CAPÍTULO XXII

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A & M (II)

¿No has sentido que tu vida por fin cobra algún sentido? De alguna manera ahora mi vida era simplemente mejor, que muy en el fondo tengo la tranquilidad que siempre deseé, junto al peso de la muerte de Dániel, la culpa no recaía sobre mí después de tanto tiempo.

—Creo que deberíamos ir al cine uno de estos días —habló tomando mi mano y regalándome una sonrisa.

Últimamente no paraba de hacerlo, nada podía opacar su delicada sonrisa. Yo respondí con el mismo gesto y entendí por qué mi vida había cobrado sentido, lo sabía perfectamente, Megan y su excelente compañía.

Y estoy casi seguro de que recuerdo el día donde no paraba de reír, dónde lograba sincerarse conmigo.

Días antes de entregar el ensayo:

—Te dije que esa novela era muy larga —Vi las casi dos mil paginas y me recosté a la cama—. Habían un montón de novelas cortas y tuvimos que escoger la mas larga, tardaremos añales.

Megan blanqueó sus ojos con cansancio desde su posición en el suelo.

—Ya no te quejes y hagamos esto ya. Los dos necesitamos aprobar —Se sentó de nuevo frente a mí y tomó el libro.

Y ahí, de perfil; con los ojos apenas adormilados alimentados por la temprana madrugada, pero sin dejar ir aquella pizca alegre.

—Ya sabes que eres tú la que va a escribir —le aclaré porque ninguno tomaba el lápiz.

Asintió y llevó un mechón de su cabello detrás de su oreja para apartarlo de la vista al libro.

Me observó y sonrió, provocando emociones en mí que nublaban mis sentidos.

—Me gusta como te ves —opinó volviendo al libro y después nuevamente a mí—. Tú mirada cansada, el cabello revuelto...

Me acerqué, la besé y ella respondió con un gesto igual de impulsivo, pegando nuestros cuerpos más, y más hasta que me separó porque la puerta de mi habitación se abrió.

—¿Ya pudieron hacer algo? —preguntó mamá con sus ojos muy abiertos.

—Ya estamos redactando —respondí tomando el lápiz y una hoja.

—¡Qué bueno! Megan lee y tú vas tomando las notas, que buena pareja —Opinó mamá con una sonrisa en el rostro—. Eh, creo que ya debería irme. Yo también estoy culminando un informe médico.

—Sí —La vimos alejarse y cerrar la puerta detrás de ella.

Una risa traviesa desprendió de Megan al vernos en la situación de la cuál nos escapamos por poco.

—Tal parece la señora Parker nos dió nuestros roles.

—Eso parece.

Se escuchó una carcajada de su parte y la vi negar por mi ingenuidad. Claramente ninguno quería escribir, pero ya era tarde.

La observé sin ninguna expresión.

—No me mires así, no tengo la culpa de que actuaras tan rápido, tomaste el lápiz sin ninguna duda —exclamó con cariño tomándome y dando un beso en mi mejilla.

—Nos iba a ver... —intenté defenderme pero tenía mi cara sujetada con ambas manos.

Ella sonrió y apretó un poco más mis mejillas.

SUICIDE NOTE -∆-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora