De pequeños una amistad abundaba y de grandes otro sentimiento se formaba.
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Universo Kny
Yoriichi Tsugikuni x Lectora x Michikatsu Tsugikuni
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La luz del sol de medio día entraba por las ventanas de aquella habitación y la suave brisa que la acompañaba mecia suavemente las cortinas blancas hasta llegar también a mecer los pequeños mechones de cabello que había a cada lado de tu rostro.
Tus manos sostenían unas cosas que llamaban la total atención de tu mirada, estabas mirando y apreciando los hermosos obsequios que desde pequeña nunca los alejaste de ti. El hermoso kanzashi de flores blancas y violetas que te hacían recordar a Michikatsu y el haori que te recordaba los cálidos abrazos que te daba Yoriichi cuando eran pequeños.
Le habías agradecido mucho a la mayor de que haya cuidado bien esas cosas tan preciadas para ti.
Hace algunos minutos la mujer te había dejado sola y te había dicho que te prepararía un té, aunque si lo pensabas mejor realmente no tenías hambre ya que los pensamientos que abrumaban tu cabeza te hacían perder el apetito.
Cada segundo desde que habías despertado llegaba a tu mente el pensamiento que harías ahora en adelante, te encontrabas sola en este gran mundo que te rodeaba y te repetías una y otra vez que las personas que más amabas se habían marchado con el paso del tiempo.
Suspiraste desganada por no tener una idea clara de lo que harías después de recuperarte. Dejaste a un lado de ti lo que tenías en manos para luego recostarte sobre el futón en el que desde un principio despertaste.
Te topaste de nuevo con el techo de aquella casa y tu mirada estuvo fija ahí durante unos cuantos minutos hasta que sentiste como tus ojos pedían con piedad poder cerrarse.
A pesar de que hace algunos momentos habías despertado tu cuerpo pedía descansar un poco más y por lo mismo no te negaste ante eso.
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El mismo par de cazadores estaban a la espera de la mujer que había confirmado tu buena estancia en la casa de glicinias.
La mayor estaba muy impresionada por el tan perfecto parecido que veía en ellos, realmente eran como dos gotas de agua.
