Capitulo 59.

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Capitulo 59:

James me condujo hacia un bar oculto en un rincón apartado cerca del mismo lago. Mientras caminábamos hacia el lugar, luego de que James aparcara la moto, sentía la anticipación y emoción llenar el aire. Al llegar, me encontré con una escena animada y llena de camaradería. Era el territorio sagrado del Club de los Fénix Veloces, donde James se reunía con sus viejos amigos más cercanos.

Allí, fui presentada a Verónica, su mejor amiga y una mujer de espíritu libre que irradiaba una energía contagiosa. Su risa resonaba en el aire, y su personalidad audaz era evidente en cada palabra que pronunciaba. A su lado estaba Noah, su apasionado novio y un verdadero compañero de travesuras. Era evidente que su amor se nutría de la complicidad y el respeto mutuo. Y Chris el hermano de verónica, un chico muy divertido.

El Club de los Fénix Veloces era una familia en sí misma, unida por la pasión por las motos y la búsqueda de la libertad en la carretera. Observé cómo compartían historias, se reían y se cuidaban mutuamente. Era evidente que James era respetado y querido por todos ellos, y se notaba que formaba parte de algo especial.

Ver a James Stone en ese estado de vulnerabilidad era una experiencia inusual y reveladora. Siempre lo había conocido como un hombre arrogante, malhumorado y cruel, pero aquí era el verdadero James Stone un hombre totalmente diferente.

A medida que la noche avanzaba, me sentí acogida por este grupo tan singular. Sus bromas y risas resonaban en el aire, y me integré naturalmente en sus conversaciones. Me sorprendió la calidez con la que me aceptaron y cómo hicieron espacio para mí en su círculo íntimo. Era como si siempre hubiera pertenecido a ese lugar.

En medio de las risas y las historias compartidas, pude vislumbrar la verdadera esencia de esta amistad. Eran almas libres, espíritus aventureros que encontraban en la velocidad y en la carretera una forma de expresión y conexión profunda. Pero más allá de la pasión por las motos, era la lealtad y el apoyo mutuo lo que los unía como una familia elegida.

Me sentí agradecida por ser testigo de esa camaradería tan auténtica y por formar parte de ella. No solo encajaba en ese grupo, sino que sentía que había encontrado un lugar donde podía ser yo misma sin reservas. Era una sensación de pertenencia y aceptación que me llenaba de felicidad.

En aquel bar solitario junto al lago, rodeada de personas que se habían convertido en mi familia extendida, comprendí que los lazos de amistad y amor pueden florecer en los lugares más inesperados. Aquella noche, me sumergí en la alegría y la camaradería, sabiendo que había encontrado un hogar en el corazón de este grupo de almas libres y apasionadas: el Club de los Fénix Veloces.

-Ven bailemos.- dice verónica tomándome de la mano entre risas, me llevo hasta el centro que quedaba al lado de la barra y comenzamos a bailar entre risas las canciones de Rihanna.

Verónica era increíble y hermosa, asiática, parecía una chica a la que podías tomarle cariño fácilmente y rápido.

James nos miraba desde la barra con Noah y los demás chicos y reía, se veía muy feliz, jamás lo había visto tan feliz, no entiendo porque su padre no puede aceptar que esta es su felicidad, aquí es donde pertenece James Stone.

-Bailas muy bien cariño.- dice verónica tomándome de la mano caminamos dentro de la barra y me dio una cerveza.

-Si, aprendí a bailar desde adolescente.- admito entre risas.

-Ya veo porque James está loco por ti, tras de hermosa, divertida y cariñosa, me agradas.- dice vero con una sonrisa de felicidad. - Te digo un secreto, no lo había visto así de feliz desde Emily.- la miro y automáticamente se forma una sonrisa en mis labios.

-¿Eso crees?- pregunto mirando a James que ríe alegremente con los chicos tomándose shots.

