AMORES PUROS || Gemelos Tsugikuni

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Envidia

Quien diría que luego de ese acontecimiento las cosas empeoraron.

El ambiente era muy tenso y en cada rincón de toda la finca del clan Tsugikuni se rumoraba de la sorpresiva fuerza que el gemelo menor había mostrado en el entrenamiento llegando hasta los oídos de su padre logrando cambiar sus pensamientos.

Se tenía decidido que Michikatsu al crecer sería el lider del clan al ser el gemelo mayor, tuvo su entrenamiento pero en un ningún momento pudo derribar a su entrenador, en cambio cuando Yoriichi llegó lo hizo en un solo momento y sin previo entrenamiento, pero ahora las cosas habían cambiado y el jefe del clan dictó que Yorichii sería su nuevo sucesor, dejando de lado a Michikatsu por creerlo débil.

Habían pasado ya días desde que eso ocurrió y los días ya se te eran muy aburridos.
Ya no jugabas con ninguno de los gemelos, Yoriichi ya no estaba en la habitación de antes y casi nunca lo veías, Michikatsu lo veías un poco más pero él siempre decía lo mismo para no jugar contigo.

— No molestes — siempre decía y se marchaba.

Nunca había sido muy amable que digamos pero cuando estaba contigo nunca hacía sentirte mal, es más, parecías ser que tú lograbas controlar su enojo para luego calmarse, pero ahora ya no.
Comenzaba a distanciarse de ti igual que Yorichii, tu corazón se oprimía al no estar juntos, se te había hecho costumbre jugar y reír todos los días con ellos.

Pensabas que nada podría empeorar más, pero estabas equivocada.

Días después la lamentablemente noticia de la muerte de la madre de los gemelos se había dado a conocer.
Su enfermedad la había vencido y había caído ante ella dejando desconsolados a todos sus sirvientes, incluyendote a ti.

Era una mujer muy joven pero su enfermedad la había hecho cambiar totalmente, sentías que la vida era muy injusta al llevársela por tan hermosa juventud que tenía.

Las cosas cambiaron en tan pocos días y no sabías como procesarlo, le habías contado todo a tu madre y ella te consoló, tenías una gran amistad con los gemelos y te dolió el ya no tener comunicación con ellos.

Esa misma noche oscura y fría no podías dormir, todo era silencioso y tranquilo, se podía escuchar fácilmente como la suave brisa movía las cortinas de tu habitación, se mecian levemente dejando entrar la luz de la luna por tu ventana y en pequeños ratos llegaba a iluminar tu rostro.

Estando mucho entre tus pensamientos y con una mirada perdida una pequeña silueta se hizo presente llamando tu atención.
Abriste más los ojos para reconocer aquella silueta y viste con claridad que se trataba del gemelo menor, mantenía su sonrisa e inmediatamente te levantaste de tu futón.
A pasos apresurados pero silenciosos saliste con cuidado de tu habitación y diste la vuelta hasta llegar a la parte trasera de la finca donde el pelirrojo se encontraba esperando.