Lo que hace el amor, lo que hizo el amor... peor aún, lo qué hicimos nosotros. No, lo que hicimos nosotros no tiene nombre, bueno sí tiene, me refiero a... a tu sabes qué.

Bonnie era una persona muy paranoica, demasiado, y aún no supero (y creo que ella tampoco) aquella ocasión en la que se puso a llorar sólo porque un pobre vagabundo se le había acercado demasiado.

¿Te acuerdas?

- ¡Me quería violar! ¡Me quería a mí! ¡A MÍ! - sollozó sobre mi hombro sujetándolo con mucha fuerza. Estaba a punto de pedir otra milkshake pero ya no me quedaban ganas. De lo único que me sobraban ganas, era de golpear a Bonn con uno bien puesto de esos que te dejan caliente la mano para que despertara en su realidad, a ella y también al vago/alcohólico/drogadicto/machista, por insistir tanto por dinero (y piropos, y piropos de los buenos).. si supiera que estábamos igual de pobres y jodidos que él y que los piropos hacia Bonnie no le iban a dar ningún fruto.

Sé que dirás "Eso es muy irracional e ignorante Beth, ¡necesitaba ayuda!" No, necesitaba dinero para alcohol "ESA clase de ayuda no, estúpida" bueno, bueno ya. Sé que necesitaba ayuda. Vale. Perdón.

¿Qué si quería reirme? Pues sí, sin embargo Benji Aldridge fue el primero en reírse, en cambio tú, trataste de contener un poco más la risa, dando pequeñas palmadas sobre su espalda.

- Tranquila Bonnie, sólo te dijo "con permiso mi amor, ya que no me vas a dar ni un penique" no hay nada de malo con eso - le dijiste como si eso hubiese podido calmarla.

- Me importa un carajo su "con permiso"... quería mi cuerpo, pudo haberme hecho un sinfín de cosas mientras ustedes se iban por las estúpidas milkshakes - horrorizó. - Ni mi mamá me dice MI AMORRRRR

- Bonnie, puedes llorar sobre mi si quieres, de verdad que no me molesta, sólo no me hagas mierda el brazo - dije imitando tus movimientos ya que te alejaste para reírte un poco.

- Sabes que soy muy paranoica - suspiró. Lloraba como una chiquilla en su primer día de escuela.

- Ay Bonn, no te preocupes por el secuestro - dije con un poquito de dulzura - a ti quién te rapte, de seguro y te devuelve

Y fue lo último que ustedes pudieron escuchar en silencio par de imbéciles porque después les dio un arranque de risa. De esos arranques que hacen que tiembles hasta ponerte colorado, causando que la gente te quedé mirando bien feo, con miedo.

No me molestaba si lloraba, pero pasó llorando toda la tarde y la manga de mi blusa terminó empapada y no Ed, no fue de lágrimas; fue de moco verde escurridizo. Qué se le iba hacer.

Si hablamos de Katherine... Katherine es otro asunto, pero aún no quiero hablar sobre ella, por favor Ed; sigamos con éste bonito comienzo. No empieces.

Bien. Ya que yo ya sabía lo paranoica que era Bonnie, ese día (cuando nos conocimos del todo) decidí llevarla primero a ella, pero Aldridge y tú como eran todos unos caballeros buenos para nada, decidieron llevarnos a ambas: Mil gracias.

Ese día nos despedimos de Bonn, no sin antes encomendarnos su apreciado paraguas, amado por su madre y utilizado por ella, prometiéndole con nuestra vida entregárselo al día siguiente a primera hora, sobre todo a mí.

- Bien Beth, dónde vives tú - me dirigiste la palabra en cuanto cruzamos la primera cuadra.

- ¿Alguna vez has ido a Candies & Sugars? - pregunté tratando de mantener el paraguas en lo más alto para que ninguno de ustedes se mojara más de lo que ya estaban.

- No - formulaste y seguidamente Benji se unió a la conversación.

- ¿Dónde venden los mejores dulces y milkshakes? - asentí varias veces. - Está lejísimos - por un momento me apené sobre la dirección de mi hogar.

Dear Ed: [Ed Sheeran] Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz