Capitulo 46.

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Capitulo 46:

Después de deleitarnos con la cena, llegó el momento de finalizar. Me puse de pie y me dirigí al baño antes de regresar a la mesa. Al regresar, James se levantó de su asiento.

-Pagaré la cuenta. -anunció, con determinación en su voz.

-Lo esperaré afuera, señor Stone. -respondí con una sonrisa, recogiendo mi bolso y saliendo del restaurante.

Una vez afuera, contemplé cómo el cielo se volvía oscuro, una señal de que la lluvia estaba por llegar.

Siento la mano de James posarse suavemente en mi cintura, lo que provoca que una sonrisa se me escape y trato de disimularla. Con galantería, James abre la puerta del auto y subo, asegurándome el cinturón de seguridad. Él hace lo mismo y comenzamos a alejarnos del lugar.

En el interior del automóvil, un profundo silencio nos envuelve, pero finalmente me atrevo a hablar.

-La chica del restaurante -menciono con una sonrisa juguetona, notando cómo James arquea una ceja-. Vi cómo te acarició la mano.

James niega con la cabeza.

-Siempre ha coqueteado conmigo, pero es demasiado joven -admite con una sonrisa-. Apenas tiene diecinueve años.

-¿Demasiado joven? -pregunto frunciendo el ceño.

-Sí. -responde, negando con la cabeza-. Tengo treinta y dos años jamás estaría con una chica tan joven.

-¿Sabes que tengo veinticuatro años? -pregunto curiosa, y él suelta una leve risa.

-Sé quién es tu padre, dónde estudiaste. ¿Crees que no sé tu edad?

Permanezco en silencio y sonrío, mientras noto que el camino no parece dirigirse hacia InterBank o Stone Holdings.

-¿Hacia dónde vamos? -pregunto con curiosidad.

-A mi casa -responde sin titubear.

-¿Me llevarás a tu casa? -pregunto, sorprendida.

-Sí -me mira y sus labios se curvan en una sonrisa.

Sus dedos se deslizan suavemente sobre mi mano, y en ese instante siento un torrente de sensaciones que recorren todo mi cuerpo. Mi corazón comienza a palpitar con rapidez, y trato desesperadamente de controlar la avalancha de emociones que me embarga. No quiero sentirme así en su presencia, pero es ineludible. La conexión entre nosotros es innegable, y aunque intento resistirme, cada roce de su piel contra la mía desencadena una serie de reacciones que me resultan irresistibles.

Llegamos a la casa de James, ubicada en una exclusiva comunidad privada con portones de seguridad que aseguraban un acceso privilegiado. La residencia se alzaba majestuosamente frente a nosotros, revelando su elegancia y modernidad.

La arquitectura de la casa era imponente, con líneas limpias y un diseño contemporáneo. Sus amplios ventanales de cristal permitían que la luz natural se filtrara delicadamente, iluminando los espacios interiores. El jardín meticulosamente cuidado y las hermosas flores añadían un toque de serenidad y belleza al entorno.

James abrió la puerta del auto y, con un gesto caballeroso, me invitó a salir. Mientras caminábamos hacia la entrada, pude apreciar la exquisita atención al detalle en cada rincón. El vestíbulo era espacioso y acogedor, decorado con obras de arte modernas que realzaban el ambiente sofisticado.

-Nunca imaginé que vivieras en un lugar como este. Pensé que residías en un penthouse de un rascacielos, pero esto es simplemente asombroso. -admite en un susurro, mientras contemplo maravillada el lugar.

-Sí, es cierto que tengo un penthouse en la ciudad, pero este lugar es mi verdadero hogar. -responde, tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos con ternura.

A medida que explorábamos la casa, me impresionaba la combinación perfecta de estilo y comodidad. Los muebles elegantes y de diseño se mezclaban armoniosamente con elementos cálidos y acogedores, creando un ambiente acogedor pero lujoso. Los espacios estaban meticulosamente organizados y reflejaban el refinamiento de James.

La casa también contaba con una impresionante área de entretenimiento, donde se encontraba un cine en casa de última generación y una sala de juegos equipada con los más modernos dispositivos electrónicos. Además, había una amplia terraza con una vista panorámica, donde se podía disfrutar de momentos de relajación y contemplar el paisaje que rodeaba la comunidad privada.

La casa de James era un verdadero testimonio de su éxito y buen gusto. Cada elemento estaba cuidadosamente seleccionado para crear un ambiente de lujo y confort. Era un refugio acogedor y sofisticado, enclavado en una comunidad privada que brindaba seguridad y exclusividad a sus residentes.

Avanzamos por el amplio garaje, iluminado por una suave luz ambiental que realzaba la belleza de los vehículos allí estacionados. Mi mirada se posa en los cinco autos lujosos alineados en perfecta armonía, cada uno destacando por su diseño elegante y sofisticado. Los brillantes acabados cromados reflejan la luz, mientras que las líneas aerodinámicas sugieren potencia y velocidad. Esos automóviles eran auténticas joyas sobre ruedas.

Pero mi atención también se desvía hacia las dos motos lujosas que se encuentran en un rincón del garaje. Sus brillantes carrocerías resplandecen bajo la luz, y puedo percibir el rugido de sus motores solo con imaginar el poder que poseen. Las líneas curvas y agresivas de las motos sugieren una combinación perfecta de estilo y rendimiento, invitando a aventuras emocionantes y liberadoras en carreteras abiertas.

Es un lugar donde el lujo y la pasión por los vehículos se entrelazan, reflejando el gusto exquisito y la pasión de James por la velocidad y la elegancia sobre ruedas.

-¿Son tus motos? -me acerco a ellas y deslizo mis dedos sobre las superficies relucientes-. Son hermosas y se ven peligrosas -admito, maravillada.

-Sí -dice James con una sonrisa orgullosa.

-¿No las manejas diariamente?

-No, Richard, las odia. -admite, rodando los ojos.

-¿Y eso por qué? -me encogo de hombros-. ¿Cómo puede odiarlas?

-Porque representan mi libertad y mi verdadero yo, algo que no complace ni hace feliz a mi padre -responde encogiéndose de hombros, frustrado.

Sus palabras me hacen reflexionar sobre la dificultad de vivir bajo las expectativas de los padres. Aunque James es adulto y tiene el derecho de hacer lo que quiera, parece tener miedo de enfrentarse a su padre y ser él mismo. Es una lucha interna que lo limita y entristece.

-Te daré un paseo en una de ellas, lo prometo -dice, y su sonrisa ilumina su rostro.

James se acerca a mí, rodeando mi cintura con sus brazos y acercándome a su cuerpo.

-No dejaré que nada te pase. -murmura con voz grave, y sus labios rozan mi frente antes de posarse suavemente sobre los míos.

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MC | Sr.Stone (18+) María Cruz  ©Where stories live. Discover now