CAPÍTULO III

213 35 104
                                    

Chica de la pulsera 2

Abro los ojos; veo el techo oscuro y su repetitivo patrón. La luz de la mañana se cuela por debajo de la cortina, otro día, otro fastidio. Se había convertido en mi lema. Quedo mirando el techo, sin dejar de pensar que desde la muerte de Dániel ya no tengo ganas de ir al instituto, de salir de fiestas o simplemente ser normal y ¿en realidad quería ser normal?

Me levanto después de negar mis pensamientos, bajo a desayunar y me siento en la mesa junto a mis tres hermanas.

—Ahí está tu comida —señala mamá apenas vio sentarme.

—Gracias —Comienzo a comer y es inevitable pensar en que todo se ha vuelto una rutina últimamente y me estoy cansado en este laberinto.

Mi madre pasa a mi lado, se detiene y después gira como si hubiese visto algo fuera de lugar.

—¿Por qué no estás vestido para ir al instituto?

Yo miró mi propia ropa; vestía short's y una camiseta blanca, no, claro que no traía la vestimenta para ir a clases.

—No voy a ir —respondí mientras subía una cucharada de cereal y la metía a mi boca.

—No, no ¿cómo que no? Sí vas a ir —aclaró ya histérica; su ceño fruncido y ligeramente hacia abajo indicaba que se enojaba lentamente.

Mis hermanas, que estaban en la mesas comiendo también cereal, alternaban la vista de mamá hacia mí y de vuelta.

—Mamá, ¿en serio me vas a obligar a ir? —me quejé.

—Sí irás —dijo ella con las manos en la cintura formando una jarra humana.

—No quiero ir, sabes que ulti...

—Sabes qué Andrew, no puedes usar la excusa de que Dániel falleció para no ir al instituto cada vez que se te pegue la gana. ¿Entiendes eso?  —recalcó.

Y yo dejé de comer al instante, porque la sensación que me recorrió fue de pura repulsión; la orejas se me tornaron calientes, la respiración se me agitó, y el rostro me quemaba sólo con oír las palabras que ella había pronunciado. Apreté la cuchara con fuerzas y comenzó a temblarme la mano ¿En realidad pensaba que utilizaba la muerte de Dániel como excusa?

—Que idiota —emití por lo bajo inconscientemente.

Mamá se acercó con cuidado al escuchar lo que yo opinaba.

—¿Qué dijiste? ¿No lo utilizas cómo una excusa? —indagó con tranquilidad y eso solo me hizo irritar aún más—. Siempre usas esto o aquello...

—¡No lo estoy utilizando como ninguna excusa! ¡Jode...! —callé porque me di cuenta de lo que estaba a punto de decirle a mamá.

La observé porque estaba a centímetros de ella, y tenía las manos presionadas en la mesa.

Mamá miraba con los ojos muy abiertos, impresionada y mis hermanas con esa misma expresión de asombro. Alison quedó con la cuchara en la boca, y me di cuenta que sí, a veces utilizaba como excusa la muerte de Dániel.

Algo recorrió en mi interior, era el hablarle a mi madre así, no era normal, no me sentía como yo.

Yo sólo... quiero volver a ser el de antes, ser mejor, ya estoy cansado de sentirme así, de sentirme insuficiente sin poder dar mi máximo...

—Mamá, yo sólo... —suspiré y me senté de nuevo en mi lugar, ya no la miraba a los ojos, sólo caí en mi cereal mientras le daba vueltas—. Quiero volver mamá, yo...

SUICIDE NOTE -∆-Where stories live. Discover now