食 - | 15 |

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Igual que la luna

El silencio era cómodo y ninguno de los quería que fuera interrumpido

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El silencio era cómodo y ninguno de los quería que fuera interrumpido. Seguían en la misma posición sin darse cuenta que pronto el sol iba a esconderse a la lejanía.

Su tacto cálido seguía en tu mejilla sin querer separarse de allí, queriéndote brindar una tranquila calma para olvidar la tristeza de minutos antes. Poder escuchar su suave voz luego de años de no hacerlo era sentir como si una pluma rozara lentamente por la piel de tu rostro.

Pero lamentablemente algo interrumpió el cómodo momento.

El suave aleteo de un ave se escuchó acercándose poco a poco a ustedes, un poco avergonzada al darte de su cercanía alejaste tu rostro del suyo y sus miradas se desviaron al cuervo. Observaste que aquel cuervo de plumaje negro era un poco diferente al cuervo de Michikatsu.

— ¿Es tu cuervo?... — preguntaste con nervios en tu voz por lo de segundos anteriores.

— Sí — asintió con serenidad. Volvió a su expresión de siempre y te tranquilizó pensar en que tal vez no mencionaría nada de lo que pasó para no incomodar a ninguno de los dos.

El pelirrojo se puso de pie caminando unos cuantos pasos hacia el frente y esperar a su cuervo, el cual se posó su brazo al extendérselo.

A esa distancia no pudiste escuchar lo que el cuervo decía, pero intuiste que no decía nada bueno al ver una expresión diferente en el pelirrojo.

— ¿Sucede algo? — preguntaste confundida poniéndote de pie.

Pareció salir de su trance al escuchar tu voz, su cuervo voló hasta descansar sobre el piso de madera donde anteriormente estaban sentados.

— Tengo una misión — se giró para verte.

— ¿Ahora?... — murmuraste con tristeza y él te miró unos cuantos segundos más para bajar la cabeza y mirar el suelo.

— Lo siento... —

Formaste una ligera mueca en tu rostro de inconformidad, querías que se quedara un poco más, pero sabías que no podías intervenir en su trabajo como cazador y más cuando la vida de las personas está de por medio.

— No tienes por que disculparte — negaste poniendo una sonrisa en tu rostro — entiendo —

— No me gustaría que te quedaras sola —

— No creo estarlo, puede que Michikatsu regrese pronto... — parecía no estar satisfecho — tranquilo, estaré bien aún así... —

Un poco indeciso terminó aceptando.

— ¿Te irás ahora? — preguntaste.

— Sería lo mejor, no quisiera llegar tarde —

— Está bien... — sonreíste para no dejarlo intranquilo.

AMORES PUROS || Gemelos Tsugikuni Where stories live. Discover now