Bokuto Kotaro - Haikyuu!

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Un as de inspiración

Había días en los que Bokuto reparaba en ciertas manías de su novia. Por ejemplo, cuando alzaba los brazos para chocar palmas, ella respingaba y lo recibía con entusiasmo dudoso. Cuando llamaba su nombre a gritos —porque lo hacía feliz verla—, ella se encogía un poco y acudía hasta donde él para escucharlo con total sumisión. Cuando apretaba las puntas de sus dedos y besaba cada uno de ellos, le lanzaba una mirada tan vulnerable que temía romperla. Cuando él estaba decaído, ella parecía caminar sobre carbones encendidos, lo escuchaba y atendía a cada uno de sus caprichos.

Pero lo que lo sorprendió e hizo que pusiera más atención a ella, a cada uno de sus gestos, fue cuando se enojó con un grupo de chicos que la abordaron en la calle y parecían estarla incomodando. En esa ocasión quizás se valió de su altura, de alzar un poco más la voz, de poner una expresión aterradora para alejarlos. No contó con que su novia fue la que terminó asustándose y sumiéndose en un preocupante mutismo conciliador. Bokuto creyó que si le hubiera dicho que se lanzara con él de un edificio probablemente ella lo hubiera hecho. Eso lo preocupó sobremanera porque creía que estaba siendo un mal novio, que la incomodaba por su actitud explosiva, por su entusiasmo, por cómo simplemente era.

—Deberías hablar con ella —mencionó Akaashi, calculando cuánta agua le quedaba en su termo. Como había notado a Bokuto desanimado todos esos días, era su deber como parte del equipo y como su amigo averiguar qué era lo que lo preocupaba esta vez—. Sí recuerdas que los dos fuimos juntos a la misma secundaria, ¿no?

—Sí, me lo comentó un día. —Asintió Bokuto, apenas alzando la cabeza porque le interesaba lo que quería decirle Akaashi ya que no solía sacar a colación su época en la secundaria.

—No me gustaba hablar demasiado con ella porque, por esa época, tenía un novio demasiado celoso. Un día tuvimos que reunirnos por un trabajo y el sujeto le hizo toda una escena en mitad del patio principal. —Puso mala cara—. Por supuesto, intenté ponerlo en su lugar, pero ella me pidió que no lo hiciera. Corrían muchos rumores sobre esos dos, pero nunca quise darle más importancia. Quizás su actitud se deba a alguna clase de trauma.

—¡Pero yo no...!

—Solo está condicionada a eso. Eres incapaz de matar a una mosca y te dan miedo las arañas, claro que sé que jamás la lastimarías, pero ella no lo sabe. ¡Por eso te digo que abordes el tema directamente con ella y dejes de estar quejándote conmigo y disminuyendo tu calidad de juego y arrastrando a todo el equipo contigo!

—¡Sí, capitán! —Le sonrió de mejor ánimo al atisbar una salida a sus problemas.

—Idiota, tú eres el capitán. —Le dio un zape.

Bokuto se propuso sacar el tema a colación la siguiente ocasión en la que se vieran, después de regresar de los torneos en los que estaban participando. Pero lo hallaba cada vez más complicado porque le gustaba cuando hablaban, cuando ella lo escuchaba con atención y comentaba con su dulce voz cada una de sus palabras, y a él se le olvidaba.

Sin embargo, ese día lo haría. Así que cuando se encontraron en la casa de él, luego de acordar un día para estudiar juntos porque Bokuto temía volver a fallar los exámenes de matemáticas, y él la dejaba entrar, dijo:

—Tenemos que hablar.

Ella alzó la mirada hasta la de él, y le pareció atisbar un sinfín de dudas y emociones, cada uno de ellos tornándose más negativa. En silencio lo siguió hasta que se acomodaron alrededor de la mesa baja en la sala. Lo sorprendió cuando ella habló primero:

—Lo siento, Kotaro. Si hice algo que pudiera molestarte...

—¿Qué? No, nada de lo que haces me molesta —se apresuró a reponer mientras ella curvaba una ceja—. ¿Acaso soné muy serio? No fue mi intención.

Lazos inexorables || Multifandom x ReaderWhere stories live. Discover now