Capitulo 40.

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Capitulo 40:

Después de una tarde con los chicos, regresé agotada a casa. Con alivio, me quité los molestos tacones y prometí usar zapatillas deportivas al día siguiente. Dejé mi bolso sobre la mesa y me dirigí a la cocina. Abrí una botella de vino Pinot Grigio y llené mi copa casi hasta el borde. Luego, caminé hacia el balcón, como solía hacer en las noches cuando tenía tiempo para mí.

Justo cuando la pantalla de mi teléfono se iluminó, recibí una llamada de James Stone. Sentí mariposas revoloteando en mi estómago y mi pulso se aceleró mientras contestaba el teléfono.

-Buenas noches, señor Stone. -respondí, intentando sonar tranquila y neutral.

-¿Está ocupada, señorita Greyson? -preguntó desde el otro lado.

-No, señor Stone. ¿En qué puedo ayudarlo? -pregunté, tratando de ocultar mi emoción, mientras muerdo mi labio inferior.

-Bien, perfecto. -dijo abruptamente y colgó. Me quedé confundida por un momento y luego escuché dos golpes en la puerta.

-No me jodas -murmuré acercándome a la puerta y la abría. Allí estaba el señor Stone, recostado en el marco de la puerta, sus ojos clavados en mí, dejándome paralizada en el lugar. Como siempre, estaba vestido de la misma manera que lo vi esta tarde, con la corbata floja.

-Señor Stone -respondí nerviosa-. ¿Necesita algo? -pregunté ingenuamente, mis nervios traicionándome.

James arqueó una ceja y pasó sin decir una palabra. Abrí los ojos de par en par y cerré la puerta detrás de él.

-Mentiría si dijera que vine por trabajo. -dijo, con las manos en los bolsillos, mientras recorría el lugar con la mirada.

Los nervios se apoderaron de mí y dejé la copa en la mesa antes de caminar hacia la sala.

-¿Y si no es por trabajo? -me atreví a preguntar, sintiendo mi voz temblar.

James se giró y me observó con una media sonrisa coqueta.

-Vine para repetir lo que pasó esta tarde, porque no fue suficiente para mí -admitió en un susurro, se acercaba lentamente a mí, quedando a solo centímetros de distancia. Su aroma masculino llenó el aire y sentí cómo la tensión entre nosotros crecía.

Con ternura, James acarició mi mejilla con su mano firme, sosteniéndome con seguridad. Nuestros labios se encontraron en un beso cargado de pasión, haciendo que mi mundo girara fuera de control. Cada roce, cada movimiento, era un deleite embriagador que me dejaba anhelando más.

Abrí ligeramente mis labios, invitándolo a explorar más profundamente. Nuestras lenguas se entrelazaron en un baile sensual y adictivo, una sinfonía de sensaciones que consumía todos mis sentidos. El sabor sutil del whisky y la frescura de la menta se mezclaban en su boca, creando una experiencia fascinante que me dejaba anhelando más.

Era como si hubiera probado una droga por primera vez, consciente de que me volvería adicta para siempre. Cada caricia de sus labios, cada suspiro compartido, me sumergía más en un éxtasis inigualable. El tiempo se detuvo mientras nos entregábamos al placer mutuo, perdiéndonos en un abrazo íntimo y apasionado.

En ese momento, supe que James había despertado en mí un deseo arrollador, una pasión insaciable que nos consumiría sin piedad. Y dispuesto a dejarme llevar por ese vendaval de emociones, me entregué por completo, sabiendo que este encuentro sería solo el comienzo de una conexión ardiente y eterna. James me arrincona contra la pared, sin saber cómo llegamos a ese punto, pero mi espalda se encuentra firmemente presionada contra la superficie.

Con una agilidad sorprendente, James me giró de espaldas, apartando delicadamente mi cabello a un lado. Susurros sensuales se deslizaron por mi oreja, enviando escalofríos por todo mi cuerpo.

-No quiero que cojas con nadie más. -murmuró con determinación. Tomó mis manos y las ató detrás de mí con su corbata, quería que jugáramos con fuego.

Mi sorpresa se mezcló con un desafío.

-¿Solo porque tú lo dices? -pregunté, desafiándolo con mi voz ligeramente temblorosa pero llena de curiosidad.

James se detuvo por un momento, su mirada penetrante encontró la mía. Su expresión mostraba una combinación de deseo y control.

-Porque quiero ser el único en provocar ese fuego en ti. Porque quiero que solo sea yo quien haga realidad todas tus fantasías más oscuras y salvajes. -respondió con voz profunda, dejando claro el poder que ejercía sobre mí.

La atmósfera se cargó de una tensión palpable mientras nuestros cuerpos se acercaban peligrosamente. Sabía que estaba a punto de sumergirme en un terreno desconocido, pero la pasión y el anhelo se entrelazaban en mi interior, desafiando cualquier sentido de razón o lógica. Estaba dispuesta a dejarme llevar por el deseo que James había despertado en mí, sin importar las consecuencias.

James se acerca a mí, su cuerpo rozando el mío con una intensidad arrolladora. Puedo sentir su respiración entrecortada mezclándose con la mía, creando una sinfonía de deseo en el aire

Sus manos se deslizan por mi espalda, dejando un rastro de fuego en su camino. Siento el calor de su cuerpo, la fuerza de su abrazo, y deseo más. La pasión se desborda en cada contacto, en cada caricia, y el deseo se convierte en una llama voraz que nos consume a ambos.

El tiempo se detiene mientras nos entregamos al éxtasis del deseo. No hay palabras, solo suspiros entrecortados y gemidos contenidos que se entrelazan en un baile íntimo y salvaje. Nuestros cuerpos se funden en una danza sin límites, buscando la máxima conexión y satisfacción.

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MC | Sr.Stone (18+) María Cruz  ©Where stories live. Discover now