El sufrir de un Ackerman

🦋 Libertad 🦋

- Ya voy - respondió, abriendo sus ojos y levantándose. La miró de frente, la azabache le sonrió pero dicha sonrisa de inmediato fue abrumada por un beso.

Se separaron y comenzaron a colocarse una ropa casual por el momento. Mikasa bajó e igualmente hizo el desayuno, no era mucho pero sí lo suficiente como para esperar hasta la fiesta.

Comió un poco y luego salió de la casa, despidiéndose de su prometido. Llegó a la casa de confección en pocos minutos, estaban planchando su vestido así que tardaría un poco. En lo mientras decidió redactar una carta, pidió un papel, una pluma y un sobre para luego comenzar a escribir.

❇ ❇ ❇ ❇

El lugar estaba quedando perfecto, blanco por todos lados, era bello. Los pueblerinos notaron dicha decoración por lo que dedujeron:

- ¡Los salvadores van a casarse! -

Eren volteó la mirada al escuchar eso muy cerca de la ventana donde estaba.

- ¿En serio? -

- Sí, miren, al inicio del bosque se ve todo lo blanco -

Expresaban emocionados

- ¿Vamos? - propuso uno

- No, no tenemos invitación pero podemos apreciarlo desde las azoteas -

- ¡Buena idea! -

- ¡Vamos por el vino! -

La gente se alborotó, pues era emocionante pensar que las personas que los salvaron de la injusticia y esclavitud se habían enamorado profundamente como para terminar en unir sus almas.

El castaño observaba con dolor como todo quedaba listo pues su sueño frustrado era casarse con ella.

Decidió seguir con su trabajo para concentrarse en otra cosa sin embargo su atención fue brutalmente robada al escuchar a la gente advirtiendo la presencia de la Novia. Al verla su corazón se estrujó terriblemente, tanto como para cubrir sus ojos con lágrimas.

Mikasa caminaba por la calle, dirigiéndose hacia el lugar exacto donde su sueño se haría realidad.

Todas las personas desde sus casas y azoteas la felicitaban, alegres y emocionadas.

Cuando llegó las miradas se sintieron más fijas, eso la puso nerviosa pero más alegre. La ceremonia comenzó, su merecida calma, paz y amor estaba por llegar, todos los espectadores miraban conmovidos.

A la distancia, solo se observaba al castaño torturándose a sí mismo viendo como la mujer que ama es feliz con alguien más. Al momento en el que ambos oficializaron su unión al besarse, cerró la cortina del estudio. Suspiró, limpió sus ojos y continuó con su trabajo.

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Los recién casados se retiraron de la fiesta, dándola como terminada. Todos se despidieron a la distancia, pues el azabache llevaba algo de prisa aparentemente.

- Quita esa cara - dijo Mikasa, besando su mejilla

- No me gusta tanta gente en un solo lugar -

- Jajaja, bueno, ya estamos solos - sonrió

- Lo sé y eso es lo importante - entró a la casa y bajó a Mikasa, llevándola de la mano hasta la sala - Erwin nos regaló algo importante - dijo y destapó un Gramófono

La chica se sorprendió por tal aparato tan lindo.

- Mi padre encontró uno de estos en la calle y se lo regaló a mi mamá, ella me contaba que cuando estaban en una paz increíble dentro de este mundo trágico, colocaban música y bailaban un poco para calmarse más, fantasear por un momento en el que no eran marginados - explicó mientras colocaba un disco de vinilo, grande y negro.

Mikasa observaba y tocaba con asombro y cautela tanto el tocadiscos como el vinilo que giraba lentamente. La melodía salía de la gran bocina, atrapando la atención de la pareja mientras escuchaban por primera vez lo que era una canción. Y al ritmo de "La vie en rose" bailaron en el centro de la sala, abrazados y felices.

❇ ❇ ❇ ❇ ❇

La puerta del estudio fue tocada. Eren permitió el acceso.

- Buenas noches señor - entró Isa con una taza de café y luego entró Armin quien tenía un sobre en las manos.

- Le recomiendo que no se quede tan tarde señor - dijo colocando la taza al lado suyo.

- Estoy bien Isa, gracias -

La chica se fue, luego Armin tomó la palabra.

- Te llegó esto, Eren - extendió su brazo, mostrando el sobre

El chico miró el sobre extrañado, lo tomó, no tenía el nombre de quien lo envió ni para quien era.

- ¿Cuándo llegó? -

- Hace un rato -

Sin nada que decir abrió el sobre, Armin se retiró, cerrando la puerta.

Des dobló la hoja y se encontró con la letra de Mikasa, era una carta suya lo que provocó que su corazón acelerara. Comenzó a leer:

"Eren, mi querido Eren, sabes? Me da mucho gusto, felicidad y emoción saber que sigues en este mundo cuando te recuerdo, ésta carta es para decirte lo que en nuestro encuentro no pude, simplemente mi garganta se cerró a los sentimientos que aún te guardo.

Te agradezco todo lo que hiciste por mi, no hay día que no recuerde nuestro primer encuentro en el bosque, me lleno de nostalgia y ahora de felicidad, gracias por enseñarme a sobrevivir, a amar, a vivir.

Así como yo encontré la felicidad y alguien más a quien amar estoy segura de que tú también puedes y lo harás, me daría gusto que no te quedes sólo"

Hizo una pausa, sonrió y negó lentamente con la cabeza por lo que le estaba pidiendo, pues no quería entregarle su corazón a otra mujer que no fuera ella, suspiró para luego continuar.

"Sé que no estuviste presente en la ceremonia pero sentí tu mirada, gracias por no asistir, no quería verte a lo lejos sufriendo pero siempre te llevaré en mi alma como mi primer y gran amor, también aprovecho para decirte que lamento lo de tu madre, ella merecía vivir contigo en tu renovado gobierno, fue algo muy fuerte y muy feo, de verdad lo siento pero sé que te seguirá cuidando y queriendo desde donde esté."

Sus lágrimas cayeron lentamente mientras continuaba.

"Gracias por cumplir tu promesa, me diste a mi y a Levi nuestra libertad, gracias, aunque igualmente tú lograste librarte de tu familia corrupta y ahora puedes hacer y pensar lo que te plazca, es perfecto, no crees?

Si no hubiera sido por ti seguiríamos cumpliendo órdenes en contra de nuestra voluntad, así que gracias de nuevo, gracias por apaciguar El sufrir de un Ackerman.

Recuerda que eres y serás el mejor Jaeger que pudo existir, nos vemos en otra vida. ♥

Con todo mi amor y cariño, Mikasa."

Cerró la carta y la dejó sobre la mesa, analizando cada palabra. Secó las lágrimas de sus ojos y mejillas para luego sonreír.

- Mikasa, mi amada Mikasa - se dijo a sí mismo.

Se reincorporó en su silla, guardó la carta en el sobre dejando éste en una esquina del escritorio para seguir trabajando, pues si le dio la merecida libertad a su amada, también le daría un mundo mejor, para ella, para Levi e igualmente para los hijos de ambos.

🔗Fin🦋