que movían aquella cosas pesadas para ti, lo hacían ver fácil ya que parecía como si levantaran unas simples plumas ligeras, pero al concluir todo supiste que seguramente se debía a los entrenamientos que tenían ellos al ser cazadores.
En uno de los momentos libres que tuviste decidiste ir al pueblo para comprar cosas para preparar algo de comer. Recordaste que por la mañana antes de emprender su viaje no habían comido nada.
Los tres lo tomaron como un ligero descanso, se ofrecieron a acompañarte pero les dijiste que no había necesidad ya que no querías que se cansaran más de lo que ya estaban. Al regresar ambos varones estaban en su mundo por separado y miraste como el pelirrojo esperaba por tu regreso sentado frente a la puerta de la cabaña.
— Yoriichi — dijiste caminando hasta llegar a él — vayamos a dentro, prepararé la comida — sonreíste mostrándole la bolsa que traías en manos, te miró para asentir con tranquilidad.
Entraste a la cabaña con la presencia del gemelo menor detrás de ti hasta llegar al lugar de la cocina, comenzaste a lavar toda la verdura bajo la curiosa mirada del pelirrojo. Te diste cuenta de eso y lo volteaste a ver.
— ¿Quisieras ayudarme, Yoriichi? — sonreíste con calma mirando como se sorprendía al haber acertado lo que pensaba.
Al mirarlo asentir levemente te acercaste a él con las verduras limpias y cosas para poder cortarlas — Podrías ayudarme mucho a picar las verduras — volvió a asentir sin problemas.
Hiciste tú el primer intento para darle a entender como hacerlo y cuando comenzó a hacerlo por su cuenta miraste lo concentrado que estaba, sonreíste por lo tierno que se te hizo dicha escena, lo dejaste con lo suyo para que tú pudieras preparar lo demás de la comida.
Para no hundirse en un largo silencio comenzaste a hablar de pequeñas cosas triviales con el pelirrojo a pesar de que la mayoría de veces no respondía por naturaleza suya que comprendiste. Te hizo recordar a cuando eran niños, siempre que lo ibas a ver a escondidas eras tu la que siempre hablaba. Dejaba que hablaras para escucharte con total atención aunque pensaras que no fuera tan importante lo que decías.
El ligero ruido que ocasionaba el cuchillo pegar con la tabla de picar dejó de escucharse luego de unos minutos, te giraste a ver al pelirrojo y miraste que ya había terminado de ayudarte. Te sorprendió su velocidad ya que si lo llegabas a hacer tú te podrías llegar a tardar más tiempo.
— Vaya... Muchas gracias, Yoriichi — sonreíste acercándote a él mientras secabas tus manos con un pequeño trapo limpio — eso será suficiente, en un momento estará la comida — tomaste un pequeño traste para poner ahí las verduras que te ayudó a picar.
