Capítulo 16.

2.6K 120 0
                                    

Capitulo 16:

Una vez salí de la empresa del señor Stone, me dirigí al bar donde nos reunimos algunos jueves o viernes como hoy. La atmósfera estaba impregnada de risas, música y el tintineo de los vasos.

-Ya no puedo más, estoy considerando seriamente buscar otro cliente o empleo. ¿Cómo voy a sobrevivir semanas, meses, quizás años trabajando con ese magnate arrogante he idiota? - exclamé dramáticamente, tomando un sorbo de mi margarita hasta la última gota.

-¿Es realmente tan malo?-Logan, confundido, me miró y preguntó.

Logan había cancelado su salida al Night Secret Club por nosotras.

-No... - respondí, rodando los ojos. - Es solo que es extremadamente estricto, arrogante y amargado.

Elizabeth sonrió y agregó.

-No exageres, Tam. Vamos, recién llevas unos días.

- Días que parecen una eternidad de tortura - contesté dramáticamente.

Logan soltó una carcajada y comentó al respecto.

-Pero dicen que James Stone es increíblemente atractivo. Todas las mujeres mueren por él, aunque él piensa que ninguna está a su altura según lo que leo en las revistas.

-Lo es, pero da igual si es guapo o no. Es una pesadilla - respondí, arqueando una ceja.

-La semana que viene será la peor semana de mi vida.-Acosté mi rostro en la barra, dramatizando mi respuesta.

Logan decidió animarnos y propuso un brindis.

-Entonces brindemos por eso. Tres shots de tequila, por favor... - le pidió al barman, con quien coqueteaba constantemente y quien correspondía a sus coqueteos con entusiasmo.

El barman, con una sonrisa pícara, sirvió tres shots de tequila frente a nosotros. Levantamos las copas y chocamos entre risas.

-Por una noche inolvidable hoy y por que Tamara sobreviva a las próximas semanas con el señor Stone. -brindó Logan, levantando su copa con entusiasmo.

Elizabeth y yo seguimos su ejemplo, llevando el líquido ámbar a nuestros labios y dejando que el cálido sabor se deslizara por nuestras gargantas. La música vibrante y el ambiente animado del bar nos envolvían, permitiéndonos momentáneamente olvidar los desafíos que nos esperaban.

-¿Estás bien, Eliza? -pregunto preocupada al verla tan silenciosa y distante.

-Sí, querida, solo estoy agotada. -responde con una sonrisa entre cansada y resignada.

El ambiente del bar se llena de vida mientras con la música, Logan se levanta de repente, despidiéndose de nosotras con un beso y un abrazo.

-Chicas, las dejo por ahora. Tengo una cita con mi amigo del bar. ¡Nos vemos mañana, disfruten por mi! -exclama Logan, mientras el barman lo espera con una sonrisa junto a la puerta.

Nos despedimos de él entre risas y gestos de despedida, deseándole una noche divertida. Una vez que Logan se va, Elizabeth y yo nos quedamos sentadas en el bar, sumergidas en nuestros pensamientos. La música animada y las voces bulliciosas llenan el aire, creando una atmósfera de camaradería y complicidad entre nosotras. Pedimos un par de cócteles más y nos sumergimos en una conversación profunda. Elizabeth me cuenta sobre sus preocupaciones y anhelos, mientras yo comparto mis propias reflexiones y sueños. A medida que la noche avanza, el bar se vuelve más concurrido y el ambiente se impregna de energía contagiosa.

-Ven, bailemos -dije tomando su mano y levantándonos para animarla.

-Sí, bailemos. -respondió, levantándose con más energía.

La música nos envolvía, creando una atmósfera llena de alegría y complicidad. Nuestros pasos se sincronizaban a la perfección, moviéndonos al ritmo de la melodía con gracia y soltura. El resto del mundo parecía desvanecerse mientras nos sumergíamos en nuestra propia burbuja de diversión y amistad.

Cada vez que nos mirábamos, nuestros ojos brillaban con complicidad, compartiendo secretos sin necesidad de palabras. Nuestros abrazos eran cálidos y reconfortantes, transmitiendo el cariño y la confianza que nos habíamos forjado a lo largo de los años. En ese momento, no había preocupaciones ni responsabilidades, solo dos amigas disfrutando del presente.

El tiempo parecía detenerse mientras girábamos y nos movíamos al compás de la música. Ríamos sin medida, contagiándonos mutuamente de nuestra felicidad desbordante. No importaba quién nos mirara o qué pensaran los demás, estábamos en nuestro propio mundo, regalándonos momentos de pura complicidad y felicidad.

En medio de la pista de baile, nos sentíamos libres y vivas. Cada paso, cada movimiento, era una expresión de nuestra amistad y de la conexión especial que compartíamos. Bailamos como si no hubiera un mañana, dejando que la música nos guiara y que nuestras risas se mezclaran con los acordes.

No puedo imaginar mi vida sin Elizabeth y Logan. Ellos son mi apoyo incondicional, mis confidentes y mis mejores amigos. Han estado a mi lado en los momentos más difíciles y también en los más felices.

[**]

MC | Sr.Stone (18+) María Cruz  ©Where stories live. Discover now