MC | Sr.Stone (18+) María Cruz ©

Capitulo 48.

Capitulo 48:

James muestra una resistencia inagotable. Se levanta y me besa con pasión, nuestros labios se encuentran en un frenesí ardiente. Sus manos recorren mi espalda con delicadeza, dejando un rastro de sensaciones en su camino. En un movimiento fluido, me gira y me coloca a cuatro patas sobre la cama. Mi rostro se apoya en las sábanas mientras él toma mis manos y las lleva hacia atrás. Siento la suave tela de su corbata deslizándose sobre ellas, atándolas suavemente.

El nudo de la corbata se cierra con firmeza, asegurando mis manos en esa posición. Me encuentro completamente a merced de James, excitada por la sensación de entrega y sumisión. Su mirada lujuriosa recorre mi cuerpo inmovilizado, aumentando la anticipación y el deseo en el ambiente.

James acaricia mis muslos con sus manos, acercándose lentamente hacia mi zona más íntima. Su aliento cálido roza mi piel, enviando escalofríos de placer por todo mi cuerpo. Sin previo aviso, su lengua traza un camino ardiente desde la base de mi espalda hasta mi cuello, dejando un rastro de besos húmedos y provocativos.

El placer se intensifica cuando siento sus labios y dientes en mi piel, dejando marcas suaves y efímeras. Cada caricia, cada mordisco, aumenta mi excitación y mi deseo por él. Mi respiración se vuelve entrecortada, mezclándose con gemidos ahogados mientras me entrego por completo a sus juegos sensuales.

La tensión sexual es palpable en el aire. James desliza sus manos por mi cintura y se acerca, su miembro duro y ansioso presionando contra mi piel. Su voz ronca resuena en mis oídos.

-Eres mía, completamente mía Tamara. -susurra con un tono de posesión.

La frase despierta un fuego ardiente en mi interior. Mi cuerpo anhela la unión con el suyo, el placer que solo él puede proporcionarme. Sin más demora, James se adentra en mí con suavidad pero determinación, llenándome por completo. Un gemido escapa de mis labios, y nuestras respiraciones se mezclan en un ritmo frenético.
Me penetra con suavidad acariciando mis nalgas con sus grandes manos, su polla palpita dentro de mi, estoy muy excitada, entonces con mis manos abro más mi culo para darle la vista Perfecta.

Cada embestida es una ola de éxtasis, llevándonos hacia una danza desenfrenada de placer. El vaivén de nuestros cuerpos encaja a la perfección, creando una sinfonía de gemidos y susurros llenos de pasión y deseo. Las ataduras de la corbata me hacen sentir aún más vulnerable y entregada, añadiendo una dimensión de erotismo a nuestro encuentro.

El placer se eleva a cotas insospechadas mientras nuestros cuerpos se mueven al unísono, persiguiendo el clímax inevitable. Cada embestida nos acerca más al borde, y cuando finalmente llegamos, la explosión de placer nos consume por completo. Nuestros gemidos se entrelazan en un coro de éxtasis, mientras nos dejamos llevar por el éxtasis y nos abandonamos al orgasmo compartido.

Agotados y satisfechos, nos dejamos caer en la cama, nuestras respiraciones entrelazadas. James libera mis manos de la corbata con suavidad, y nos abrazamos en un abrazo íntimo y reconfortante. En ese momento, sé que hemos explorado límites y deseos juntos, y que este vínculo entre nosotros es más fuerte que nunca.

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