Extra (Dániel)

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Semanas antes del suicidio.

Tomo la botella, la llevo a mi boca muy rápido, bebo y me arde la garganta con cada trago amargo del ron más pesado que conseguí.

Tambaleo hasta estabilizarme abriendo un poco mis ojos. Levanto la vista, veo como todas las personas bailan con el sonido a todo dar a oscuras, apenas iluminados por una tenue luz azulada; todos ríen, beben, bailan, y yo... Yo aquí, estando pero a la misma vez perdido.

Se vuelve a repetir el ardor y el dolor en mi pecho, se me hunde algo en el centro sin detenerse, me asfixio poco a poco en mis pensamientos, otra vez.

Pienso en ella, y el cómo me gustaría que estuviera mi lado en este momento, aquí donde empiezo a excavar mi propio hueco, para que me vea desde su propia sima. Porque en el fondo sé que si decido irme ella no dará un paso por mí, ella toda llena de inseguridades y yo... Y yo lleno de problemas y decepciones.

Sus besos, ellos perdieron el sabor, dejaron de ser dulces y atrayentes para mí, ya no sentía sus labios como antes, y todo porque la dejaba de amar... ¡Y todo por mí! ¡Todo por tener mi cabeza vuelta un lío!

Bajo la mirada y cae en el líquido de la botella, es tan negro que refleja mi rostro; cansado, desgastados, ojeroso, despeinado, soy completamente un desastre ahora. Veo mis labios y es increíble con sonrío, estoy sonriendo y por dentro estoy muriendo. Supongo que yo era así después de todo. Y como me habría gustado que Juliet hubiese visto eso antes, y no fuese una tonta niña sin experiencia que no sabía nada de nadie...

«¡Rayos! ¿Por qué no le cuento lo mal que estoy? ¿Por qué? Si siempre se preocupaba por mí, pero... Todo está claro, ella no sabría que hacer con tanto problema, no sabría que hacer con mi verdadero yo. ¿Amarme y espacio, eso me daría? No era suficiente, eso no arreglaría la mierda que tengo en mi cabeza y en mi cuerpo, ¡estoy dañado, estoy enfermo!

—¡Dániel! ¿Cómo estás amor? —Coqueteó una chica, una de esas tantas que conocía en estos lugares.

La ojeo, veo su cabello negro lacio, largo, brillante, sus hermosos ojos destellante rellenados con un color diferente, verde, gris verdosos quizás, ¿o eran miel? No diferenciaba muy bien, solo sabía que ella era realmente sexy.

Juliet, ésta chica era aún más linda que Juliet, mucho más.

—Estoy bien... —Simplemente respondí eso porque había olvidado su nombre.

—Pero que respuesta más corta —Siguió con el coqueteo.

—Estoy biiiieen.

Sonrió muy lindo, llena de vida, ¿por qué Juliet no sonreía así? ¿Por qué no podía ser más? Yo quería que fuese la más linda, fuese la más llena de vida, justo así como cuando estaba conmigo. Pero sabía que sin mí no era más que una linda niña insegura. Quiero tenerla aquí, a mi lado.

—Además de lindo eres gracioso —dijo la chica. Empezaba a recordar su nombre, era... Empezaba por la letra L, estoy casi seguro—. ¿Puedo sentarme a tu lado?

Me abrí un poco y ella tomó asiento a gusto.

—¿Cómoda?

Me dió una ojeada pícara, simplemente con esa sonrisa sabía ya por dónde iba todo, quería besarme, quería estar conmigo, quería acostarse conmigo, porque todo era así en estas fiestas. Aunque yo no lo había hecho, no le había fallado a Juliet apesar de que siempre tenía propuestas y opciones.

Pero este día, noche o madrugada estaba hasta el tope de alcohol, no sabía muy bien las cosas que pasaban por mi cabeza: mi padre, su decisión, mamá infeliz, Adelein con problemas hasta los pelos, aún le deben estar sangrando los pómulos por los golpes que le dio ese maldito de su ex.

SUICIDE NOTE -∆-Où les histoires vivent. Découvrez maintenant