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Se mantenían en silencio, de vez en cuando escuchando los comentarios que Nico decía. Percy rompió aquel ambiente, llamando la atención de Constantinova.

—Así que, ¿Cómo conoces a Quirón? Creí que a todas ustedes les caía mal.

—Creí que había quedado claro, que no soy igual que mis hermanas —resopló, respondiendo vagamente—. Antes de unirme a las cazadoras, Quirón fue mi maestro por un tiempo, gran parte de lo que se cómo sanadora y en otras áreas, ha sido por él, después fue más difícil verlo con frecuencia. En realidad, no comprendo el desagrado que mis hermanas sienten por él y el resto de ustedes. —La plática se terminó, sin una respuesta por parte de Percy, puesto que una vez entraron a la casa grande, Constantinova divisó a Quirón juntó a Dionisio compartiendo un juego de cartas—. ¡Quirón! —exclamó atrayendo su atención, Constantinova corrió hacía el, dándole un abrazo que fue correspondido con la misma intensidad por el centauro.

—Vaya, quién diría que ver a un centauro es más importante que la presencia de un dios —respondió irónicamente Dionisio.

Constantinova se incorporó a la vez que Quirón saludaba al resto del grupo y ella saludaba cordialmente al dios frente a ella.

Comenzaron a divagar sobre el paradero de Annabeth, la chica que anteriormente se había encontrado acompañando a Percy y los demás.

Quirón miró inquisitivamente a Nova. —Esto se trata de una visita personal o ...

Antes de que pudiera terminar, Grover entró trotando, manteniendo una sonrisa alelada, mientras que su rostro parecía haber recibido una cachetada.

—¡Las cazadoras ya están instaladas! —exclamó alegremente.

Constantinova sonrió incomoda en su sitio. —Lo explicaré. —Se apresuró a decir al tener la mirada de Quirón y de Dionisio sobre ella.

...

Después que se explicara lo ocurrido sobre Annabeth, y el motivo de la presencia de las cazadoras. Quirón miró detenidamente a Dionisio.

—Tenemos que organizar un grupo para encontrar a Annabeth.

Percy y Thalía levantaron enérgicamente su mano, sin detenerse a pensar en el panorama completó. Comenzaron una pequeña disputa sobre ello, la chica sintiéndose incomoda y completamente ajena a lo ocurrido, se disculpó y se alejó de aquella escena.

Constantinova salió de la casa, aún con su mochila en hombros por no haber ido a instalarse en la cabaña de Artemisa. Hecho un vistazo a la que tendría a ser la cabaña de su madre, sabiendo que dentro podrían encontrarse algunos de sus medios hermanos. No tenía ánimos para estar con las cazadoras y escuchar un sinfín de reproches y quejas sobre los chicos y el sitio en que se encontraban, sabía que se encontraban en buenas manos con Zoë, y que no necesitarían de su ayuda.

Se adentró en la espesura del bosque, buscando un lugar sereno con la suficiente luz solar. Tomó el ejemplar que desde hace algunas semanas había querido analizar en su totalidad y, sin embargo, había tenido que abstenerse a no avanzar más del primer capítulo en todo lo que iba. La idea de retirarse de las cazadoras llevaba rondando en su cabeza desde hace algunos años, en parte no se atrevía porque creía encontrarse bastante atrasada en cuanto a la época, pero el motivo principal, es que no conocía a nadie de aquel mundo que le acompañara y guiará, es por ello por lo que siempre daba vueltas al asunto, asegurándole a Zoë que aún no era el momento adecuado. Sin contar que temía causar aún más el disgusto de su madre, y prefería mantenerse neutral como todos aquellos años.

...

Percy

Durante la cena, el ambiente se encontraba bastante nostálgico. Se veía bastante solo a como antes lo recordaba. El único sitió que parecía encontrarse animado y pasarlo bien, era la mesa de las cazadoras. Estas reían y jugaban. Zoë se encontraba a la cabecera juntó a Constantinova, pese a que esta no riera igual que el resto, se divertía y sonreía de igual forma. Su diadema plateada de lugarteniente relucía entre sus trenzas oscuras. Parecía más guapa cuando sonreía. Más al fondo Bianca parecía divertirse como nunca. Mantenía un forcejeo con una de sus hermanas una y otra vez, sin importarle cuantas veces perdiera.

Por otro lado, Constantinova permanecía en silenció, completamente ajena a la escena que llevaba lugar frente a ella. Tenía un libro en sus manos, y su semblante era serio y analítico. De vez en cuando, se detenía mordiendo su labio inferior frunciendo su entrecejo, mientras escribía sobre el libro. Parecía tan lejana con lo que ocurría a su alrededor.

Llevaba el cabello sujeto en dos trenzas que se enroscaban en un chongo detrás de su cabeza. Algunos cabellos salían de su peinado, cayendo por su rostro de forma sutil y natural. Una diadema dorada, con pequeños adornos sobresalía, dándole el aspecto de alguna princesa griega y resaltando la belleza natural que poseía. Parecía no querer sobresalir de aquella forma, sin embargo, lo hacía tan natural sin esforzarse. Se preguntaba cómo es que no había notado antes aquel detalle en ella, probablemente se debía a que anteriormente se habían encontrado en una pelea, o intentando mantenerse con vida durante el viaje en autobús, o simplemente porque la chica parecía tan rígida y dominante en aquellas situaciones, que no parecía reparar en lo afable y tranquila que podría llegar a ser al encontrarse inmersa en su propio mundo. De igual forma, así como percibía en ella aquella característica madurez en un líder, encontraba un rasgo de inocencia y familiaridad en ella.

Al terminar la cena, Quirón hizo el brindis habitual dedicado a los dioses, así como dio la bienvenida formal a las cazadoras de Artemisa. Los aplausos no fueron bien recibidos, fueron bastantes abatidos y forzados, así mismo, anunció el característico partido de capturar la bandera, que se celebraría en honor a ellas la siguiente noche, esta vez los aplausos fueron más animados. 

Greek Tragedy | PJOWhere stories live. Discover now