-No lo creo cariño, lo sé.- admite ella y acaricia mi cabello. - Conozco a James casi como la palma de mi mano.

Me giro a mirar a James y ahora juega billar con los chicos entre risas y cervezas, automáticamente una sonrisa se forma en mis labios.

La atmósfera festiva y alegre en el bar se vio repentinamente interrumpida por la llegada de un grupo de hombres que no parecían estar allí para disfrutar de la compañía amistosa. Sus miradas desafiantes y su actitud intimidante dejaron claro que no estaban interesados en hacer amigos.

Entre ellos se encontraba un hombre en particular que parecía buscar problemas. Sus ojos reflejaban una sed de confrontación, y su postura agresiva dejaba en claro que buscaba imponer su dominio. Era evidente que su objetivo era desafiar a Noah, empujándolo a una carrera de motos para probar quién era el mejor.

Sin embargo, antes de que Noah pudiera aceptar el desafío, James se adelantó. Ya que Noah tenía un tobillo un poco lastimado, con determinación en sus ojos, decidió tomar el lugar de su amigo en la carrera. Era un acto de lealtad inquebrantable y una demostración de su valentía.

Con la multitud observando atentamente, el rugido de los motores llenó el aire mientras James se colocaba en la línea de salida. Se aferró al manillar con fuerza, sintiendo la adrenalina correr por sus venas. La tensión era palpable mientras esperaban el inicio de la carrera.

El silbato sonó y ambos competidores aceleraron a toda velocidad. El viento soplaba furiosamente a su alrededor mientras se abrían camino por la carretera. La habilidad de James en la moto era evidente mientras navegaba hábilmente por las curvas y los obstáculos, dejando a su oponente luchando por mantener el ritmo.

-VAMOS JAMES.- gritaba Noah y los chicos dándole apoyo. Verónica me toma de la mano y la sostiene.

-DESTROZALO JAMES.- gritaba Chris.

La carrera fue intensa y emocionante, cada segundo lleno de emoción, miedo y suspenso. La multitud vitoreaba y gritaba animando a James mientras avanzaba hacia la victoria. Finalmente, cruzó la línea de meta en primer lugar, dejando claro quién era el verdadero campeón.

El hombre derrotado, lleno de ira y frustración, se acercó a James, desafiante y amenazador. Pero en lugar de dejarse llevar por la violencia, James mantuvo la calma y se enfrentó al hombre con una mirada feroz.

-La próxima me llevaré tu moto y a tu mujer riquito de papi .- me señala el hombre con tatuajes en el rostro.

-Es mejor que te vayas Silas.- advirtió James con una voz llena de autoridad. -No querrás saber lo que sucederá si continúas provocando problemas.

La advertencia de James resonó en el aire, transmitiendo una determinación inquebrantable y una fuerza implacable. El hombre, sintiendo la intensidad en las palabras de James, retrocedió y finalmente decidió retirarse. Reconoció que no podía enfrentarse a la determinación y la ferocidad que emanaba de James.

Después de que el hombre se fue, la tensión en el bar comenzó a disiparse lentamente. James volvió triunfante, siendo recibido con abrazos y aplausos de sus amigos. Todos estaban aliviados de que la situación se hubiera resuelto pacíficamente, y la atmósfera festiva volvió a llenar el lugar.

En medio de la celebración, me acerqué a James, admirando su valentía y liderazgo. Le tomé de la mano, sintiendo una mezcla de orgullo.

-¿Que te pareció?- pregunta con una media sonrisa levantando su ceja.

-Estaba cagadisima del miedo por ti, pero estuviste increíble.- le dedicó una sonrisa y me acercó para besar sus cálidos y suaves labios.

-¿Eso crees?- murmura mordiendo su labio inferior.

-Mjm.- murmuró con una sonrisa divertida. - Y muy sexy.- James arquea su ceja.

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MC | Sr.Stone (18+) María Cruz  ©Where stories live. Discover now