🔗 Dificultad mayor 🔗

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Como Mikasa lo había pedido, Levi llegó el día siguiente a la misma hora de la madrugada, la chica ya lo esperaba, miraba desde la ventana como caminaba hacia la casa. Al estar a tres pasos, abrió la puerta.

Entró sin decir nada, solo que al chocar con la mirada de Eren, su animo cambió.

- Mikasa... -

- Te dije que algún día lo conocerías -  respondió

Hubo un pequeño silencio incómodo, ambos se miraban fijamente.

- Hola, soy Eren Jae..-   - Sé bien quien eres -  respondió con molestia

- Oh, bueno, un gusto -

- Supongo que ya sabes mi nombre -

- Claro -  sonrió

Levi no dejaba de mirarlo con desprecio y odio. Eren lo notaba pero no le importaba tanto.

- Bueno... también sé que me tienes en la mira, ¿solo eres tú? -  se acercó un poco, con precaución

- Sí, solo yo voy tras de ti -

El castaño asintió.

- Sabes? Hubiera preferido que me dijeras eso a mi en vez que a Mikasa, solo la hiciste preocuparse y llorar -  dijo un poco molesto al recordar su rostro triste

- También debe saberlo -

- No, yo creo que no, no creo que haga falta preocuparla por razones personales -

- ¿Crees que esto es personal? -

- Seguramente, porque según sé y supongo sabes que yo odio mi apellido, solo que tal vez te niegas a creer -  encogió los hombros   - Bien, te lo diré yo mismo, Odio mi apellido, lo repudio con toda mi alma, repudio e ir-reconozco a mi padre y hermano; pienso cambiar el gobierno al llegar al poder pero por el momento, voy a cuidar de los Ackerman, ya que podrán ser todo, menos sirvientes, esclavos u objetos, créeme si quieres si no, es tu problema, no estoy diciendo nada que no sea la verdad -

Sus miradas demostraban desafío y molestia

- Un Jaeger... siempre será un Jaeger - 

- Ya veo, el odio te ha enfrascado en esa idea -  Eren suspiró pero le extendió la mano  - No quiero conflictos, y quiero mostrarte en verdad que yo soy diferente -  sonrió

Dudó, no estaba seguro y mucho menos quería arriesgarse así que decidió no aceptar, apartando su mano de un golpe de rechazo.

- Sea como sea, no puedo confiar en ti -  lo miró con firmeza

Eren suspiró y volvió a sonreír

- Lo entiendo, estoy seguro que si nos vamos conociendo..eso cambiará -  concluyó para acercarse a Mikasa, lo cual llamó demasiado la atención del azabache, al verlo tomar su mano, lanzó su cuchillo, ensartando la manga del suéter del castaño al borde de la mesa, ambos se asustaron.

- No!! Levi! -  replicó ella quien se acercó a Eren para desensartar su ropa

- Pues de igual manera, te voy avisando que desde ahora protegeré a Mikasa de lo que sea y de quien no confíe -  

- Bien, ambos debemos acostumbrarnos a nosotros dos -  

- Eren! Tu mano sangra! - se alertó la pequeña azabache

- Ah, sí, no te preocupes, solo es...un ligero corte -  sobó su cabeza

Al no tener otra arma, solo se limitó a cerrar sus manos en un puño.

- Levi, no te comportes así, Eren... de verdad quiere ayudarnos -  sus ojos se cristalizaron, como "prueba" de que podían confiar en él decidió abrazarlo, Levi frunció el ceño, y mucho más al ver que Eren la correspondía  - Trata de averiguarlo si no nos crees pero en verdad, dale una oportunidad, seguro que juntos lograremos salir de este infierno -  sonrió

- Veré si puedo, pero no estoy completamente dispuesto a convivir con alguien como él -  suspiró y se dirigió a la pequeña sala que ahí había, dudaba si estaba haciendo lo correcto. En dos días tendría que irse por quien sabe cuanto tiempo y tenía miedo, es decir, si entre los dos llegaba a crecer la confianza y algo más, el error de la historia que los persigue se repetirá, lo que igual desatará una nueva pelea. Es demasiado peligroso pero...debía tomar esas riendas del riesgo y hacer casi dos cosas a la vez. Suspiró.

El sufrir de un AckermanWhere stories live. Discover now