- Em, pues... pues - tartamudeé como siempre solía hacerlo cuando los nervios me atacaban, mientras me escaneaba el rostro con gesto de "Me estás tomando el pelo, debe de ser eso, cabrón" ladeó la cabeza y suspiró.

- Deja de mirarle las piernas a las chicas Ed y pon atención a lo que tu mejor amigo te dice -. Me advirtió. No quise confesarle que realmente no estaba contemplando las piernas de las chicas, ni siquiera las tuyas, de verdad que no Beth... porque me daba cierto nosequé que fuese a pensar algo aún más confuso. Benji Aldridge, por su parte, como buen mejor amigo volvió a explicarme todo(tooodo) lo que había ignorado. Siendo sincero, le había ignorado muchísimo ya que comenzó hablando desde el problema de columna de su madre, después de el novio de su hermana, luego pasó al tema sobre la paliza prometida de Colton hasta terminar hablando de fotografía e iconografía. No entendí nada pero tuve que darle un elaborado y sincero punto de vista, y para compensar mi acto, decidimos ir a su casa después de la escuela para pasarla un rato, cosa que hacíamos casi siempre.

- Oh maldición, maldición... Política Política, toca Política, tengo que hablar con Bonnie y Beth - exclamó Ald en cuanto escuchó timbrar la campana, dando un gran salto tomando sus cosas. Cosa que sorprendió tomándome en curva y sólo alcancé a despedirme con un gesto amigable y después de dejarme solo, el montón de chicas que había hace un rato ya estaban camino a los vestidores. Me levanté con el trasero mojado, casi empapado debido a la lluvia que se había hecho presente hace dos horas atrás y comencé a caminar hacia mi salón, sin fijarme, delante mío ibas tú. Estabas entretenida acomodando las cosas en tu mochila con una calma marcada tratando de no chocar con los demás.

De la nada apareció Ald, otra vez, con un par de hojas en las manos, se paró frente a ti y comenzó hablar y hablar mientras tú sólo lo mirabas con gesto cansado, pidiendo paciencia, como si te diera igual lo que te estuviese diciendo. Como si quisieras darle un mochilazo.

A veces ni yo comprendo como es que pude considerar a Ald como mi mejor amigo. No teníamos los mismos gustos, ideales, círculo social, maneras de pensar, costumbres... realmente no había mucho.

Ald, como mi estúpido mejor amigo, entre balbuceos mandó a volar las hojas que estaba apunto de darte. Volaron por aquí y por allá. Fue algo inconsciente el hecho de que me haya agachado para tomar unas cuantas que habían llegado hasta donde estaba debido al aire, y dárselas a Benji para que él pudiera ordenarlas nuevamente y dártelas a ti. Hasta a mi me desesperó. Cálmate tío, que vas a matar las neuronas que te quedan.

Me miró y bailó las cejas de arriba abajo.

- Gracias Ed, mira qué amable eres - sentí su sarcasmo primero en mis fosas nasales después en toda la cara, traté de ignóralo ya que estaba mirándote. A Benji no le importó en lo absoluto, porque después de darte las hojas desapareció.

Sin presentarnos así nada más, qué estúpido era a veces Benji... pero más estúpido soy yo Beth, ni dudarlo. Sé que sabes que lo sé.

Segundos después, me di cuenta que debajo de alguno de mis pies, había una hoja más, así que volví agacharme sin pensarlo dos veces para recogerla, pero como soy Ed y soy un desastre sin esmerarme, ésta se partió en dos.

- ¡Beth! ¡Beth! ¡Se te ha olvi...- mi voz se fue apagando en cuanto me di cuenta que un pedazo había quedado bajo mi tenis y el otro me había quedado en la mano. Era tarde para retractarme ya que tú estabas de vuelta mirando el homicidio que le había sucedido a tu trabajo de Política.

- Lo siento Beth, no era mi intención, de verdad - recogí el otro pedazo de papel y traté de limpiarlo con mi ropa como si ese gesto hubiese podido repararlo. No me culpes, estaba preocupado y muy apenado.

Dear Ed: [Ed Sheeran] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora