🔗 Días contados 🔗

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Amaneció, por lo que debían despedirse de su amigo rubio. Marie llegó a la base desde muy temprano, lo que hizo que entre todo el grupo se desayunara y platicara en paz, con risas, aunque sea una última vez.

Al llegar la hora, cada uno se despidió de Erwin. A los tres jóvenes se les dificultó alejarse de un fiel amigo pero entendían que con ellos no podría estar seguro.

- Nos vemos chicos, sobrevivan - dijo

- Igual - contestaron

Ambos azabaches se despidieron de él, teniendo en cuenta sus palabras. En la mente de Mikasa resonaba un:

«- Te encargo a Levi, sé que puedes cuidarlo bien-»

Y en la cabeza de Levi:

«"Recuerda, no seas tan duro y frío con ella ni contigo"»

La puerta se cerró, quedando un momento en silencio. Hange suspiró, fue la primera en retirarse a la habitación para seguir al cuidado de Moblit por lo menos en estos días.

Mikasa y Levi se retiraron después, tenían un entrenamiento pendiente.

Al entrar la azabache preguntó algo que le daba vueltas en su cabeza.

- ¿Quién es ella? - preguntó

Levi volteó a verla

- Marie? - ella asintió - Es...la enamorada de Erwin, según sé, se conocieron desde que eran casi niños, cuando su familia aún era unida y tenían aliados por doquier - contestó

Mikasa solo asintió y se puso en guardia.

- Te vez muy bella cuando haces eso - dijo Levi al soltar el primer golpe

La chica sonrió pero no respondió, solo comenzó a tomar muy en serio su entrenamiento. Veía sus movimientos, los estudiaba para poder usarlos con su fuerza disponible.

- Hange me ha dicho...que te gusta dejar a tu oponente sin la oportunidad...de usar sus brazos -

- Sí - soltó un golpe y fue retenida, ambas muñecas suyas quedaron a su espalda con presión en ellas y fuerza en sus codos, lastimándola un poco

- Puedes usar esto, ¿Viste como reaccioné? -

- Sí, buena técnica - sonrió para luego soltarse por su cuenta sin salir herida, lo que a Levi le sorprendió

- Sí que sabes como moverte -

- Claro, por algo me entrena el mejor de éste grupo - se acercó un poco y tomó sus hombros para poder besar su boca - Y Hange también - agregó

- Mmm, me gusta que así sea - dio otro beso y tomó su cintura - Pero nunca debes bajar la guardia - con una patada en sus piernas hizo colapsar el cuerpo de la azabache, la cual cayó al piso sin ninguna delicadeza - Ni aunque sea tu entrenador - agregó

- Mmm, me gusta que así sea - dio otro beso y tomó su cintura - Pero nunca debes bajar la guardia - con una patada en sus piernas hizo colapsar el cuerpo de la azabache, la cual cayó al piso sin ninguna delicadeza - Ni aunque sea tu entrenador - a...

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- ¿Entendido? - dijo después de un silencio un poco incómodo

- Sí - respondió Mikasa para ésta vez sí conseguir un beso sin ningún truco, un beso completamente apasionado que igualmente agradecía la compañía mutua.

Mikasa abrazó a Levi por el cuello mientras él la levantaba lentamente, quedando ella sentada de frente en su regazo. El azabache no se quería detener y Mikasa le seguía la intención.

- Te amo, Mikasa -

- Te amo, Levi - contestó

Contestó por primera vez como el azabache siempre imaginó, lo que volvió a ambos más apasionados en ese acto de amor.

- Continuemos - susurró Levi pero al parecer Mikasa no lo escuchó - Mikasa - volvió a llamarla

- Mm? - contestó al no querer separarse de sus labios

- Debemos...seguir - dijo entre ligeros espacios, notando el habla de su cuerpo cambiar. Mikasa ya no contestó, por lo que optó en satisfacerla a pesar de ser contagiado con las mismas intenciones.

Desvió su rostro para besar su cuello de la misma manera, completamente lleno de deseo. La azabache se sintió extasiada en segundos por sentir que su cuerpo era acariciando con atrevimiento.

- Vas a tener que pagar por esto - dijo a su oído para continuar del otro lado, sé había despertado en ambos y repentinamente un deseo sexual muy fuerte pero no era momento para eso, por ello terminarían satisfechos pero a la vez no.

Cuando el cuerpo de Mikasa iba a pedir más, Levi se detuvo.

- Ahora, continuemos - se levantó y la ayudó a levantarse, siguieron con actividad física. La capacidad de Mikasa en proposición aumentó, manteniendo en su rostro una discreta sonrisa.

Terminó casi muerta, pero le gustaba sentir como sus músculos pedían piedad mientras crecían. Tomó un baño y salió a comer. Sólo faltaba ella en la mesa. Al sentarse, pocos minutos después, Kenny comenzó la plática.

- Recibí un comunicado, la manifestación la harán en dos días más, por lo que necesito que ustedes carguen con lo mejor -  colocó sobre la mesa varios cuchillos más y algunas armas de fuego - Cada uno de estos lo tendrán ustedes, así que también dependan de esto, el día de mañana dejaremos ésta base; Hange, ¿Cómo está Moblit? -  se dirigió a la castaña

- Bien, pero aún está algo débil -

- Deberás dejarlo con alguien que cuide de él o dejarlo aquí, teniendo en cuenta que los Jaeger y Jaegeristas encuentren o no el escondite -

Hange bajó la mirada, preocupada.

- Tengan todos los aspectos cubiertos para realizar todo sin apuros ni tanta angustia; oficialmente la guerra comienza en dos días más - dijo manteniendo su mirada firme para luego comenzar a comer en silencio mientras cada cabeza trabajaba y pensaba en lo suyo.

El sufrir de un AckermanWo Geschichten leben. Entdecke jetzt